Читать книгу Julito Cabello y las salchipapas mágicas - Esteban Cabezas - Страница 2
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OH, MÍSERO DE MÍ
Оглавление¿QUIÉN DIJO que lo bueno de ser niños es que no tienen responsabilidades? ¿Habrá sido un viejosaurio que se olvidó de cómo era realmente ser pequeño? Porque yo, Julito Cabello, les digo que ser niño no es fácil.
Primero, hay que ir al colegio.
Segundo, hay que comerse toda la comida.
Tercero, hay que ir al dentista. ¡Auch! (Y al colegio, ya lo había dicho).
Cuarto, hay que acostarse cuando los papás dicen “a acostarse”.
Quinto, hay que ver películas “para niños” (y hay unas zzzúper entretenidas).
Sexto, hay que darles besos a los parientes arrugados (y caras de pasa).
Séptimo, hay que hacer gimnasia o-bli-ga-toria-men-te.
Octavo, hay que hacer maquetas y a veces te quedan los dedos todos pegotes.
Noveno, hay que levantarse cuando todavía está oscuro (y hay vampiros y hombres lobo dando vueltas).
Y décimo, hay que leer libros para que después te hagan una prueba y te pregunten todo, hasta el más mínimo detalle, para pillarte si leíste un resumen, o si viste la película, o si te contaron el libro justo antes de entrar a la sala.
Entonces: NO DIGAN QUE MI VIDA ES FÁCIL, ¿OK?
Y si consideramos que en mi casa hay dos adultos (esos que se llaman papá y mamá, Julio papá y Rosa mamá), un hermano menor (Beltrán Cabello, alias el pato rockero, exniño hámster) y una bebé (María Cabello, recién nacida y con olor a leche en polvo, hasta que se hace caca), se darán cuenta de que en mi hogar hay una concentración de niños. O sea, mucha gente pequeña viviendo estresada (aunque la María duerme todo el día). Por eso les digo: prepárense para lo que vendrá. Porque como el viejo refrán fósil dice “las guaguas vienen con una marraqueta bajo el brazo” (o sea, con comida, o sea, plata, o sea lo que sea, pero bueno y para echarle mantequilla), mis papás esperaban que con la llegada de María nos convertiríamos en una panadería feliz y millonaria.
Pero no fue así.
¡Tatatatááán!