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Movilización social

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Este eje no cuenta con tantos abordajes como los anteriores dos temas, dado que es un tópico de reciente incursión en la bibliografía sobre la región y se presenta de manera secundaria en las aproximaciones que pretenden dar cuenta de la dinámica de conflictividad y de construcción de paz en la zona. Así, Carvajal (s. f.), en su caracterización de la región del Catatumbo, realiza un balance tanto de los ejercicios de movilización y protesta popular como de los diversos actores no armados que convergen en el territorio.

La autora comienza por anotar que la movilización en esta región no es coyuntural, ni reactiva, sino que, por el contrario, obedece a luchas históricas por parte de los sectores populares a causa de la represión y la conflictividad, la falta de condiciones mínimas de vida y el abandono e incumplimiento estatal:

Como correlato al sistemático abandono del Estado, el campesinado del Catatumbo empieza a configurarse como sujeto político, dándose inicio a un fuerte proceso de movilización social que se mantiene vigente y que ha demandado, desde la década del ochenta y de la mano de la comunidad indígena barí y otros sectores populares del territorio, la garantía de sus derechos y el reconocimiento de su agencia e independencia por parte del Estado colombiano. (s. f., p. 18)

También afirma que la movilización social en la región ha sido profundamente estigmatizada y criminalizada por parte tanto del Gobierno, como de las élites locales y los grupos paramilitares, lo cual evidencia una persecución a líderes. En el diagnóstico de actores en el territorio Carvajal menciona a la Iglesia, a organizaciones defensoras de derechos humanos, asociaciones de víctimas y organismos internacionales. Asimismo, resalta la participación de organizaciones sociales centrales en el territorio tales como la Ascamcat, el Comité de Integración del Catatumbo (Cisca), la Asociación Comunidad Motilón Barí de Colombia (Asocbarí), la Asociación de Desplazados de la Provincia de Ocaña (Asodepo) y las Organizaciones de Población Desplazada de Norte de Santander (p. 32).

Por su parte, Cruz (2017) lleva a cabo un análisis del Paro del Catatumbo en el 2013 desde el enfoque de procesos políticos en el análisis de los movimientos sociales, para lo cual toma como factores estructurantes de las movilizaciones tres elementos: las estructuras de oportunidad política, las estructuras de movilización y los marcos de acción colectiva. Estos elementos, ubicados para la movilización de estudio, se reflejan para el primer punto –según el autor– en los elementos de contexto político que favorecieron la gesta de diversas expresiones sociales como, por ejemplo, dicho paro; estas las caracteriza el autor como producto de los diálogos de paz con la guerrilla de las FARC-EP, y de la relativa apertura política que se dio en el gobierno de Juan Manuel Santos en comparación con su antecesor. Las estructuras de movilización que viabilizaron la protesta las ejecutó, principalmente, Ascamcat, la cual se vio en la capacidad de organizarse tanto interna como externamente y convocar así a diversos sectores de la sociedad. Por último, el marco de acción colectiva que guió el sentir de los campesinos participantes fue la construcción de la Zona de Reserva Campesina del Catatumbo (ZRC-C).

Este autor describe el paro en cuestión, y establece tres momentos correspondientes a los cambios de la contienda política:

En el primero, el gobierno responde con la criminalización y la represión, mientras los manifestantes ganan adeptos. En el segundo, el gobierno oscila entre negociar y proponer un plan alternativo que desconoce el pliego de exigencias de los manifestantes, esperando que la movilización se desgaste. En fin, en el tercer momento la estrategia del gobierno parece rendir sus frutos, pues los manifestantes recurren a una comisión de mediadores y acceden a retirar los bloqueos para negociar. (2017, p. 8)

Por último, es importante mencionar que Ascamcat ha desarrollado un ejercicio de sistematización de sus experiencias, el cual cuenta con importantes insumos que permiten entender las dinámicas presentes en el territorio, así como las luchas y las movilizaciones lideradas por esta organización. En este sentido, es destacable el esfuerzo conjunto que se llevó a cabo con el Colectivo de Abogados Luis Carlos Pérez en el diseño del “Plan de desarrollo alternativo para la reconstrucción y permanencia de la economía campesina en la región del Catatumbo-Norte de Santander” en el 2012, así como una cartilla “Qué es la reserva campesina y el Plan de desarrollo alternativo para la reconstrucción y permanencia de la economía campesina en la región del Catatumbo?”.

El “Plan de desarrollo sostenible” marca un hito en Ascamcat y repercute en su fortalecimiento como organización social, en la medida en que surgió como respuesta a la demanda que hizo el Gobierno, por medio del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder), de formular una visión de su territorio enmarcada en la figura de la zona de reserva campesina (ZRC), por la cual se retó a esta a asumir un rol propositivo, de manera que se posicionó dicho documento como requisito para la declaración de la región como ZRC.

Este texto refleja una metodología participativa y de construcción colectiva con las y los campesinos catatumberos, por la cual se consignan algunos referentes teóricos que sustentan la visión que tienen del territorio, el medio ambiente, la economía campesina, la acción política y el tejido social. Una segunda parte del documento aborda las condiciones físicas del territorio, la historia de la región y su situación actual en términos económicos, sociales, políticos y organizativos, y se resaltan las diversas conflictividades que se presentan. Así, por último, desde una visión propositiva, plantea soluciones a las problemáticas mencionadas con base en la ZRC, en las cuales se evidencian los proyectos concretos que se visualizan en los múltiples sectores concebidos. En este sentido, el plan se define como una,

apuesta para garantizar el bienestar, la estabilidad y el buen vivir del campesinado en la región a partir del desarrollo de su economía y del tejido social; construido a lo largo de muchos años de resistencia y defensa del territorio. Así mismo, como una estrategia para la conservación y cuidado del medio ambiente y la riqueza natural de la región. (Ascamcat y CCALCP, 2012a, p. 30)

La cartilla mencionada nace de un esfuerzo de Ascamcat por resumir y transformar el lenguaje técnico presente en el “Plan de desarrollo alternativo” a uno simple y gráfico, el cual permite extender los conocimientos y adelantos consignados en dicho documento y así hacerlos accesibles a los ciudadanos comunes que habitan la región del Catatumbo, de manera que se prioriza su entendimiento por parte de la base campesina catatumbera. Dicho material consigna la historia de Ascamcat como organización, la historia de las ZRC y el interés de cobijar bajo esta figura la región del Catatumbo, una contextualización de la situación económica, ambiental y social de la región y, por último, los planes y proyectos que se consignaron en el plan con el fin de solucionar las múltiples problemáticas identificadas, tal como el “Plan de manejo ambiental”.

Catatumbo resiste cincuenta y tres días de paro

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