Читать книгу Toque de queda - Jesse Ball - Страница 14

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Ese cambio nimio era realmente agobiante. Las casas y los edificios estaban llenos de gente desesperada que tenía una interpretación profundamente errónea de su desesperación. Esto se debía a una astuta explicación por parte del gobierno. Es imposible saber, decían muchos en voz baja, si el ministerio piensa bien de nosotros, si actúa en nuestro beneficio. Pero todavía caían bellotas de los árboles, asomaban peces en la superficie de los estanques, etcétera. En una vida larga, decían muchos viejos, esto es solo una cosa más. Pero había otros que eran jóvenes y que no sabían nada sobre la fragilidad de la condición humana. ¿Irradiaban luz? Claro que sí, pero no se veía. Y entretanto, la mecánica trituración de huesos, y en la calle el paso leve de personas que caminaban en la cuerda floja.

Pero hacía poco, muy poco, los que no soportaban que los gobernaran así habían tomado medidas. Era imposible decir con exactitud qué había cambiado, pero el choque entre los dos bandos ahora era frecuente, y la gente de la ciudad se había acostumbrado a encontrar cuerpos sin que hubiera explicaciones.

Por supuesto, tales explicaciones solo se pueden dar después, cuando un bando ha ganado.

Toque de queda

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