Читать книгу Julito Cabello y las salchipapas mágicas - Esteban Cabezas - Страница 8

●7
DOMINGOF

Оглавление

EL DOMINGO no fue mejor. Como mi papá andaba como zombi (con tos) y mi mamá estaba haciendo limpieza profunda de los baños (para tranquilizarse, jura), Beltrán estaba más loco que nunca.

Se fue al living y puso el equipo a todo volumen, apretó play y se escuchó “Pobre vaquita loca”. Puso cara de asco, sacó el disco, lo tiró por la ventana (eso pasa cuando no hay padres poniendo orden) y se puso a buscar en la radio.

Hasta que encontró rock. Y no cualquier rock. Era el rock más pesado que se puedan imaginar. Rage Against the Machine. ¡Uf!

Casi se despeinó con el sonido y luego se puso a tocar una guitarra imaginaria (eléctrica, no de palo).

—Julito, esto es rock. Soy un pato rockero, mira.

Y se puso a tocar la guitarra imaginaria con los dientes.

Se pasó. ¿Dónde vio eso? ¿En mini-YouTube?

Y estaba en la mitad de su pato-concierto, cuando entró nuestro papá, se acercó al equipo y no lo apagó. Lo desenchufó. Y fue como si hubiera desenchufado a Beltrán también, que se quedó como estatua (mascando su guitarra imaginaria).

Entonces, mi papá nos miró a los dos, con cara de loco (ojos como de pescado) y nos dijo:

—Niños, tendremos que apretarnos los cinturones.

Y se fue.

¡Plop!

¿Qué significará eso? ¿Que se nos caen los pantalones y se nos ven los calzoncillos o algo peor, ah?

No entiendo.

Por ahora.

Julito Cabello y las salchipapas mágicas

Подняться наверх