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Los cuentos de hadas y los arquetipos
ОглавлениеHemos visto que la dimensión imaginaria y simbólica es la que caracteriza la naturaleza de los cuentos de hadas, que recogen la sabiduría y los secretos cuyo conocimiento puede ayudar al crecimiento psíquico en todas sus etapas. El cuento de hadas evoca ese espacio ejemplar, ahistórico y numinoso.
Estos relatos son un crisol de símbolos universales que evocan las fases y experiencias clave por las que atraviesa el ser humano en su proceso de construcción de su identidad y su imagen de la realidad. Están ligados a la propia necesidad de comunicar, de crear símbolos, de contar historias y son potenciadores de las emociones humanas más genuinas. Carl Gustav Jung nos dice que para entender bien estas preciosas creaciones, cuyo conocimiento e interpretación resultan de un valor esencial al estudioso de la psique humana, es necesario profundizar en las imágenes arquetípicas, que constituyen la esencia de los cuentos de hadas, y aproximarse no solo a los pensamientos elementales que muestran, sino también a las imágenes poéticas, emociones e incluso pulsiones elementales que contienen y que poseen la capacidad de evocar. Estos componentes emotivos y creadores dotan al propio universo del arquetipo de vida y verdadero sentido.
Por su parte, Marie-Louise von Franz afirma que los cuentos de hadas expresan de manera extremadamente sencilla y directa estos procesos psíquicos del inconsciente colectivo. Es decir, están constituidos por imágenes arquetípicas y reflejan estructuras psicológicas fundamentales.
En los cuentos de hadas encontramos cuatro grandes niveles de contenido: antropológico, histórico, social y psicológico, que se encuentran mezclados desde el origen mismo de los relatos, siendo más perdurables los aspectos antropológicos y psicológicos. Por tanto, sus señas de identidad más prototípicas se encuentran en las dimensiones antropológicas y psicológicas por tratarse de estructuras inherentes a la especia humana, de tal complejidad, amplitud y significación que requieren su expresión y recreación continuas. Son unidades de contenido profundo, ligadas a las señas de identidad fundamentales de las que hemos hablado, como su vinculación con el inconsciente colectivo y los arquetipos. Por su parte, las dimensiones históricas y sociales de los cuentos aportan el contexto del argumento esencial y muestran vestigios del momento histórico y los valores de una época.
En resumen, por lo tanto, es fundamental diferenciar los elementos esenciales de significado de los elementos complementarios. Los primeros corresponden a los niveles de contenido antropológico y psicológico.