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VINCULACIÓN SOCIAL UNIVERSITARIA, COLABORACIÓN INTERCULTURAL Y GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO

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La investigación realizada también permitió identificar la existencia de problemas de comunicación intercultural en el desarrollo de las experiencias de vinculación social universitaria estudiadas, que frecuentemente afectan la calidad de las relaciones de colaboración y de gestión del conocimiento.

Se identificaron cuatro tipos principales de dificultades de comunicación intercultural:

• Las asociadas a diferencias entre las culturas académico–institucionales de los equipos universitarios y las culturas territorialmente referidas de las comunidades y organizaciones sociales con las cuales se desarrollaron las experiencias.

• Las asociadas a diferencias entre las culturas académico–institucionales de los equipos universitarios y las culturas institucionales de algunos organismos públicos que ofrecieron espacio o participaron en las experiencias de vinculación (municipios, gobernaciones, escuelas, centros de salud, entre otros), y las de organizaciones no gubernamentales presentes en territorio.

• Las asociadas a diferencias entre las culturas académico–institucionales de los equipos que desarrollan estas experiencias y las de otros sectores de las mismas universidades, según los casos: otros grupos de docentes e investigadores, o bien funcionarios y autoridades universitarias.

• Las asociadas a diferencias entre las diversas culturas disciplinares presentes dentro de los propios equipos, en los casos en que estos estaban integrados por colegas y estudiantes de más de una disciplina.

Es posible que la referencia a problemas de comunicación intercultural de manera inmediata lleve a pensar en los que suelen presentarse en las relaciones con organizaciones e instituciones extrauniversitarias, aunque el estudio permitió apreciar que estos también son muy significativos en las relaciones con otros sectores de las propias universidades.

Para comenzar a dimensionar el posible alcance de los problemas de comunicación intercultural al interior de las universidades conviene tener presente que el universo de experiencias de vinculación social estudiadas incluyó tres tipos principales de casos. Algunas de ellas fueron desarrolladas de manera directa por instancias institucionales especializadas dedicadas específicamente a estos tipos de actividades, como, por ejemplo, secretarías, vicerrectorías o direcciones de extensión, vinculación, incidencia o semejantes, en tanto otras fueron desarrolladas por equipos docentes y de investigación. Entre estas últimas, a su vez, algunas fueron impulsadas y apoyadas por instancias institucionales especializadas como las mencionadas o por otras, como, por ejemplo, departamentos disciplinares o carreras; en tanto otras fueron impulsadas y gestionadas “desde abajo”, por los propios equipos docentes y de investigación sin contar con el apoyo de esos tipos de instancias institucionales.

Como era de esperar, esta diversidad de tipos de casos se expresó en las modalidades de colaboración y de comunicación entre diferentes unidades de cada universidad. A estas diferencias se añaden otras propias de las diversas culturas profesionales de las disciplinas académicas, como también otras asociadas a las diversas maneras de interpretar la misión de cada institución universitaria en particular.

Respecto de estos tipos de diferencias resulta interesante tomar en cuenta las respuestas que algunos de los responsables de los equipos universitarios objeto del estudio de referencia ofrecieron a una pregunta que indagaba sobre si en el desarrollo de las actividades de vinculación se había presentado algún tipo de dificultades de lo que se suele llamar comunicación intercultural.

En respuesta a esa pregunta, la profesora Marcela Irene Coppola, de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires, por ejemplo, sostuvo: “Muchas veces es más fácil sobrellevar las diferencias con la comunidad que con las otras instituciones, tanto educativas como gubernamentales”. El profesor Guillermo de Hoyos, de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional del Comahue, respondió: “Los únicos que puedo identificar ahora [se relacionan con] una cultura institucional en la que la burocracia administrativa ocupa un lugar central”. En tanto, la profesora Graciela García Crimi, de la Facultad de Odontología de la Universidad de Cuyo, a cargo de un proyecto de voluntariado universitario, dijo:

Las dificultades por el contraste de “visiones de mundo” son garrafales. Los que pretendemos realizar salidas a “campo” no existimos, lo que nosotros hacemos no es importante, nunca me voy a olvidar de la frase emitida por una de las autoridades de mi Facultad: “Pero eso es voluntario, lo hacen porque quieren”; respuesta emitida al solicitar permiso para que no se le computara falta a los alumnos que salían ese día a campo por el proyecto.

La existencia de diferencias significativas al interior de las universidades no es sorprendente. Esta es una característica propia de la mayoría de las organizaciones complejas. Las organizaciones complejas no son homogéneas, sino heterogéneas, en el sentido de que a su interior existen y se desarrollan diferentes interpretaciones del sentido, visión, misión y valores de estas. Así, cabe decir que dentro de organizaciones complejas conviven y contienden diversas culturas institucionales (Mato, Maldonado Fermín y Rey Torres, 2011). Las universidades no son una excepción a esta suerte de regla. Por el contrario, en ellas, cuanto menos debido a la diversidad disciplinar de sus miembros y unidades institucionales, tal heterogeneidad puede ser especialmente significativa.

Experiencias de vinculación universitaria

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