Читать книгу Cartas que no llegan a su destinatario - Gabriela Cantú Westendarp - Страница 7
II
ОглавлениеTus ojos se clavan hacia dentro de tu rostro,
dos pozos profundos en la batalla contra la sequía.
La piel delgadísima que te cubre pierde vigor
y con el paso de los días expone tus huesos.
Para manipular tu cuerpo dos brazos son suficientes,
no hacen falta grúas o aparatos sofisticados,
te has convertido en un pedacito, un hombre pequeñito.