Читать книгу Desde la universidad a la sociedad - Patricio Donoso Ibáñez, Ignacio Sánchez Díaz - Страница 57
ОглавлениеUna nueva PSU
Por estos días, más de 280 mil estudiantes rinden la Prueba de Selección Universitaria (PSU). Existen datos interesantes en la presente versión que merecen ser destacados: el 72% es de la promoción de este año; 53% son mujeres; 70% proviene de la educación científico-humanista; un 89%, del sector municipal y subvencionado. Cerca de 90 postulantes tienen más de 60 años, siete la rendirán en Juan Fernández y 1.880 en dependencias carcelarias del país.
Los sistemas de admisión deben ser capaces de ordenar en forma confiable a los postulantes a partir de la medición de antecedentes relevantes para el éxito académico. Estos deben reflejar el desarrollo escolar y ser comparados con pruebas estandarizadas. Es importante perfeccionar el sistema, el que debiera avanzar hacia la incorporación de nuevas instituciones. Así también, se deben corregir las deficiencias que presenta la PSU, tomando en consideración las sugerencias del informe internacional Pearson. Estas críticas pusieron el énfasis en alinear las exigencias de la prueba con los requerimientos curriculares de la formación secundaria.
La prueba actual tiene las ventajas de ser objetiva, no discrecional, simultánea, accesible, económica e independiente. Sin embargo, junto con las cualidades descritas, el instrumento ha estado sometido a críticas muy válidas, por reflejar e intensificar la brecha socioeconómica existente en el sistema educacional.
Hace un par de años se implementó una nueva institucionalidad del Sistema de Admisión Universitaria, con el fin de modernizar la gestión del proceso de admisión, asegurar su calidad y darle una mayor transparencia. La prueba actual tiene las ventajas de ser objetiva, no discrecional, simultánea, accesible, económica e independiente. Sin embargo, junto con las cualidades descritas, el instrumento ha estado sometido a críticas muy válidas, por reflejar e intensificar la brecha socioeconómica existente en el sistema educacional. Al evaluar el conocimiento de los contenidos curriculares, la influencia de la calidad de los establecimientos educacionales, y por ende de factores socioeconómicos, es significativa. De esta manera, la PSU revela la inequidad social de nuestro sistema educativo. Es crucial resaltar que el desafío prioritario es aumentar la calidad de la educación pública para disminuir estas brechas académicas.
Las novedades de este año son que no se descontará puntaje por las preguntas erróneas, se incorporarán preguntas de pilotaje (5 de 80) para evaluar la calidad del instrumento, y se mantendrá la prueba de Ciencias para la educación técnico-profesional, considerando el currículo de estos estudiantes.
Por otra parte, el ranking de notas debe corregir sus falencias y aportar en la selección para aumentar la inclusión social con excelencia académica. Es necesario identificar nuevos componentes del sistema de admisión, con acciones concretas para favorecer las oportunidades de acceso de los estudiantes vulnerables.
Asimismo, se deben estimular los sistemas de admisión especial, reforzando los programas de inclusión de las instituciones y las iniciativas de propedéuticos que ha estimulado el ministerio en varias universidades.
Se inicia una nueva versión de la PSU, y con ello un desafío de avanzar en los cambios que signifiquen un sistema de acceso a la educación superior de mayor calidad y equidad para el desarrollo de nuestros jóvenes.
Publicado en el diario La Tercera el 2 de diciembre de 2014.