Читать книгу Sexo sentido - Florencia Salort - Страница 8

Introducción Yo las entiendo

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Desde ya les digo que las entiendo... ¡las entiendo tanto!

Sí, porque yo también pasé por situaciones en las que me sentí sola, incomprendida, sin espacio para preguntar. Y lo que ustedes sienten, de vez en cuando, lo vuelvo a sentir o vivir. Sí, aún hoy.

Las entiendo cuando me dicen que no sienten ganas de tener relaciones sexuales, que cuando las tienen muchas veces no logran llegar al orgasmo, que no se conectan con el placer, que no hablan con sus parejas sobre sus deseos sexuales, que están llenas de prejuicios o que alguna pareja sexual las estigmatizó con esas palabras que les dijo en pleno momento sexual...

A mí, muchas veces, me pasó lo mismo. Desesperada, consultaba con algún profesional y lo único que escuchaba eran comentarios del estilo: “Seguro que algún día vas a tener un orgasmo, ¡tranquila!”. “Bueno… ¿pero qué te duele?”. Salía de la consulta con la sensación de que no me habían escuchado. Aterrada, trataba de hablar con una amiga o compañera de alguna reunión de médicas, con quienes no siempre nos decíamos exactamente la verdad, buscando que hubieran pasado por lo mismo y preguntándome si sería normal lo que me estaba sucediendo, cuándo se me pasaría o si había nacido fallada. Me daban ganas de gritar: “¡Por favor! ¿Te pasa lo mismo? ¿Alguien me explica cómo gozan la mujer y el hombre, y cuáles son los tiempos de cada uno? ¿Somos iguales en el deseo? ¿Cómo llego al orgasmo? ¿Es normal todo lo que imagino como fantasías? ¡S.O.S.! ¿Hay alguien ahí?”.

Mujer querida, por esto y por múltiples razones más que te pasaron o te estás imaginando, te digo: “¡Aquí estoy!”.

Cuando estudié Medicina, como tantos otros amorosos y amorosas colegas que lo hacen desde el corazón, decidí levantarme cada día y hacer del ancestral oficio un espacio de escucha, empatía y encuentro.

Hace muchos años (veinte, pero no digas nada), para la selección de ingreso a la residencia de Ginecología y Obstetricia en el Hospital Italiano de Buenos Aires, me preguntaron: “¿Por qué querés ser ginecóloga?”. Y yo, rápidamente, contesté: “Porque me gustaría acompañar a las mujeres a transitar mejor cada etapa de su vida”.

Hoy entiendo que estudié y que sigo formándome para eso. Para ser una gran acompañante de caminos, de alegrías, de grandes momentos. Para agarrarte de la mano, mirarte a los ojos y contenerte. Para buscar la luz en la oscuridad cuando manda el miedo. Para que, como siempre digo, te vayas de mi consulta mejor de como entraste…

Quiero que este libro sea tu compañía siempre. Que a las dos de la mañana te saque de un apuro y te relaje dándote el control sobre tu cuerpo y tus emociones. Quiero que este sea tu lugar de identificación, porque ninguna mujer es la excepción a ninguna regla. Quiero que lleguemos a aceptar que tenemos mil facetas y ninguna nos define en un todo, sino que todas juntas hablan de nosotras.

Me gustaría que estas páginas te ayuden a que puedas conocerte, a que te amigues con tu cuerpo y tu propia luz hasta que puedas sentirte un todo entre lo físico, lo mental y lo emocional. Que liberes tus culpas, que te sueltes de las ataduras de lo que creíste que era correcto.

Quiero que en mí encuentres una amiga, una palabra tranquilizadora, que no juzga, que acompaña y que habilita a ser. Mi deseo es que, en este libro, encuentres una respuesta, un mensaje, un abrazo y una guía que te haga ser más consciente de lo que te pasa, para que juntas podamos sacarlo afuera. Créeme: se puede disfrutar y gozar de ser estas mujeres que somos.

Sexo sentido está dirigido a todas las personas que se sientan mujer. Si bien, muchas veces, me referiré a las mujeres como personas con vulva y a los hombres como personas con pene, mi intención es que todas las personas, en algún momento durante la lectura, se sientan parte y se identifiquen. El género trasciende el binarismo hombre/mujer.

Este libro está escrito para que las personas sean más libres sexualmente. No tiene etiquetas. Por eso también me refiero a parejas sexuales independientemente de su identidad de género.

En estas páginas voy a hablarles del placer y del autoconocimiento, pero también de la culpa, de los mandatos, de las creencias, de todo aquello que nos impide gozar. Vamos a transitar emociones, las que nos atraviesan día a día, las que sentimos, las que nos estimulan o nos retraen, las que nos dan en el alma y a veces nos limitan. También, vamos a hablar de sexualidad y de sexo. Vamos a hablar de deseo y libido. Y te voy a compartir los mitos y realidades que tenemos las mujeres y los hombres a la hora de gozar y que nos marcan, tantas veces, la senda. Las emociones en el sexo nos afectan y nos influyen en el goce, en la salud y repercuten en nosotras y en nuestros vínculos. Vamos a hablar de orgasmos, de masturbación femenina, de imprevistos a la hora del sexo, de la falta de deseo y cómo estimularlo, de aquello que no nos animamos a pedir por miedo a cómo nos verán y de nuestro poder para elegir cómo queremos vivir nuestros vínculos sexuales.

Vislumbré este libro hace muchísimos años, con tanto amor como imaginé a mis hijas y las sentí antes de que fueran concebidas. Llega en el momento justo, en el que cada mujer necesita reencontrarse y prender su GPS en ese tiempo que transita. Nada llega a nuestras manos antes de tiempo. Si estás leyendo Sexo sentido, significa que estás por emprender un viaje al centro de tu placer.

Hoy este libro acaricia mi alma, ya que todo lo que brindo en él forma parte de mi experiencia de tantísimos momentos de escucha, de horas de estudio, de decenas de libros leídos, de incontables situaciones vividas en el consultorio. Entre espéculos, Paps, manos agarradas, sonrisas y lágrimas, aquí me tienen para acompañarlas. Amo escribirles, hablarles y escucharlas.

A ustedes, mujeres amigas, mujeres líderes, mujeres fuertes, mujeres emprendedoras, mujeres que aman y se dejan amar, mujeres que dudan, mujeres que se cuidan y protegen. Mujeres brillantes, simplemente mujeres.

A ustedes que son adolescentes y tienen todas las dudas. A ustedes que son jóvenes y están viviendo un mar de experiencias. A ustedes que son adultas y les dijeron que es la mejor edad, pero no logran combinar la vida diaria llena de obligaciones con el placer. A ustedes que están en plena menopausia y sienten que se apagan, cuando en realidad pueden vivir un hermoso despertar. A ustedes que pasaron los sesenta y pico y compraron el discurso de que la gente grande ya no “disfruta” de la sexualidad. ¡Ja! Nada más lejos de la realidad. A ustedes, mujeres, con la orientación sexual que elijan para ser felices. A ustedes que quieren vivir sin culpas, que no se sienten escuchadas o que no se animan a preguntar; a ustedes que se sienten solas y que nadie las entiende. A ustedes que son madres, abuelas, tías, hermanas, amigas, esposas, novias, amantes, amigas con derechos...

A ustedes, mujeres: ¡bienvenidas, a este mundo maravilloso de ser mujer y gozar en el camino!

Sexo sentido

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