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Introducción:

El Amor Universal

Cuando te sientas herido,

cuando te sientas cansada,

cuando se escape la vida,

cuando te encuentres en crisis,

Luz de la Esperanza,

¡Luz de la Esperanza!

J.T.R.

Cuando todo parece gris y triste, extraño, difícil, doloroso, siempre nos queda la luz de la esperanza que brota desde los confines del cosmos dándonos aliento, paz, seguridad, y que no es otra cosa que el Amor Universal.

Quiero aclarar que no soy especialmente creyente, es decir, no profeso religión alguna, que prefiero ser bruja a ser psicóloga (a las cuales respeto mucho), como prefiero ser yo a interpretar el papel de mujer, madre, hija, abuela, esposa o lo que sea, y que esta independencia de ser y estar como pasajera momentánea de este planeta, no me impide experimentar un gran amor por todo lo que nos rodea.

No está nada mal tener pareja y dar a luz a nuevos seres.

No está nada mal el abrazo sincero y protector de una madre o de una abuela.

No está nada mal enamorarse.

No está nada mal un beso.

No está nada mal una aventura.

No está nada mal disfrutar del sexo.

No está nada mal amar a la naturaleza y al mundo entero.

Como no está nada mal amarse a una misma con toda la intensidad del universo.

El amor tiene muchas facetas, y como emoción o sentimiento de posesión, dependencia, celos, competencia, moda, miedo a la soledad, suele ser alocado, momentáneo, intenso, sí, pero a la vez momentáneo, esquivo, rijoso, doloroso, engañoso, tramposo, traicionero, e incluso, cuando dura más de la cuenta, aburrido y tedioso, es decir, volátil y cambiante.

La soledad, tan denostada y temida, puede ser maravillosa, enriquecedora y fuente de paz, armonía y equilibrio con una misma y con el cosmos.

Todas las emociones y los sentimientos, cuando no son libres ni francos, pueden convertirse en una condena, en un dolor de cabeza.

El amor, cuando no es sincero y universal, puede convertirse en fuente de toda clase de conflictos.

Si hace daño, no es amor sincero y universal.

El amor universal tiene que fluir, porque no es una meta ni un deseo para satisfacer al ego, y no estancarse en un solo sendero, en una sola persona, ni siquiera si esa persona es una misma.

Amor es compartir.

Amor es dar sin esperar recibir.

Amor es caminar en libertad sin miedo.

El amor universal no es un drama de comedia para poder vibrar a través de los propios miedos e inseguridades con grandes cantidades de llanto.

No hace falta entregarse, sacrificarse o despeñarse por él.

No hace falta pedirlo, exigirlo, desearlo, esperarlo, porque siempre está ahí, dentro de todos los seres y las cosas.

El amor universal no es cuestión de fe o de creencias, está ahí, tan cierto como el calor del sol y el brillo de las estrellas, bañando nuestro ser todos los días y todas las noches de nuestra existencia independientemente de lo que creamos o dejemos de creer.

No importa la alegría o la pena que nos embargue, la luz sigue brillando incluso en la noche más oscura lo mismo que en el día más radiante.

No importan las crisis ni las ganancias, los logros o las derrotas, porque la luz es eterna y continua.

Esa luz que brilla en el sol y en las estrellas, también brilla dentro de todos los seres, tú y yo incluidos, porque estamos constituidos por el mismo espíritu, la misma energía y la misma materia, tanto en el sentido esotérico y mágico, como en el sentido físico y material.

Tenemos la misma edad del universo y estamos hechos y creados con los mismos elementos y de la misma manera.

Somos hermanos de las estrellas, ni menores ni mayores, hermanos.

Podemos superarlo todo, tenemos el poder del universo en nuestro interior.

No hay nada que no sea nuestra creación, pues no hay nada que no esté abrazado por nuestro amor.

Por supuesto que hay sombras y hasta plena oscuridad, pero basta una chispa de luz para rasgarlas y encontrar el camino.

Podemos meditar, pensar, crear a través de la luz y del amor.

La Luz de la Esperanza y el Amor Universal son equivalentes espirituales.


Una sola chispa de luz desgarra

la oscuridad del Universo entero

El rayo de la esperanza disipa todas las sombras del pasado y del presente, y abre los caminos hacia el destino anhelado.

Una sonrisa de luz rompe la oscuridad de la tristeza.

Cada ser, cada vida, cada existencia, sin importar en la forma que se manifieste, es energía pura, luz y esperanza de ser y estar, de continuar y de permanecer, sin importar las sombras que le rodeen.

Iluminar una sombra con la luz de la esperanza convierte el pesar en gozo, y nos recuerda que a pesar de toda adversidad nunca estamos perdidos, porque esa luz señala el sendero que ha de llevarnos de nuevo a nuestro hogar primigenio.

En el presente libro intentaré compartir los pasos que encienden esas luces interiores que todas y todos llevamos dentro, con meditaciones incluidas, para desgarrar cualquier oscuridad que intente arrebatarnos la luz de la esperanza.

Agradezco a Plutón Ediciones y a los compañeros de viaje que en ella coincidimos, como a Jay Tatsay y al Dr. Tapia, por su generosidad, y espero de todo corazón que a todos y cada uno de los seres que en este mundo habitan, se les ilumine el alma con la Luz de la Esperanza.

Gracias, gracias, gracias.

P.D.: Pido disculpas por mi manejo del castellano, que es mi segunda lengua madre, y doy gracias al equipo de Plutón Ediciones por corregirme y ayudarme a ser un poco más legible. Gracias, gracias, gracias.

La Luz de la Esperanza

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