Читать книгу Inspiración y talento - Inmaculada De La Fuente - Страница 12
Corresponsal de guerra en Marruecos
ОглавлениеEn el verano de 1909 se convirtió en la primera corresponsal de guerra. La matanza de soldados españoles en el Barranco del Lobo, próximo a Melilla, generó una cadena de protestas en el país que llevó a la periodista a los orígenes del foco informativo. Estaba de vacaciones como profesora y viajó a Málaga para escribir crónicas sobre los heridos, la acción humanitaria de Cruz Roja y la escasez de agua que sufría Melilla. Le acompañaba su hermana Ketty. Posteriormente, se desplazó a Almería para cubrir el conflicto desde otro ángulo y consiguió pasar a Melilla, adelantándose por propia iniciativa a las indicaciones de El Heraldo. No era fácil para una mujer acceder a Melilla. Desde Málaga ni ella ni las damas de la Cruz Roja podían hacerlo. Pero buscó la manera de acercarse al centro del conflicto y contarlo.
Sus crónicas llegaron con regularidad a El Heraldo. Ella regresó a la península para incorporarse a sus clases de Toledo en unos días en que el conflicto con Marruecos ocupaba el centro de la política nacional y El Heraldo difundía la protesta de la prensa por la censura militar. Más adelante, en Guerra a la guerra, dejaría aflorar las ideas antibelicistas que no había podido expresar en sus crónicas. Y En la guerra (Episodios de Melilla), un texto más elaborado que publicó en El Cuento Semanal. La autora encontró en las diversas publicaciones semanales que proliferaron esos años y que abarataban costes (El Libro Popular, La Novela Corta, la Novela de Hoy, Los Contemporáneos) un filón para dar a conocer una obra narrativa de rasgos melodramáticos y efectistas. Eran obras escritas desde la inmediatez y la experiencia en las que a menudo lograba pergeñar personajes más interesantes y complejos que la propia trama.
Pronto vivirá una primera separación de Ramón Gómez de la Serna, al ser nombrado este Secretario de la Junta de Pensiones de París. Su padre deseaba apartar a su hijo de Madrid y del influjo de Carmen de Burgos y, gracias a sus contactos, no fue ajeno a esta designación. París no era, sin embargo, un destino extraño para Ramón, que ya había viajado a la capital francesa a los 15 años, al finalizar el bachillerato. La lejanía servirá de acicate y excusa para que esa viajera vocacional que era Carmen de Burgos fuera a visitarle y a pasar la Navidad y Año Nuevo de 1910 con él en el Hotel Suez, además de compartir juntos una escapada a Nápoles y a Londres. En ese París compartido, el joven Gómez de la Serna le habló de Colette o Rachilde, contrapunto de otras devociones literarias que De Burgos seguía con pasión, como el naturalismo de Émile Zola.