Читать книгу Desde la universidad a la sociedad - Patricio Donoso Ibáñez, Ignacio Sánchez Díaz - Страница 55
ОглавлениеDesafíos en admisión, retención y titulación
La expansión de la cobertura del sistema de educación superior presenta el desafío de avanzar en equidad e igualdad de oportunidades en la composición de sus estudiantes. El ingreso a las carreras y universidades más exigentes sigue siendo limitado para los estudiantes más vulnerables, debido a las diferencias en la calidad de la educación básica y secundaria, lo que da cuenta de los resultados de las pruebas de admisión universitaria. Por otra parte, los índices nacionales de retención y tiempo de titulación son deficientes, y en buena medida dependen de los requerimientos de estos estudiantes.
Es necesario revisar el sistema de admisión universitaria y perfeccionar los mecanismos de apoyo a los estudiantes, de modo de generar las condiciones necesarias para la adquisición de competencias que les permitan avanzar en su desarrollo académico. Desde la UC hemos planteado propuestas en admisión, apoyo académico, con una mayor articulación y acortamiento de carreras.
Es necesario revisar el sistema de admisión universitaria y perfeccionar los mecanismos de apoyo a los estudiantes, de modo de generar las condiciones necesarias para la adquisición de competencias que les permitan avanzar en su desarrollo académico.
En primer término, los sistemas de admisión deben ser capaces de ordenar en forma confiable a los postulantes a partir de la medición de antecedentes relevantes para el éxito académico. Es importante perfeccionar el sistema único de admisión a las universidades, que debiera avanzar hacia la incorporación de nuevas instituciones. Se deben corregir las deficiencias que presenta la PSU, a través de asumir las críticas y sugerencias del informe internacional Pearson, incluyendo alinear las exigencias de la prueba a los requerimientos curriculares de la formación secundaria. El ranking de notas debe corregir sus falencias y aportar en la selección para aumentar la inclusión social con excelencia académica. Es necesario identificar nuevos componentes del sistema de admisión, con acciones concretas para favorecer a los estudiantes más vulnerables. Asimismo, se deben estimular los sistemas de admisión especial, reforzando los programas de inclusión y propedéuticos de las universidades. Un punto prioritario sigile siendo aumentar la calidad de la educación escolar pública para disminuir las brechas descritas.
En segundo lugar, con el fin de asegurar la integración y el éxito académico de los estudiantes favorecidos por las políticas de inclusión, es vital consolidar los programas de apoyo en diferentes áreas, tales como razonamiento matemático, lenguaje, ciencias, idioma inglés, entre otras. Esto permitirá disminuir las brechas académicas a través de un apoyo académico formal, organizado desde el período previo a su ingreso, y al menos durante los dos primeros años de sus carreras.
Tercero, es crucial evaluar los factores que explican el retraso en la titulación y la duración de las carreras. Entre ellos figuran el fracaso académico, aspectos socioeconómicos, y la falta de un sistema global de acompañamiento para los alumnos con dificultades de aprendizaje. Es importante destacar el proceso de nivelación en los primeros semestres, lo que es reflejo de la deficiencia del sistema escolar. La experiencia internacional revela que es posible formar profesionales en un tiempo menor, y para ello evaluar los currículos, pertinencia, contenidos y competencias es vital. En la UC hemos avanzado en el acortamiento y articulación de carreras en las áreas de educación, ingeniería y arquitectura. Sin embargo, esto debe estar acompañado de varios factores, como son la certificación de competencias y la existencia de un mercado laboral flexible, dispuesto a validar y emplear a los profesionales en sus diferentes etapas de formación. Estos cambios curriculares requieren estudios de seguimiento de los egresados y empleadores de una manera sistemática.
Por último, es importante lograr una mayor articulación de la formación universitaria, a través de competencias y habilidades que permitan nuevas oportunidades de educación y capacitación laboral continua y progresiva. La duración de las carreras requiere una mirada global para identificar los factores que aseguren la calidad y poder utilizar mejor el tiempo de educación universitaria.
Estas acciones se orientan a instalar al estudiante en el centro de la atención de las universidades. Solo así se podrá avanzar en una educación superior centrada en el crecimiento de la persona y su desarrollo integral.
Carta publicada en el diario El Mercurio el 6 de octubre de 2014.