Читать книгу Crisis cambio - Jonatan Loidi - Страница 11
Оглавление¿Hay oportunidades en medio de una crisis? La respuesta es sí.
¿Hay más oportunidades en medio de una crisis que en tiempos normales? La respuesta es no.
En el afán de transformar lo malo en bueno, de ser positivos a cualquier costo, muchos comunicadores a través de internet venden la falsa idea de que en tiempos de crisis hay más oportunidades que en tiempos normales. Miles de veces vemos repetido el concepto de que en chino la palabra “crisis” está formada por los ideogramas que significan “riesgo” y “oportunidad” . Como toda la información que vemos en internet, si seguimos buscando y buscando, al fin encontraremos a alguien que parece un poco más serio y hace un análisis más profundo y con conocimiento del idioma chino que nos dice que eso no es así.
¿Tiene razón este último o tienen razón los que repiten lo contrario cientos de veces? Yo no conozco el idioma chino, pero sí conozco la realidad, lo que veo todos los días a lo largo de mis años como consultor. Oportunidades siempre hay, y también las hay durante una crisis, pero claro, cuanto más difíciles sean las condiciones que nos rodean, más difícil será emprender algo nuevo o potenciar un proyecto ya existente.
Infelizmente, las oportunidades, en general, no vienen a golpearnos la puerta y nos dicen: “Llegué, aprovechá este momento” . La oportunidad es siempre producto de un trabajo incesante de nuestra parte, ya sea intentando predecir los posibles cambios –y cuando llega el momento estar preparados para dar el salto– o buscando y proyectando nuevos caminos para nuestra empresa, proyecto u organización.
La oportunidad siempre conlleva un riesgo porque, en realidad, lo que estamos haciendo es salir de nuestra rutina acostumbrada para apostar –con probabilidades calculadas– a algo nuevo, a algo que nos puede poner a la cabeza de nuestros competidores y abrir una nueva posibilidad en nuestro negocio. Para que esto funcione, hay que estar listos para actuar en el momento preciso y tener la capacidad financiera y operativa para llevar el cambio adelante.
Pero claro, el factor suerte siempre existe: tomemos un ejemplo actual y, sobre todo, muy claro por su dimensión: durante la crisis del coronavirus, debido al confinamiento, diría que al 99 % de las empresas –incluidas hasta las más pequeñas– les fue muy mal y les fue casi imposible encontrar una oportunidad para revertir la situación. Es verdad que muchos encontraron la manera de sobrellevar la crisis, como, por ejemplo, un restaurante que tuvo que cerrar por el confinamiento, pero rápidamente se recicló y comenzó a hacer delivery, lo que le permitió al menos ir pagando las cuentas, seguir en actividad y hasta mantener algún empleo.
Pero también hubo empresas a las que la suerte los favoreció y la oportunidad les cayó del cielo. Volviendo al ejemplo actual –y perdonen porque ¡ya sé que todos estamos hartos del coronavirus!–, piensen en las farmacéuticas que venden los medicamentos que tienen efectos positivos en el tratamiento de los síntomas o las empresas que fabrican las vacunas o los barbijos. Es muy posible que durante este período hayan multiplicado sus ganancias.
Pero podemos decir con toda seguridad que los grandes ganadores de 2020 van a ser las empresas on-line: las empresas de mensajería por internet, las plataformas de videoconferencias y todo lo relacionado con este tema.
Paso a desarrollar: cuando los gobiernos entienden que ya no es solo un virus y que existe una pandemia, nos encierran a todos en nuestras casas. Inmediatamente, surgen nuevas necesidades: queremos ver a nuestros amigos, a nuestros familiares; tenemos que hacer conferencias con nuestros equipos, coordinar ideas, enseñar a nuestros alumnos. Para eso necesitamos dos herramientas básicas: videocámaras y plataformas de videoconferencias.
Me contaba un amigo –él y su esposa son profesores de idiomas– que necesitaban una videocámara extra para la computadora de mesa para poder dar clase los dos al mismo tiempo. Fueron a varias tiendas de computación –los colegios habían cerrado, pero aún no había comenzado el confinamiento–, y la respuesta siempre era la misma: “No quedan, solo los modelos más caros”. Buscaron en internet y el resultado fue más o menos el mismo. Podemos imaginarnos que las empresas que las fabrican van a tener un año como ninguno.
Por otro lado, plataformas como Zoom, que antes de la pandemia estaban restringidas a la comunicación a nivel empresarial y a conferencias entre ejecutivos y grupos de trabajo, hoy en día son utilizadas por millones de personas, ya sea para dar clases, hacer teatro, cantar en un coro o cualquier actividad que nos podamos imaginar.
¿Fue esta crisis una oportunidad para ellos? Claro que sí. ¿Fue suerte? Y, sí, estaban en el rubro correcto. Pero no alcanza solo con la suerte de tener una oportunidad; hay que estar equipados para transformarla en algo positivo. No todos los que estaban en el rubro ganador pudieron aprovechar esta “suerte” de la misma manera. No hay que olvidar que, en el caso de Zoom, por ejemplo, tuvieron una capacidad de reacción lo suficientemente rápida como para crecer e ir resolviendo los problemas que se les presentaron, que seguramente fueron muchos –incluidos problemas de seguridad, ampliación de servers, etc.–, y que para esto debían contar con el equipo de gente adecuado y la capacidad financiera necesaria.
Como prueba de ello, encontramos que plataformas de teleconferencias hay muchísimas, pero no todas alcanzaron los objetivos deseados, a pesar de haber sido tocadas por la suerte. Hay que estar siempre preparados para enfrentar los cambios, ya sean positivos o negativos.
Por eso es muy importante este aspecto: entender que, cuando hablamos de oportunidad, por lo menos en este libro, no estamos hablando de suerte, sino de cómo, durante una crisis, a partir de analizar todas las variables que la conforman, podremos detectar una oportunidad de mercado y aprovecharla.
Las variables pueden ser externas: por ejemplo, cuánto tiempo va a durar la crisis, qué va a cambiar en el comportamiento de los consumidores de los productos que nosotros vendemos; e internas: qué organización tenemos, si estamos preparados para cambiar, si tenemos reservas financieras para invertir.
Todas estas cuestiones son las que configuran el tal vez, solo si uno analiza bien el entorno, construye escenarios con diferentes probabilidades de ocurrencia y empieza a invertir con fuerza durante la crisis. Que una vez que esta pase o empiece a recuperarse, uno pueda realmente empezar a aprovechar esa crisis que logró transformar en oportunidad.
Por último, y recapitulando lo que analizamos anteriormente, la oportunidad depende de uno. La oportunidad no es algo que te viene a buscar. Lo que te encuentra es la suerte; la oportunidad, no. Entender el concepto de “Crisis igual a oportunidades” tiene que ver con eso: con quienes tienen la capacidad, en medio de la crisis, en medio de una caída, en medio de algo de donde parece que nunca se va a salir, de reinventar su negocio o una parte de él para quedar mejor parados una vez que se empiece a salir de la crisis. Y ahí sí, poder contarles a los demás que uno supo aprovecharla y transformarla en una oportunidad para su empresa, para su negocio o para su país.