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EL PASTOR CONSEJERO Y LA CONSEJERÍA PREMATRIMONIAL

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El pastor-consejero y el material secular

Algunas personas leerán este manual y se preguntarán: «¿Qué hace un pastor discutiendo de seguros de vida, presupuestos o sexo?». La respuesta es simple: él es responsable del bienestar espiritual de su rebaño. Para el cristiano, todas las cosas son sagradas, incluso el seguro de vida, el presupuesto y ¡el sexo! En la consejería prematrimonial, el pastor puede tomar la iniciativa para discutir una amplia variedad de temas con la pareja. Sin este estímulo, tal vez ellos jamás hubiesen buscado asesoría profesional en estas cuestiones o quizá no las hubieran discutido entre ellos. Se espera que el consejero pueda sentar la base para que otras personas más competentes puedan brindar la asistencia necesaria en áreas como los seguros o la inversión.

La mayor preocupación del pastor es la actitud; pero esta no puede ser determinada o discutida de una manera abstracta. La actitud puede ser observada mejor en relación con las tareas del diario vivir. Adicionalmente, el pastor está interesado en registrar patrones de comportamiento. Los patrones de comportamiento pecaminoso pueden rápidamente entorpecer la comunicación. También, la falta de conocimiento básico en cualquiera de estas áreas vitales estudiadas en este programa debe llamar la atención del pastor, ya que esto afectará negativamente la habilidad de la pareja para servir a Jesucristo con efectividad. Toda la vida es el ámbito legítimo de un consejero espiritual.

El pastor-consejero y su preparación

Algunas suposiciones básicas

Este manual se basa, por lo menos, en tres suposiciones. Primero, estoy asumiendo una base de conocimiento bíblico por parte de aquellos que estén interesados en usar este programa, por lo tanto el contenido no está cargado de referencias bíblicas y argumentaciones.

En segundo lugar, el conocimiento de la resolución bíblica de un problema —aplicación práctica de la doctrina bíblica a los problemas de la vida diaria— se da por sobreentendido en la mayoría de las instancias. Si el ministro u otro consejero no domina, por lo menos, la resolución bíblica de los problemas —siendo un pecador, no siempre la aplicará—, tendrá poco éxito en ayudar a otros.

La tercera suposición se refiere al arte de aconsejar. Dado que cada pastor está llamado a la consejería, estoy asumiendo un conocimiento básico de parte del lector.30

Familiarización con el programa y su contenido

Antes de usar los principales lineamientos de este manual, el lector debería hacer cuatro cosas:

1. Leer el manual completo.

2. Hacer todas las tareas designadas, las cuales sugiero que sean completadas por el consejero.

3. Comprar o hacer que la librería de la iglesia adquiera los libros recomendados en las notas de pie de página, para que los consejeros los lean.31

4. Un buen ejercicio es pedir a tu pareja que juntos hagan cada sesión y tarea asignada. Discutan cómo han manejado estas áreas y cómo les hubiera beneficiado un programa como este en su propio proceso de ajuste matrimonial.

El pastor-consejero y sus objetivos

Hay tres metas en este programa de consejería prematrimonial, cada una es importante y vale el esfuerzo del consejero.

Por supuesto, la primera meta tiene que ver con la consejería directamente. La consejería prematrimonial debería enfocarse en establecer un verdadero hogar cristiano que glorifique a Dios y produzca contentamiento en la pareja. La actividad del consejero en el programa presentado en este manual consiste, en general, en instrucción y guía. Frecuentemente, el consejero dará consejos, y aunque algunos podrían oponerse, considero que la gente joven desea sugerencias concretas de un consejero positivo y competente. Quieren una serie de lineamientos realistas que los capacite para desarrollar una vida estable juntos. Dado que no podrán articular o comprender totalmente esto, su meta al ingresar en consejería prematrimonial es muy similar a la del pastor. Si él logra ayudarlos a estar seguros de esto, su tarea se facilitará considerablemente.

Una segunda meta, que podría sorprender a muchos, es animar a la gente a ser parte de la membresía de una iglesia. En nuestros días, esta no es importante ni respetada en gran parte de la comunidad evangélica. En algunos sectores, incluso, es mal vista. Muchos jóvenes graduados de universidades cristianas nunca han estado bajo el cuidado o disciplina de una iglesia local. La consejería prematrimonial ofrece la oportunidad de canalizar a estos jóvenes dentro de la vida de la iglesia. Podría ser importante instruirlos acerca de este importante aspecto de la vida cristiana. Una pareja, por ejemplo, se convirtió gracias a un trabajo de campo en una universidad secular. Nunca se les explicó acerca de la importancia de asistir a una iglesia local, y tampoco lo hicieron durante su vida universitaria. Al abordar esta instrucción durante las sesiones, se enfatiza la cercana relación entre la iglesia y la familia.

La evangelización puede ser citada como la tercera meta de la consejería prematrimonial. Adams ha establecido consistente y correctamente este punto. Cuando una pareja no califica para el matrimonio por no ser creyentes, él recomienda: «Siempre que haya una razón para hacerlo, él (el pastor) debe mantener una esperanza realista. (Reunámonos varias veces para discutir el evangelio). Es decir que las personas (o persona) que no son salvas pueden ser evangelizadas».32

El pastor-consejero y su proceso

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Si el valor y la necesidad de la consejería prematrimonial pueden establecerse teológicamente, entonces cada pastor es responsable de tener un programa. Pero sólo esto no es suficiente. Debe crear una atmósfera de expectativa. Esta puede desarrollarse naturalmente durante un período. Las parejas que se han beneficiado con esta consejería cultivarán el deseo en otras para que ingresen en el programa. Pero al inicio y de forma ocasional, el pastor necesitará anunciar el curso en el boletín de la iglesia, usar ilustraciones para los sermones y otros métodos creativos para animar a las parejas a buscar consejería prematrimonial. Dado que creo firmemente que este tipo de consejería debe ser un requisito para casarse, parecería poco sabio usar esto como una forma de presión pública para tomar el curso. Este punto se debe explicar mejor cuando la pareja busca la participación del pastor en la boda.

Archivo

Es imperativo mantener un archivo separado por cada pareja. Esta carpeta servirá para almacenar los resultados de las pruebas aplicadas además de otra información que incluye las tareas realizadas en casa y las notas del pastor para cada sesión, que también deberían mantenerse en esta carpeta. Los archivos son privados y deben guardarse en un lugar seguro.

Notas de la sesión

El tomar notas en cada sesión parece ser un gran dilema para muchos consejeros; sin embargo, esta es una lucha innecesaria. Tomar apuntes capacitará al consejero para que sirva con más efectividad. Esta es razón suficiente para hacerlo. Los aconsejados objetarán esto varias veces; pero si se presenta tal réplica, bastará con una simple explicación: «Estoy tomando notas para ayudarme a recordar comentarios, expresiones faciales, problemas mencionados, etcétera. Esto me ayudará a servirles mejor, pueden estar seguros de que estos archivos están en un lugar seguro y con llave». Esta argumentación, usualmente, calmará sus temores.

Se sugiere un formato para tomar notas en la figura 1.


El tomar notas organizadamente puede ser de mucha ayuda. Este formato debe funcionar como un organizador: el uso de los dos nombres puede ser especialmente útil si la pareja o una de las personas no son bien conocidas por el pastor-consejero. La fecha es un medio para la reconstrucción del orden de los eventos revelados en la consejería. Digamos, por ejemplo, que el pastor Jorge anotó en la columna de agenda, que Grace estuvo muy nerviosa durante la tercera sesión. De ahí en adelante, ella demostró un incremento del nerviosismo cuando se hablaba de su madre (también esto se registró en la agenda). Durante la sexta sesión, el pastor Jorge comparte su observación con Grace y le pregunta qué sucedió entre ella y su madre en la semana del 5 de mayo. Grace medita detenidamente la respuesta. Finalmente dice: «¡Mi madre me acusó de tener un comportamiento inmoral con Jack!». Esta información permite al pastor Jorge investigar el problema y enseñarle a Grace a manejarlo apropiadamente.

La porción de Notas en la hoja provee la oportunidad de registrar el curso general de la sesión. Algunos de estos asuntos serán trasladados a la columna de agenda tal como se mostró en el ejemplo anterior. El curso de la sesión incluye cosas como el recuento de una pelea o algunos eventos que llevaron a un cierto clímax, información general, eventos particulares de una vida pasada, observaciones del consejero, etcétera. Las notas capacitarán al pastor para reconstruir la sesión si este es su objetivo.

La sección de tareas es un registro de deberes y una oportunidad de revisar que sean completadas exitosamente (C = deberes completos). Esto dará al consejero una lectura de la consistencia de la pareja.

Preparación para cada sesión

Es aconsejable prepararse para cada sesión. Una revisión de la última y la transferencia de los ítems de la agenda a la hoja de notas del día mantendrán al consejero al corriente. Debe además asegurarse de tener las hojas de tareas listas para distribuirlas.

Otro factor del proceso debe ser mencionado: la pareja siempre recibirá la consejería junta.33 Un buen matrimonio requiere la habilidad para comunicarse, y se debe cultivar la capacidad para discutir cualquier tema concebible. La consejería prematrimonial es, en realidad, parte del proceso de unión entre el hombre y la mujer en santo matrimonio. ¡Se necesitan dos para unirse!

Cobros

Todo pastor debe determinar para sí mismo si cobrará o no por sus servicios. Si se va a cobrar por los servicios, se debe informar a la Junta Administrativa de la iglesia.

Se puede cobrar un costo razonable por el servicio de aplicación de las pruebas, que puede diferenciarse de una tarifa por consejería, poniendo el nombre de tarifa por pruebas, el cual puede cobrarse en la primera sesión. Esta tarifa debe incluir el costo de materiales, el entrenamiento del pastor y el tiempo invertido.

He visto que, en algunas instancias, el cobro de una tarifa por la consejería es un incentivo adicional para que el aconsejado participe de todo corazón en las sesiones. El programa sugerido en este manual demandará de doce a quince horas del tiempo de un pastor. Al costo mínimo de 10 dólares la hora, y sumando el costo de las pruebas, se puede proponer un costo de 180 a 200 dólares por el curso de consejería. Un paquete de 100 dólares por el programa completo, dentro del contexto del ministerio pastoral para no miembros de la iglesia sería una figura razonable. Se puede además sugerir que esta cantidad sea dada como contribución a la iglesia por parte de los que no son miembros. No creo que un pastor deba cobrar a los que son miembros de la congregación, la consejería es básicamente un ministerio. Es precisamente por esta inversión de tiempo en el ministerio que la congregación le paga su salario.

El pastor-consejero como un obstáculo

Dios no manda a sus pastores a realizar bodas en todas las ocasiones. Es de hecho una práctica buena, aceptable y, por implicaciones, bíblicamente garantizada. Pero no es un mandamiento. El pastor debe evaluar la situación y determinar los lineamientos para esta práctica. A mí me parece que es prerrogativa del pastor el decidir a quiénes casará. Sin embargo, se trata de un privilegio que no puede ejercitarse ligeramente.

La primera contingencia que se debería enfatizar de una forma gentil y positiva es la obligatoriedad de completar un curso prematrimonial. Cuando una pareja se dirija a él para solicitar sus servicios, el pastor debe asumir que están dispuestos a tener, por lo menos, una cita en privado con él. Después del acercamiento, él simplemente debe revisar su agenda y sugerir algunas fechas posibles para una próxima reunión en su oficina. En esta primera visita, ya se puede arrancar con la sesión uno del programa, que incluye la explicación de la necesidad de completarlo.

Durante el desarrollo de la sesión, el consejero puede hacer las siguientes recomendaciones:

1. Sugerir que la boda se retrase (muchas razones pueden entrar en juego: objeciones de los padres, inmadurez emocional o espiritual de uno u otro compañero, etcétera).

2. Sugerir también la terminación de la relación. Por ejemplo, si su intento de evangelización falla, debe advertir al creyente que termine sus planes de matrimonio.

Al hacer cualquiera de estas recomendaciones o al rehusarse a realizar la ceremonia, el pastor debe demostrar un espíritu positivo y lleno de gracia. Su razonamiento debe ser explicado con cuidado. Su objetivo es animar a la pareja a considerar los aspectos bíblicos y restricciones para que respondan a ellas favorablemente.

Cuando aconsejé a una joven pareja que acababa de graduarse del Seminario Bíblico y planeaban entrar en el ministerio, les recomendé que pospusieran su entrada al servicio hasta septiembre. Su ministerio y su matrimonio se beneficiaría al tomar esos tres meses para enfocarse en su relación.

El pastor consejero y la consejería prematrimonial para segundas nupcias

Asumiendo que la pareja es elegible para segundas nupcias, hay tres asuntos que demandan atención particular. Estimo que casi la mitad de la consejería matrimonial tiene que ver con el hecho de que uno de los cónyuges ya estuvo casado antes. Se observan tres puntos que, en muchas instancias, son el foco de la discordia matrimonial. El orden en el que se consideran no refleja su nivel de importancia, este variará de pareja en pareja.

Finanzas

El programa llevará al pastor-consejero a la discusión de las finanzas. Sin embargo, el tópico se aborda orientado hacia el establecimiento de una primera — y ojala fuera la última— base financiera. Pero el problema específico de un segundo matrimonio es la interrelación de la situación financiera independiente de cada uno. A menudo, cada uno podría entrar en el matrimonio con una importante cuenta bancaria, propiedades, terrenos e incluso seguros o pólizas como las de vida, que un esposo podría dejar a la viuda. Estos asuntos deben discutirse ampliamente en la pareja y hacerse acuerdos para la unión de estos recursos y la posesión común de ellos.34 Si la unificación no es posible por problemas legales o debe ser postergada por asuntos de impuestos, sería bueno para la pareja que se escriban acuerdos. También se les debería animar a redactar nuevos testamentos, en los que se expliquen cuidadosamente sus deseos en cuanto a los asuntos financieros. Todo esto debería redactarse antes del matrimonio y podría llevarse a cabo el día de la boda. Para atender los detalles de estos asuntos, el pastor puede aconsejar a la pareja para que busque asesoría legal.

Existe un asunto adicional que debe tratarse, está en el terreno de las finanzas y podría estar cargado emocionalmente: ¿vivirán en la casa de uno de los dos? La respuesta no es necesariamente negativa; pero un pastor sabio explorará esta decisión con ellos.

Muchas de estas personas son experimentadas; pero tienen manchas en el transcurso de su vida, en los casos de personas divorciadas o en los que no se ha pasado por esta experiencia. El interés del pastor-consejero no está en los detalles de los acuerdos a los que llegó la pareja, sino en sus actitudes con respecto al establecimiento de unidad en esta área.

Integración familiar

Ya sea que la pareja esté compuesta por un viudo y una viuda, o personas divorciadas, la integración familiar demanda planificación. Usualmente, la pareja está de acuerdo con que el hombre sea la cabeza del hogar. Él es, en última instancia, el responsable por la aplicación de estándares bíblicos, así como por la disciplina de los niños, incluso si son hijos de la mujer que vienen de su matrimonio anterior. Es este último hecho el que requiere especial atención cuando se trata de estándares y educación. El pastor debe adaptar el programa para atender estos requerimientos. Este es un excelente caso para lograr un acercamiento presentando un episodio o dos acerca del ejercicio de un rol que podría causar respuestas emocionales que la pareja necesita aprender a manejar de una forma espiritual y madura.

Lo importante de cultivar una relación con los hijos de la pareja debe ser señalado. Si los niños están involucrados, estas personas se están casando con la familia completa y no solo con el otro. Se requiere trabajo, amor y tiempo para facilitar una relación familiar plena. En los casos en los que se involucren a niños de siete años o más —más joven si el niño ya ha tenido cierta dificultad en relacionarse con la pareja de su padre—, es sabio permitir que ellos asistan, por lo menos, a una sesión. El consejero puede explorar cualquier cosa que estime necesario o puede, simplemente, observar la respuesta del niño hacia los padres durante la sesión y determinar las acciones futuras de acuerdo con sus observaciones.

Las normas de adopción cambian de estado a estado. Me parece que la adopción legal tiene un impacto favorable en el proceso de integración familiar y debe ser impulsada en la mayoría de las instancias.

Pueden existir problemas especiales —los niños a un lado y las niñas al otro— que requieran acercamientos creativos por parte del consejero. Él y los padres necesitan pensar juntos acerca de los conflictos potenciales y trabajar para prevenirlos a través de la integración planificada.

Expectativas

Todos los individuos que ya estuvieron casados llevan consigo ciertas expectativas, usualmente, más definidas que aquellas del primer matrimonio. Esta dificultad potencial puede ser intensificada por la viuda o el viudo que tuvieron un buen matrimonio previo. En lugar de esperar que la nueva pareja sea como papá y mamá, las expectativas se regirán de acuerdo al compañero o compañera anterior.

Tal vez dos sugerencia podrían compartirse con la pareja después de discutir esta tendencia:

1. Recuerda que tu nueva pareja es un individuo. Permítele ser la persona que es.

2. Debes estar de acuerdo con permitir a la otra persona que exprese libremente frustración cuando uno de ustedes se sienta presionado. La presión será, sin lugar a dudas y por momentos, no intencional; pero a veces, no. En cualquiera de los casos, el compromiso previo de discutir este asunto proveerá un marco para la solución del problema.

El pastor-consejero y la iglesia

El pastor puede involucrar efectivamente a su congregación con la consejería prematrimonial. Puede tener una lista de parejas, de preferencia sin niños y que hayan sido aconsejadas y estén convencidas de haber logrado un buen ajuste matrimonial. Cuando una pareja llega a la consejería, puede ser asignada a uno de estos matrimonios. El equipo de parejas podría tener un estudio bíblico semanal con ellos, desarrollar una relación social e, informalmente, discutir cualquier aspecto del ajuste matrimonial que los aconsejados deseen. Esta relación puede continuar durante el primer año del matrimonio sobre la base de una reunión mensual. El pastor puede adaptar esta idea y desarrollarla hasta donde sea práctica para cada situación.35

Tres para Estar Listos

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