Читать книгу Decisiones económicas en los cambios hormonales de la mujer - Fraidy-Alonso Alzate-Pamplona - Страница 11

Оглавление

Prólogo

Sobre algunos principios de investigación

Gottfried Leibniz ha enseñado que son infinitas las definiciones que se pueden dar de un ser, pues uno solo es un microuniverso que va expresando al macrouniverso. Desde el punto de vista práctico y ético, Herder y Goethe afirmaron el ideal según el cual cada hombre debería conducir su vida por el esfuerzo hacia la perfección, que se expresaría en que en verdad el hombre sea un microcosmos, imagen y reflejo de la armonía del macrocosmos. La unión de ambas ideas, la de Leibniz y la de Herder y Goethe —de hecho, la de Herder y Goethe está presente también en la obra de Leibniz—, exige al conocimiento a tal punto que la tarea se convierte en hacer recíproca la armonía preestablecida del universo con la armonía preestablecida del conocimiento, que ambas sean armonías correlacionadas. Parte por parte, punto por punto, totalidades con totalidades, comprendidas y descritas, es el sueño de los espíritus más científicos y artísticos en la historia humana. Esta complejidad puede ser una de las motivaciones más ocultas de los hombres cuando se dedican a la investigación.

Si la honestidad científica acompaña al investigador, puede afirmarse que su motivo epistemológico es alcanzar a dar al menos una de esas definiciones infinitas; en otros esfuerzos la esperanza consiste en descubrir principios y no solamente en descubrir definiciones para un campo acotado de realidad.

No es trivial que para alcanzar al menos una de esas definiciones el investigador tenga que invertir mucho tiempo. La investigación y el pensamiento exigen tiempo, el que puede demorarse la observación y el análisis del fenómeno. Más es demandado y gastado de la vida del investigador entre más compleja sea la realidad, el hecho o el fenómeno en tema.

Mejor que comprender a la Economía como una ciencia que trata de la producción y distribución de los bienes y servicios, la Economía es la ciencia de las decisiones de los seres humanos, dirigidas al aseguramiento de la supervivencia; más todavía cuando hoy por hoy existen evidentes manifestaciones del agotamiento de la naturaleza, dada nuestra histórica falta de reflexión en el uso de los recursos. Mejor que decir de la Psicología que es la ciencia de la conducta humana, la Psicología es la ciencia de los fenómenos psíquicos con sus leyes y consecuencias, y su radical diferencia con respecto a los fenómenos físicos, aunque, paradojalmente, los fenómenos físicos sean materia prima de lo experimentado en las vivencias propiamente psíquicas. Mejor que afirmar de las ciencias sociales y humanas ser los saberes sobre la sociedad y el comportamiento humano, las ciencias sociales y humanas consisten en un viaje hacia la noche del misterio que la humanidad encierra y no parece dejar escapar.

El trabajo que prologo quiere ser una descripción de la relación que se establece entre los cambios hormonales de la mujer y las decisiones económicas, en otras palabras, quiere ser una contribución a la comprensión de la correlación fuerte o débil entre variaciones biológicas y orgánicas propias del sistema de la mujer y su irradiación en las preferencias y las acciones dirigidas a la vida económica. En dicha correlación fuerte o débil la investigación encuentra sus conclusiones.

Tal cosa la lleva a cabo el autor con la siguiente combinación de instrumentos: la observación empírica analítica, extendida a la comparación de fenómenos y contextos, sobre la base de una revisión temática.

Desde el siglo XIX y los nuevos padres de la Psicología como John Stuart Mill, Wilheln Wundt, Franz Brentano o Carl Stumpf —y digo nuevos pues mucho antes estuvieron Platón y Aristóteles, por ejemplo— la Psicología ha pendulado entre una praxis más experimental o más teorética; esto es, se ha concebido a sí misma, desde de sus practicantes, como más cerca de las ciencias naturales o más cerca de las ciencias sociales y humanas. Cuando no es que algunos intentan hacer Psicología desde una versión intermedia que reúna ambos polos.

Este trabajo no opta por una investigación intermedia, sino que pendula entre la izquierda naturalista y la derecha social y humana; lo que no significa que en algunos momentos no lleve a cabo tal perspectiva intermedia, pues para pendular de izquierda a derecha, o de derecha a izquierda, hay que pasar por el centro. Empero, dada la naturaleza del tema, hay una demora mayor en el lado izquierdo de la investigación psicológica. Aunque el mismo autor afirme de su trabajo no haberlo hecho con diseño experimental, sus descripciones parten de hechos biológicos para llegar a conclusiones psicológicas, y desde estas regresa a hechos biológicos. Esta actividad puede nombrarse como fluctuación estructural. La misma que en este trabajo es intencional.

No deseo anticipar mucho del contenido de esta obra, para ello necesitaría el espacio editorial de algo así como un Estudio introductorio, solo quiero abrirla. Para terminar de hacerlo diré que leer una investigación no debería ser pasar los ojos de la carne y de la mente por la naturaleza muerta de las letras, las palabras y las líneas. Leer una investigación debería ser, ante todo, observar el esfuerzo del hombre por hacer retroceder las fronteras de lo comprendido. De este modo se entendería mejor el resultado, porque iríamos parte a parte de la mano del autor observando lo que él se encargó de observar; por supuesto, ni que decir tiene, cuando la investigación se hace animada por amor a la humanidad, no digo amor al saber, pues el amor al saber es en sí mismo amor a la humanidad, en tanto que es ella quien goza el conocimiento.

Andrés Felipe López López, Ph.D.

Medellín, septiembre de 2019

Decisiones económicas en los cambios hormonales de la mujer

Подняться наверх