Читать книгу Ancor - Guillermo A. Cabrera Moya - Страница 10
ОглавлениеAunque los mayores habían prohibido a Ancor salir de aquel barranco solo, él estaba convencido de que debía hacerlo y de que su futuro estaría ligado a aquella mágica montaña.
Como todos, iba vestido con su tamarco, un vestido hecho con piel de cabra que su madre había confeccionado para él hacía ya algún tiempo.
Sus pies iban protegidos por unos xercos, especie de sandalias hechas también de piel que se ajustaban perfectamente a los mismos, facilitándole así la ascensión por las rocosas montañas, los árboles…
Como a todos los niños y niñas, le gustaba llevar colgando un pequeño bolso peludo que había confeccionado él mismo siguiendo las instrucciones que su madre le había dado. En él iba guardando piedras, pequeños huesos… y todo aquello que le llamara la atención, tuviera o no utilidad. Al fin y al cabo, era un niño.