Читать книгу Territorio en movimiento(s) - Isabel Cristina Tobón Giraldo - Страница 11
Notas
Оглавление1 Lo neocolonial se entiende como otras formas dominantes de expoliación que se van renovando con el tiempo.
2 Esta es la forma como se identifican gran parte de los pobladores afro del norte del valle geográfico del río Cauca.
3 “Otro mundo es posible” es el lema del Foro Social Mundial, organización que articula y organiza movimientos sociales que sufren las consecuencias ambientales, económicas y humanas del sistema de relaciones impuesto por Occidente (Santos, 2005).
4 La Asociación de Cultivadores de Caña de Azúcar de Colombia (Asocaña), la Asociación Colombiana de Productores y Proveedores de Caña de Azúcar (Procaña), el Centro de Investigación de la Caña de Azúcar en Colombia (Cenicaña), la Asociación Colombiana de Técnicos de la Caña de Azúcar (Tecnicaña) y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT).
5 Vale la pena aclarar que en el contexto europeo también hay formas de despojo en entornos sociales que, en lo que conozco, han creado movimientos de indignados. En Coimbra y en Lisboa, encontré un grafiti que se repetía en los muros de las construcciones abandonadas en el centro de las ciudades: tanta casa sem gente, tanta gente sem casa (tanta casa sin gente, tanta gente sin casa).
6 Podría citar cómo fue mi primer día de llegada a Villa Rica. Salí antes de las 7 de la mañana hacia el Terminal de Transportes de Cali. Estando allí, descubrí que solo había dos alternativas de ruta para llegar a mi destino. Una, yendo primero a Puerto Tejada, población a la que van más opciones de transporte. La otra, una ruta directa a Villa Rica. Como no estaba segura de conseguir con facilidad algún vehículo a mi llegada a Puerto Tejada, opté por la ruta expresa. En el recorrido atravesamos el suroriente de la ciudad de Cali. La ruta se detuvo en todos los lugares donde las personas señalaban con la mano. Hubo pasajeros que hicieron trayectos muy cortos, pero en su lugar otros fueron subiendo a reemplazarlos. Aún no tengo claro qué carretera tomamos, pero esta conduce a la plaza central de Villa Rica, la misma en donde, tras varias horas de camino (más de cuatro, quizás), me esperaba Charly Ararat. El regreso de ese primer día no fue en un bus, sino en un carro pirata, vehículo particular que presta un servicio alternativo y complementario al transporte público formal. Esta informalidad organizada tiene horarios, rutinas, claves, códigos y un esquema de información por radioteléfono en el que advierten dificultades en la vía, anuncian trancones y la necesidad de otros servicios. Las personas esperan la llegada de este transporte sentadas en sillas de plástico, en una calle en donde se siente la brisa fresca, a la sombra de un almendro. Cada uno llega, saluda, va conversando y se levanta al escuchar la voz del “nos vamos”, para estar luego, en menos de media hora, en la esquina del movimiento, ubicada en la carrera 100 con calle 16 de la ciudad de Cali. El pirata resuelve en media hora el desplazamiento que al transporte formal le toma más de cuatro horas, con lo que no es difícil concluir que es el medio más fácil, cómodo y rápido para transportarse cuando se acaba el perímetro urbano de la capital del Valle.