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LOS RUSOS SE TOMARON A CALI
ОглавлениеLos rusos del Ballet de Ucrania nos conquistaron con sus danzas folclóricas. Unos verdaderos magos. Ahora sí queda desvirtuada la teoría de los Opus Dei políticos, de que los rusos tienen cola y huelen a azufre. Sencillamente eran unos artistas geniales. Las bailarinas eran bellas como cualquier burguesa caleña. Qué ritmo prodigioso en escena. Ciento veinte bailarines en el gigantesco escenario del Gimnasio Olímpico, y no se notaban.
El vestuario fabuloso como de Las mil y una noches, cosa de leyenda. El ritmo dinámico, viril, frenético en el grupo de los bailarines y sus danzas guerreras. En las bailarinas era la ensoñación, la poesía, la exactitud en sus idilios campesinos o en sus danzas de tejedoras.
Por tres noches consecutivas colmaron las graderías del Gimnasio Olímpico con un éxito delirante. Todo Cali se derramó a fraternizar con los rusos en la belleza de su arte, donde todos somos comunistas.
El director artístico de las danzas de Ucrania, Pavlo Virsky (artista del pueblo de la Unión Soviética, por supuesto), declaró: “Somos dichosos cuando vemos que los bailes por nosotros creados alegran a la gente, les hacen sonreír, cuando vemos que los ojos brillan llenos de agradecimiento, y en un arrebato de buenos sentimientos nos aplauden, expresando su aprobación a nuestro arte. Nosotros tratamos de mostrar con la mayor sinceridad y de cantar la gran fuerza, belleza e inagotable optimismo de nuestro pueblo ucraniano, amante de la libertad”.
Todo eso lo sentimos en Cali, y su mensaje de belleza y de libertad expresado en su arte popular nos hizo felices. ¡Gracias, queridos camaradas!