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EN LOS ALMUERZOS
Оглавлениеcuando Francis puso un paño fijo en Honduras, Chiquita, no sé si se acuerda, para que lo vieran cocinar, el único lugar en que se podía comer una “quenelle” auténtica, era la casa de Penelòp, en Olivos… no, Acassuso, el azafrán que le ponía a la sopa de mejillones era iraní, ¡Por supuesto que ella me parecía más idónea! Pero Silberstein quería show-off, y bueno, el capital era de él y, ojo, esto también hay que decirlo, el olfato…