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ОглавлениеTALLER C. DE ANÁLISIS SOCIOPOLÍTICO REGIONAL Y DE HIPOTÉTICA ESTRATEGIA POPULAR DE UN PROYECTO DE EDUCACIÓN POPULAR
INTRODUCCIÓN
Con el Taller C entramos al eje fundamental de este método de planeación. [Aquí introducimos] Una breve explicación sobre el sentido y el objetivo de cada una de las seis unidades.
La Unidad I es una recopilación de los datos básicos fundamentales de una formación social concreta. Puede ser una zona urbana, una región geográfica en ambiente rural o un sector de la población, p. ej. obreros o jornaleros agrícolas, jóvenes, etc.
El trabajo fundamental de esta unidad es el balance de la investigación previamente realizada y de la etapa exploratoria. [En estricto sentido] esta unidad sólo puede realizarse al final de una buena etapa exploratoria o durante ella. [Puesto que se trata de] una recopilación de datos, la unidad I sólo puede realizarse después de un buen nivel de investigación; o bien como guía de investigación, lo cual también es aprovechable.
No está por demás señalar e insistir en la flexibilidad y aun en la adaptación de la guía a circunstancias más concretas. La unidad I está pensada en función de los proyectos rurales con campesinos e indígenas donde se encuentran actualmente prácticamente todos los proyectos de FCyE. No son difíciles las adaptaciones si entendemos bien el esquema–guía. Por ejemplo, si nos orientamos al trabajo con obreros, toda la unidad I se orienta a la recopilación de los datos que nos informen del mundo obrero: el tipo de industria, de sindicato, de producción o de servicios, etc.
La Unidad II es interpretación de la Unidad I. Por tanto. No se puede hacer sin una buena primera unidad. No se pueden interpretar datos inexistentes.
Dependiendo mucho de las características aportadas por la Unidad I, la segunda trata de interpretarlos en tres bloques analíticos: económico, político e ideológico–cultural.
Suponemos que toda formación social, o sector de ella, es analizable desde estos tres aspectos globales. Damos por sabido que es más una distinción analítica y no una realidad concreta autónoma. Es decir, que la realidad se presenta con toda su complejidad y que los aspectos económicos, políticos e ideológicos se encuentran íntimamente ligados. La distinción es, por tanto, analítica. Y distinguimos para aclararnos y entender mejor.
Siguiendo con el ejemplo de un hipotético proyecto con obreros, la unidad se orientará a responder las preguntas adecuadas que nos permitan una más crítica interpretación del mundo obrero concreto en el que queremos insertarnos y colaborar a su avance estratégico.
La estrecha relación entre las unidades I y II nos da la base concreta del análisis que llamaremos estructural y coyuntural. Entre las dos unidades se aportan los elementos necesarios para el análisis de estructura social, en cuanto estructura. Es decir, en sus aspectos menos cambiantes y más propios de la realidad concreta. También aparecen los elementos del análisis coyuntural, en cuanto al proceso mismo del desarrollo de la formación social y, concretamente, a la recuperación de la historia reciente.
El conjunto de las dos unidades nos presenta la realidad concreta como una fotografía del momento y un álbum fotográfico de su historia particular.
La Unidad III va a tratar de localizar entre los diversos actores sociales analizados por las primeras unidades, al “sujeto popular emergente”, es decir, al sujeto con mayor y mejor capacidad de impulsar un cambio en las relaciones sociales.
Esta unidad es muy importante porque nos permite ser muy críticos respecto a con quién en concreto trabajar. Al menos para hacernos conscientes de las limitaciones que tiene el trabajar con cualquier sujeto, suponiendo que nos dé lo mismo trabajar con un sector popular que con otro.
La Unidad III nos pregunta por el sujeto más dinámico, el más consciente, el mejor organizado, el que puede aglutinar en torno suyo a otros sectores sociales. Nos sitúa también ante los límites que tiene trabajar con un sector particular y nos hace críticos respecto a que el “sujeto popular emergente” no es precisa ni necesariamente aquel con el que estamos trabajando.
La Unidad III se hace dos preguntas fundamentales: ¿para quién venimos haciendo el análisis concreto? Y ¿para qué? No hacemos análisis para saber más, sino para actuar mejor con el sujeto concreto que busca un cambio social concreto.
Esta Unidad III es un primer aborde al diseño de la hipotética estrategia popular. En ella se hacen referencias a los contextos en los que Enrique Gutiérrez se movía. Por un lado, su trabajo de dirección y acompañamiento crítico al proceso de los proyectos populares de Fomento, pero por otro, [estaban] los equipos de jesuitas que se reúnen en lo que llamamos Acción Popular, un lugar de encuentro, confrontación, convalidación de experiencias de trabajo popular entre jesuitas mexicanos.
La Unidad IV nos coloca de frente al concreto conflicto social que enfrenta nuestro hipotético sujeto de cambio social. Es análisis coyuntural orientado desde el punto de vista de las contradicciones, [la] principal y [las] secundarias: su aspecto principal y [los] secundarios.
Es, en ese sentido, un análisis detallado de “correlación de fuerzas”, es decir, un análisis de cada uno de los principales actores sociales en conflicto de los que se destacan las siguientes variables: su peso económico, político, e ideológico, sus grados de organización y de conciencia, y sus alianzas y apoyos dentro o fuera de la zona concreta. Estos aspectos se analizan tanto del aspecto principal como del secundario de la contradicción concreta. (11)
Un aspecto muy importante de la Unidad IV, de la que luego dependerán las distintas líneas tácticas, es el análisis de las contradicciones secundarias. La práctica concreta muestra cómo muchos de los pequeños avances reales de carácter estratégico vienen dados por el adecuado aprovechamiento de las contradicciones secundarias que se presentan en el bloque contrario a los intereses del pueblo. Igualmente, muchos golpes contra el pueblo se evitan por el correcto cuidado de sus contradicciones secundarias. (12)
Muchas organizaciones del pueblo, tanto sociales como políticas, han sido prácticamente destruidas por el descuido de estas contradicciones secundarias. Las divisiones internas en muchos frentes de lucha son el caldo de cultivo donde se gesta su destrucción y que el Estado sabe aprovechar perfectamente, incluso las alimenta para sacarles provecho.
El análisis correcto de las contradicciones secundarias va a permitir delinear la línea táctica. Pero también va a permitir formular las “objetivas oportunidades de avance estratégico”.
La conclusión del análisis de la correlación de fuerzas está en la relación de oportunidades de avance [y en] su mejor y muy detallada caracterización. Es decir, no basta decir que en tal coyuntura concreta y dadas tales o cuales contradicciones, al sujeto popular emergente se le presentan tales oportunidades de avance. Así, sin ninguna caracterización.
El mejor aprovechamiento objetivo de tales oportunidades de avance estratégico está primeramente en su diseño y caracterización. Por eso Enrique nos advierte atinadísimamente: es necesario saber dar razón de dichas oportunidades. Son oportunidades para qué, con qué condiciones (objetivas y subjetivas) y para qué grupo u organización en concreto.
Por ejemplo, muchos grupos populares y organizaciones sociales están de acuerdo en que la participación electoral y aún la participación concreta desde determinado partido político, es una real y objetiva oportunidad de avance estratégico para el pueblo. Pocos lo niegan. Pero nadie es capaz de precisar con detalle bajo qué condiciones de organización y de conciencia y de carácter estructural es posible y medible ese avance concreto.
Y, como en el caso de la participación electoral, podemos hablar de otras objetivas oportunidades de avance estratégico. El taller nos disciplina para precisar un aspecto tan importante en el trabajo popular.
Para el mejor aprovechamiento del trabajo de esta Unidad IV se agregan cinco cuadros auxiliares. Uno de ellos presenta gráficamente la Hipotética Estrategia Nacional, formulada en bloques de Programa Mínimo General, Programa Mínimo Particular, Programa Máximo General y Programa Máximo Particular. Los otros cuatro cuadros son complementarios e ilustran un solo cuadro de correlación de fuerzas.
Las unidades I y II nos sitúan ante la realidad concreta, objetiva. La Unidad III nos coloca ante un hipotético sujeto popular emergente y una hipotética línea estratégica. La Unidad IV nos enfrenta al conflicto social concreto y la correlación de fuerzas. La Unidad V nos coloca ante la capacidad del sujeto para avanzar en la modificación de dicha correlación y desarrollar su propia estrategia de liberación.
Entramos con esta Unidad V al Análisis Subjetivo. Quizá sea un capítulo más bien polémico, complejo como todas las unidades, pero hace una clara advertencia: no querer correr antes de aprender a caminar y saber caminar al paso del pueblo.
El método es también un ensayo que puede ser corregido desde la práctica concreta. Quizás sea en esta Unidad V donde se da uno de los aportes más originales de Enrique Gutiérrez desde su particular trayectoria como educador y forjador de hombres nuevos.
Tres cuadros auxiliares nos ayudan a realizar este ejercicio. El primero es un “análisis cuantitativo del sujeto”. Mira más en las cantidades, en las proporciones adecuadas, en las ayudas, etc. El análisis cualitativo mira más a los niveles de conciencia y de organización. Estos dos ejes son meramente indicativos y se dan algunas variables. La experiencia de poner en práctica este ejercicio nos señala que faltan indicadores correspondientes a la gradación, lo cual se puede hacer estimativamente en un primer momento. El ejercicio continuo permite ir precisando los indicadores de avance. El tercer cuadro es un auxiliar que nos ayuda a ubicar la experiencia organizativa del sujeto en su proceso de avance.
La Unidad VI es una correlación entre la objetiva línea estratégica y la capacidad del sujeto para el aprovechamiento de oportunidades de avance estratégico.
Aquí entra en juego fuertemente el pensamiento hipotético, desde el que formulamos una línea de avance que nosotros suponemos deberá recorrer el sujeto en su progresivo proceso de liberación.
Para esta Unidad VI ayudan dos cuadros síntesis C-1 y C-2, que ilustran gráficamente los ejercicios que se proponen.
Toda corrección o sugerencia que se haga a este taller será bienvenida.
David Velasco Yáñez, SJ
Guadalajara, Jal., 1991
11- Se entiende que en la realidad social encontramos diversas luchas, oposiciones y antagonismos. Cuando se distingue una contradicción principal, se considera que a partir de ella es posible la comprensión crítica de todas las demás. Se dice que tiene un aspecto principal, cuando éste es el que domina e impone sus reglas sobre el aspecto secundario. Nota de DVY.
12- En el conjunto de luchas, o contradicciones sociales, podemos detectar diversos aspectos secundarios que tienden a aliarse y hacer un frente a adversarios comunes. Nota de DVY.