Читать книгу Cartas que no llegan a su destinatario - Gabriela Cantú Westendarp - Страница 11

VI

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Te abrazo como si mi cuerpo fuera la cánula,

el conducto para una transfusión.

Otra vez sumido en la manta aunque 40° arropan el verano,

a tu ligereza se le cuela el frío.

No llevas los aparatos que te permiten captar los ruidos del mundo,

pero estás alegre,

tal vez sigues escuchando esa música que confesaste el otro día.

Cartas que no llegan a su destinatario

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