Читать книгу Crisis cambio - Jonatan Loidi - Страница 8
ОглавлениеEn este libro voy a poner el foco en una palabra que, cuando la escuchamos, nos produce un cosquilleo, por no decir un poco de aprensión, y a veces, un miedo terrible: “crisis”.
Si en una de mis conferencias pronuncio la palabra “crisis” y pregunto a los participantes en qué piensan, el 90 % dice automáticamente crisis económica o política. Y sí, como buenos ciudadanos argentinos o latinoamericanos, hemos pasado por muchas de ese tipo y es lo primero que se nos viene a la mente. Muchos hemos sobrevivido a ellas, muchos no.
Sin embargo, la verdad es que las crisis no son solo económicas o políticas. Si pensamos un poco, nos daremos cuenta de que nuestra vida está marcada por diferentes tipos de ellas. Sin ir más lejos, la adolescencia –todos esos cambios que nos llevan de ser niños a algo más parecido a un adulto–, las crisis de pareja, las crisis familiares –¿quién no ha pasado por una de ellas?–, en el trabajo, en la empresa, graves, pequeñas…
Nos guste o no, las crisis existen, parecen una necesidad de la vida y, en realidad, están muy relacionadas con nuestra manera de actuar y con las decisiones que tomamos. Entonces, ya que están presentes a lo largo de nuestras vidas, ¿por qué no tratar de entenderlas, estudiarlas para evitarlas y, en caso de que estemos en medio de una de ellas, aprender a manejarlas lo mejor posible y, por qué no, hasta sacar algo positivo de ellas?
Pero ¿qué es una crisis? Esta definición que veremos a continuación –no recuerdo si la escuché en alguna parte o la inventé– la utilizo desde hace años en todas mis conferencias: “Una crisis, en realidad, es un cambio brusco en las variables establecidas que, una vez que se manifiesta, limita nuestra capacidad de reacción”. Básicamente, es un cambio en las reglas de juego, en el estado de las cosas, producido por diferentes circunstancias que, en general, se deben a la suma de una o varias acciones que pueden ser propias o ajenas: no es lo mismo la crisis de una empresa debido a la toma de malas decisiones por parte de la dirección que otra producida por un movimiento brusco en los mercados financieros.
De esto deducimos que hay crisis que podríamos evitar con nuestras acciones y otras en las que las acciones deberían haberlas tomado otros para que no sucedieran. De todos modos, siempre hay algo que podremos hacer para evitarlas y, en caso de no ser posible, por lo menos, minimizar sus efectos. Por ello, debemos estar muy atentos para notar si algo está cambiando y ser flexibles para resolver la nueva situación a la que nos enfrentamos.