Читать книгу Cuaderno botánico de Flores de Bach - Jordi Cañellas - Страница 12
Оглавление6. El código primario en la analogía vegetal-humano
6.1. La raíz – «lo inconsciente»
Las raíces se fijan en la tierra, penetran en la oscuridad y desde allí absorben el agua y los minerales, sustentan a la planta y en algunas ocasiones llegan a almacenar gran cantidad de alimento en forma de almidón7. Las raíces también permiten una relación de simbiosis con otros seres vivos, como las que se establecen con las bacterias nitrificantes o como en las micorrizas, o asociación de la planta y una o diversas especies de hongos. Esta asociación permite a la planta acceder a más recursos (agua y sales minerales) gracias a que el hongo se extiende más allá de las raíces para conseguirlos. A cambio la planta facilita al hongo almidón para su alimento y crecimiento, pues éste no puede realizar la fotosíntesis para obtener su propia energía. Esta red subterránea conecta muchos individuos de la misma especie y también individuos de especies diferentes, lo cual permite una mejor redistribución del alimento entre individuos, equilibrando a los que tienen excedente de producción de savia con los que la tienen escasa, permitiendo la subsistencia de los individuos más débiles o los que se encuentran en un suelo poco favorable.
A grandes rasgos, las funciones principales de la raíz de los vegetales son: fijación, absorción, conexión y acumulación.
a) fijación: es indispensable la fijación de la raíz para el sostenimiento y vida del vegetal. Al germinar una semilla, la polaridad se manifiesta en un tallo, que se mueve hacia la luz, y la raíz, que, atraída por la gravedad, penetra más y más en el oscuro suelo. Su función: sostener el tallo y el peso de su parte aérea.
Analógicamente, también las personas podemos estar bien enraizadas, «con los pies en el suelo» y centradas en el momento presente, o «estar siempre en las nubes» (lejos del suelo y la raíz, como sucede por ejemplo en el estado Clematis). Sin «toma de tierra» podemos sufrir un exceso de aire, es decir, permanecer en la mente (imaginación proyectada al futuro como en Clematis o regresión al pasado como en Honeysuckle) y ser arrancados fácilmente de nuestra realidad diaria o carecer de fundamento para nuestra protección energética. Nos cargamos de las energías de nuestro entorno, que por falta de un buen enraizamiento no podremos descargar, y se altera nuestro equilibrio. Las raíces son la compensación necesaria al anhelo de crecer hacia la luz que manifiestan la mayoría de vegetales.
b) absorción: de agua y sales minerales. Ambos representan al elemento agua y al elemento tierra, respectivamente, y son el alimento de la planta. Analógicamente, al elemento agua siempre se lo ha asociado con las emociones y la vitalidad, y al elemento tierra con la materia (lo manifestado), pero para el vegetal son el origen de su estructura y crecimiento. El agua subterránea corresponde a las emociones ocultas, ya que la ausencia de luz del interior de la tierra se asocia a lo inconsciente (luz = conciencia). Así, tener unas buenas raíces nos permite absorber la energía de la tierra y contar con una gran vitalidad, que a su vez permitirá la transmutación de materia mineral en vegetal.
c) conexión: si decimos que la oscuridad desde donde las raíces absorben el agua y los minerales se corresponde al inconsciente, las asociaciones entre individuos de una especie a nivel del subsuelo podrían representar al inconsciente colectivo, diferentes individuos y hasta especies distintas que comparten una «raíz común», así como todos los humanos también la compartimos entre nosotros y más ampliamente con todos los seres existentes. Así las raíces también simbolizan la conexión con nuestro pasado como especie, y las relaciones con el resto de la humanidad y los seres vivos, pero a un nivel inconsciente.
e) acumulación: de sustancias de reserva (almidón), para superar las épocas desfavorables. Existen raíces napiformes o en forma de nabo (como la remolacha y la zanahoria) y tubérculos radicales (como dalias, moniatos y orquídeas terrestres entre otras) que también suelen acumular agua además de azúcares.
Analógicamente, podría tratarse de reservas energéticas para épocas de frío (emocional) o sequía (afectiva, creativa, etc.). Estas reservas se producen por un excedente de glucosa, que es el azúcar que se fabrica en la fotosíntesis gracias a la luz (conciencia), el agua (emoción) y el dióxido de carbono (pensamiento). La conciencia sobre determinadas emociones y pensamientos puede crear experiencias intensas que se almacenen para ser usadas en tiempos en los que reina la monotonía, el desánimo o el desamor, momentos de «iluminación» que ya no se olvidan y que a menudo condicionan positivamente nuestras vidas (también puede existir acumulación de emociones excesivas que no se han podido procesar). No hay que olvidar que los tubérculos son el origen de las futuras plantas. Por lo tanto las plantas que tienen tubérculos y que observamos este año, se alimentaron para crecer del tubérculo del año anterior. Una experiencia sirve para la siguiente, una «iluminación» para soportar meses de oscuridad. Las experiencias pasadas condicionan las vivencias futuras. También la relación con la familia, el pasado y el concepto de karma se corresponden con las raíces vegetales, porque son parte de nuestra raíz como seres humanos. Pero esta energía acumulada no será únicamente de tipo positivo. Es evidente que cualquier trauma que no podamos elaborar pasará al inconsciente y será también un tipo de energía acumulada que nos condicionará, en este caso de una forma negativa.
Tipos de raíz
A. Sistema radical axonomorfo, con una raíz principal de la que parten raíces secundarias. Es típico de las plantas dicotiledóneas8 (todas las de Bach son dicotiledóneas excepto Star of Bethlehem y Wild Oat). Suelen ser raíces que penetran más profundamente en la tierra, presente en la mayoría de los árboles para soportar el peso de crecer en altura. A más profundidad, más vinculación con la Tierra, el pasado y el inconsciente.
B. Sistema radical fasciculado, en el que todas las raíces son de tamaño parecido. Típico en las monocotiledóneas9 como Star of Bethlehem y Wild Oat. Raíces pequeñas que se adentran escasamente en el suelo y por tanto manifestarían poca vinculación con el inconsciente.
C. Raíces adventicias, que se forman en partes aéreas de la planta. Típico en orquídeas de los géneros Dendrobium y Epidendrum. Son raíces que no tocan el suelo y por tanto crecen en el aire. Se trata siempre de plantas muy espiritualizadas, más atraídas por la luz y la conciencia que por la oscuridad de la materia y la gravedad.
Curiosamente A son más antiguas que B, que al tiempo son más antiguas que C.
Las raíces se corresponden al elemento tierra, que es el último que apareció en el origen del universo y su materialización. Es el último en formarse y el primero a partir del cual y en el cual surge nueva vida de la semilla, y se da el proceso inverso a la materialización, la sutilización y el incremento de conciencia. El elemento tierra confiere concreción, solidez, soporte. Según Julian Barnard, las raíces nos hablan de conexión física, relaciones familiares y del pasado, y podríamos añadir que no sólo del pasado personal sino también del pasado colectivo de nuestra especie.
En la analogía vegetal-humano podríamos hablar de las raíces a distintos niveles:
6.1.1. Analogía física: se corresponde por su función con los pies y las piernas (fijación y conexión al permitir el movimiento), la boca, el estómago y el intestino (digestión y absorción de agua y minerales) y el tejido adiposo o las grasas (almacenamiento, es decir, energía disponible almacenada).
6.1.2. Analogía energética: se corresponde al chacra de los pies y el chacra de la base (por donde se absorbe la energía de la Tierra y se libera el exceso de acumulación electrostática. Sería la «toma de tierra» de nuestro cuerpo. Función de fijación y conexión con la Tierra).
6.1.3. Analogía emocional: con aquello que escondemos en nuestro interior sin ser conscientes de ello. Experiencias fundantes (positivas) y experiencias «fundentes», en el sentido de que «funden» por ser traumáticas (negativas a priori).
6.1.4. Analogía mental: se corresponde con el inconsciente, las partes adonde no podemos acceder conscientemente y que sin embargo condicionan nuestra forma de ser. Inconsciente colectivo.
6.1.5. Analogía espiritual: corresponde a nuestra conexión con el espíritu de la Tierra, nuestra madre Gaia. Así, unas buenas raíces nos permiten enraizarnos, ser vitales, estar conectados y mantener reservas energéticas.
6.2. El tallo – «cómo somos»
Los tallos crecen venciendo la fuerza de la gravedad, buscando ascender para llegar a una mejor posición a fin de que las hojas tomen la luz solar y permitan su alquimia fotosintética. Los tallos y troncos son el sostén de la parte visible de la planta, permiten la sujeción de las hojas, flores y frutos, y en algunos casos los tallos, ante la ausencia de hojas, también realizan la fotosíntesis. Hay clases diversas de tallos, unos acumuladores (sobre todo de agua), otros subterráneos (llamados rizomas, como en Agrimony, Vervain, Cerato, etc.), algunos casi vacíos (como los de Impatiens y Chicory) y también los hay ausentes o que sólo aparecen durante un corto período en la vida de la planta para proporcionar un apoyo que haga más visibles a las flores para su polinización, como en el caso de Star of Bethlehem. Los tallos son el eje central de la planta, el eje organizador y distribuidor de los espacios para las hojas. De hecho, en casi todas las especies los tallos están en el centro del ser. Y por estar en el centro del ser vegetal, los asociamos al centro de nuestro ser egoico, a nuestra personalidad, «cómo somos».
A grandes rasgos, las funciones principales de los tallos de los vegetales son: sostenimiento, conducción, captación-percepción, fotosíntesis (sólo algunas especies), reserva y protección.
a) Sostenimiento: el tallo es el eje central que sostiene la parte aérea del vegetal. Si hacemos la analogía, el tallo equivale al eje de nuestra personalidad, sobre la que se asienta nuestra relación con el mundo (hojas). Sería nuestro ego más primario, el temperamento inherente y nuestro carácter, desde donde ascendemos a buscar la luz del espíritu para hacernos más conscientes. Este ascenso permite que sean las flores y los frutos los que estén arriba (pensamientos y acciones) y a través de ellos «florecemos» o «damos fruto» espiritual.
b) Conducción: por el tallo circula la savia que asciende de las raíces llevando agua y minerales y también la savia elaborada en la fotosíntesis que proviene de las hojas. Es rica en glucosa y se extiende por toda la planta para alimentar sus células. En analogía, el agua son las emociones y la vitalidad que se mueven por el ego, y la savia elaborada equivale a la energía que se mueve por toda la personalidad activando o desactivando estados.
c) Captación-percepción: los nuevos tallos (brotes) tienen la capacidad de «captar» la luz y dirigir su crecimiento hacia ella (fototropismo). Los brotes de una zarza, que pueden llegar a crecer 7 centímetros por día, oscilan de lado a lado en su crecimiento para percibir el camino más despejado con el fin de avanzar hacia la claridad. Los girasoles mueven su tallo siguiendo la luz del Sol y a pesar de que son las flores las que se mueven, son los tallos los que permiten el giro. Analógicamente, equivaldrían a nuestros sentidos, que son los que nos permiten decidir hacia dónde trazar nuestro camino. Nuestros sentidos ayudan a nuestra personalidad a saber qué hacer y qué sendero tomar, buscar la luz, movernos en pos de ella (luz = conciencia).
d) Fotosíntesis: Existe un hecho diferencial entre esta reacción alquímica en hojas y tallos y estriba en que la fotosíntesis no es tan habitual en tallos. Por este mismo motivo nos centraremos en este aspecto al hablar de las hojas de los vegetales.
e) Reserva: habitualmente en los órganos de reserva (troncos de cactus,bulbos de orquídeas, etc.) se suele almacenar agua y almidón (energía). El agua simboliza las emociones, por su fluidez, y para estos vegetales (como para todo ser vivo) simboliza la vida. Analógicamente, serían las experiencias emocionales positivas que conservamos y que nos sirven para superar épocas de sequía emocional o de situaciones duras. También pueden ser acumulaciones de emociones negativas recientes. Las más antiguas se acumulan en estructuras subterráneas (inconsciente y pasado).
f) Protección: la piel de los vegetales es una estructura endurecida de celulosa o de lignina en el caso de cortezas de árbol o de suberina (en los casos de cortezas de corcho). Los protege de incendios forestales (especialmente las cortezas de árboles y arbustos) o contra depredadores (espinas de cactus o pelos urticantes de las ortigas). Es la parte del tallo del vegetal que tiene mayor relación con el exterior. Analógicamente, se cuida al núcleo de la personalidad con una «máscara» de protección, que preserva nuestras debilidades. A veces la protección es agresiva, otras es pasiva, endureciendo nuestro corazón con una cubierta estéril, desprovista de emociones. En otros casos no existe la más mínima protección necesaria y el mundo «se come» la personalidad (en personas con una personalidad «borderline» o con problemas para cerrar su campo energético).
El tronco o tallo representa el elemento agua, asociado a la vitalidad, la emocionalidad, la fluidez, el movimiento. Es el primer estadio hacia la luz y la conciencia, como hace la raíz hacia la oscuridad. De la semilla (unidad o tao), nace la dualidad o yin y yang o, podríamos decir, raíz y tallo. Nadie duda de que en el ser humano conviven las dos partes de la creación, que la oscuridad es la que nos empuja a buscar la luz y que en la oscuridad10 anclamos nuestras raíces.
Tipos de tallo
A. Rizomas: tallos subterráneos, que viven varios años y sirven de almacén de energía y algo de agua (como en Agrimony, Chicory y Vervain, entre otros). Es el almacén de contenidos subconscientes, tanto positivos como negativos para la personalidad. Hay que tener en cuenta que muchos rizomas crecen de forma horizontal, extendiéndose por el suelo en lugar de profundizar como hacen las raíces. El rizoma que crece horizontal simboliza el estancamiento del flujo de energía raíz-flor (siempre vertical), polaridad que se observa en todos los vegetales. Los contenidos subconscientes negativos impiden en cierta manera la evolución hacia la luz.
B. Bulbos: tallos gruesos, formados por capas concéntricas de tejidos (como las cebollas) (p. ej., Star of Bethlehem). Pueden ser o no subterráneos. Son los traumas que han quedado encerrados en capas de nuestra personalidad. Estas capas rodean los episodios traumáticos para permitir un crecimiento posterior en nuevas capas, pero los hechos traumáticos condicionan los crecimientos posteriores.
C. Acaule: significa «sin tallo»; son hojas dispuestas en roseta basal y el tallo no aparece o lo más habitual es que se forme cuando la planta tiene que florecer (Centaury, Gentian, Star of Bethlehem). Significa poca o escasa estructura egoica, puede ser por falta de una personalidad bien formada o quizás, más raramente,por una desidentificación con el ego. A veces éste aparece tarde, lo que indica un ritmo distinto en la maduración de la personalidad.
D. Postrados: crecen paralelos al suelo y sólo se levantan al final de las ramificaciones (pueden serlo a veces Mimulus, Scleranthus y Rock Rose). Significa personalidades postradas, con escasa fuerza interior como para elevarse y mostrar la personalidad.
E. Fistulosos: tallo vacío por dentro (caña). Vacío en la estructura egoica. Falta la médula central, el eje básico de la personalidad está ausente o mermado (Impatiens, Chicory).
E. Troncos sin duramen11: como los Polpulus (Aspen o Populus tremula), Tilia y Acer. Centro escasamente duro. Falta fortaleza en la personalidad central.
En la analogía vegetal–humano podemos hablar de los tallos a distintos niveles:
6.2.1. Analogía física: se corresponde por su función con el sistema circulatorio, la piel, los huesos, músculos y tendones, especialmente del tronco y brazos.
6.2.2. Analogía energética: se corresponde con el segundo y tercer chacras, que trabajan la capacidad de acción y la voluntad del yo, respectivamente.
6.2.3. Analogía emocional: se corresponde con aquellas emociones que se reprimen o con las que han causado los traumas vividos.
6.2.4. Analogía mental: se corresponde con el subconsciente (si se trata de tallos ocultos o rizomas) y con el temperamento y el carácter.
6.2.5. Analogía espiritual: correspondería a nuestra fortaleza espiritual, que deriva de nuestra conexión con nuestro yo superior.
6.3. Las hojas – «cómo nos manifestamos»
Cuando miramos un bosque, el color que mayormente podemos observar es el verde, que se convierte en el color constante de los árboles de hoja perenne y con matices en los de hoja caduca, que en otoño viran a amarillo, rojo, anaranjado y marrón. Pero a pesar de los cambios estacionales, los bosques y en general la mayoría de vegetales son plantas verdes gracias a su pigmento fotosintético, la clorofila. Es un color de equilibrio, sanación, pureza, etc.
Lo primero que muestra un vegetal hacia el exterior son las hojas (si exceptuamos flores y frutos en los períodos puntuales de su existencia). Analógicamente, las hojas son los aspectos de nuestra relación con el exterior (lo que captamos y lo que expresamos).
A grandes rasgos, las funciones principales de las hojas son: la captación (con sus pigmentos), la refrigeración, la fotosíntesis y la acumulación.
a) Captación: en las hojas se encuentran los pigmentos capaces de captar, absorber y dirigir la luz hacia las partes en las que se realizará propiamente la fotosíntesis. Se los llama pigmentos antena por su función captadora. También se han especializado las hojas en la captación de gases, CO2 de día y O2 de noche. Es también interesante destacar que existen algunas especies leñosas que forman yemas de resistencia para proteger las futuras hojas o flores del frío del invierno, cuando perciben que los días se acortan (otoño), lo que significa que captan la luz y perciben su duración.
La analogía sería nuestra capacidad de captación de la realidad y la traducción más simbólica del aire, y la luz correspondería a los pensamientos y a la conciencia, respectivamente. Podemos captar más o menos luz, y su cuantía modifica nuestra percepción de la realidad y la respuesta que damos. Cuantas más longitudes de onda distintas podamos percibir, mejor comprenderemos al mundo en su diversidad y mejor nos adaptaremos.
b) Refrigeración: las hojas permiten la refrigeración de los vegetales a través de la transpiración. Es absorbida el agua del subsuelo y transportada hasta las hojas y se transforma en vapor.
Por analogía, el agua que la planta saca del suelo simboliza los contenidos emocionales escondidos a la conciencia que emergen a la superficie en forma de vapor mediante un proceso que refrigera la personalidad. El fluir interior del agua del suelo al aire es una forma de evitar la acumulación en los conductos y de reducir el calor (tensión, rozamiento) que se produce en el contacto con los demás y el mundo (hojas).
c) Fotosíntesis: la fotosíntesis se simplifica en la fórmula siguiente:
Agua + CO2 + Luz = glucosa + O2
Los vegetales captan la luz a través de sus pigmentos, la luz es la energía que permite al vegetal romper las moléculas de agua (H2O) y dióxido de carbono (CO2) que ha captado del suelo y del aire, respectivamente. Al romperse estas moléculas, se mezclan y se juntan entre ellas formando la glucosa (CH2O) y como residuo queda el oxígeno (O2).
Analógicamente, el agua se asocia a las emociones, el aire a los pensamientos y la luz a la conciencia. La conciencia se superpone sobre las emociones y los pensamientos y los rompe y refunde permitiendo obtener algo nuevo, una nueva energía de creación, la capacidad de materializar. Según la cualidad de la conciencia obtendremos unas materializaciones de menor o mayor calidad. Toda creación en la naturaleza parte de estos principios químicos o alquímicos, diría yo, pues a partir de agua y aire se obtiene materia. Ningún invento moderno ha sido capaz de imitar esta capacidad del reino vegetal. Como el proceso de la fotosíntesis se produce en las hojas, que son la parte del vegetal que simboliza las relaciones con el mundo, podemos afirmar que la capacidad de creación y generación de energía nueva se basará en la calidad de nuestras relaciones con los demás y con el mundo. Aquello que sentimos y pensamos de los demás y de nuestro entorno, así como la luz de la conciencia con que hacemos las cosas, derivarán en una buena o menos buena capacidad de materializar nuestros propósitos.
d) Acumulación: igual que en las demás estructuras de acumulación, se almacena agua, materia orgánica en forma de almidón o ambas cosas. Lo más habitual es acumular agua en las hojas. Analógicamente, son los contenidos emocionales que se acumulan en nuestro día a día y a los que no sabemos dar respuesta. Son represiones más superficiales y por tanto más fáciles de resolver que las que, por ejemplo, se acumularían en tallos, especialmente los subterráneos.
Las hojas representan al elemento aire, por analogía, la energía, el pensamiento, la abstracción, la creatividad, y su color verde nos habla de la activación de ciclos vitales, de equilibrio, regulación, curación, desinfección. Son la mayor superficie de contacto con el exterior y simbolizan la comunicación, la expresión y la transmutación.
Tipos de hoja
A Equifaciales: las dos caras de la hoja son iguales (p. ej. Oak). No se esconde nada, ambas caras muestran el mismo aspecto.
B Bifaciales: las dos caras son diferenciadas (p.ej., Agrimony). Indican que hay algo que no se muestra.
C Simples: es la sencillez en la forma de percibir el mundo y afrontarlo (Centaury, Beech, etc.).
D Compuestas: es la complejidad en la forma de percibir y responder al exterior (Agrimony,Walnut,Wild Rose, etc.).
E Amplexicaules: hojas que abrazan al tallo. Indican inseguridad con el exterior. En lugar de proyectarse al exterior con un pecíolo más o menos largo, no lo tienen, cosa que indicaría que se está muy pendiente de lo interior, de la personalidad y de los planteamientos predeterminados por ella, y por lo tanto falta adaptación al entorno.
F Forma de la hoja: indica la actitud general hacia el exterior (Impatiens y sus hojas lanceoladas, en forma de punta de lanza y que indican velocidad).
G Margen de la hoja: indica el grado de tolerancia en las relaciones interpersonales.
En la analogía vegetal–humano podríamos hablar de las hojas a distintos niveles:
6.3.1. Analogía física: se corresponde por su función con el aparato respiratorio, el excretor, la boca, la nariz, los sentidos y parte de la piel.
6.3.2. Analogía energética: se corresponde con el cuarto chacra o centro del equilibrio de los siete chacras principales. Se corresponde también con el color que se suele atribuir a dicho chacra, el verde. Equilibrio y amor es la clave. También se corresponde con el quinto chacra, que es el encargado de regular el flujo de expresión.
6.3.3. Analogía emocional: se corresponde con la expresión del amor y los consecuentes bloqueos que pueden surgir a lo largo de la existencia.
6.3.4. Analogía mental: se corresponde con las ideas y conceptos que tenemos del mundo, según los cuales reaccionamos.
6.3.5. Analogía espiritual: corresponde a la capacidad de expresar a los demás y a nosotros mismos aquello que somos y a la capacidad de transmutar emociones y pensamientos en amor. La alquimia del corazón humano es paralela a la alquimia vegetal.
6.4. Las flores – «lo que ideamos»
Las flores nos parecen a todos la culminación de la vida o del ciclo anual de un vegetal (los frutos también, sobre todo los comestibles), pero es en las flores donde la energía es máxima, tanto que en algunos casos llegan a generar calor para derretir la nieve de su alrededor. En ninguna otra fase de la planta se produce este fenómeno. En la flor estalla la creatividad y podríamos decir que la paleta de colores de la naturaleza tiene infinitos matices. Las flores expresan la creatividad en su forma, su color y sobre todo en la producción de nueva vida, las semillas.
Las flores se relacionan con el elemento fuego, que reúne en sí las propiedades de sublimación, calor, espiritualidad, magnetismo, y es el elemento origen de los otros 3 elementos y del quinto elemento, la vida. Las flores nacen del eje de la personalidad (tallo) y por ese motivo cuanto de positivo encarnan se vierte sobre la misma. La continuación del eje floral siempre culmina en el tallo. Una flor tubular (como Gentian) es un receptáculo de energía para nutrir al eje, mientras que una flor radial, plana y expansiva (como Agrimony) suele ser una exteriorización de los contenidos del eje, o sea, de la personalidad.
A grandes rasgos, la función principal de las flores es la creatividad, que podríamos dividir en creatividad reproductiva y creatividad plástica.
a) Creatividad reproductiva: por medio de flores masculinas, femeninas o hermafroditas12 que intercambian su polen (polo positivo o masculino) para conseguir la fecundación del óvulo en el ovario (polo negativo o femenino). En este estado se produce una fusión de lo que había sido dual para volver a la unidad (semilla). Analógicamente, esta reproducción es una reunión de polaridades que se produce en la flor pero que realmente no se concreta hasta la semilla. Podemos extrapolar esta creatividad reproductiva a la mente y las ideas, a las intenciones puras, a la creatividad en todos los niveles de su expresión, desde el deseo de tener hijos hasta el proyecto de escribir un libro. Es la creatividad que se pone en movimiento, el momento de inspiración previo a la materialización.
b) Creatividad plástica: las flores exploran la creatividad como ningún otro ser sobre la Tierra (si exceptuamos al ser humano). A un nivel plástico, formas, colores, sabores, olores y tactos embriagan nuestros sentidos más allá de la necesidad evolutiva de asegurar su reproducción (y de hacerse tan atractivas). Tiene su analogía en la riqueza de ideas y exploraciones en el mundo de la mente (arte, ciencia, literatura). En el reino vegetal no existe la distinción entre sexualidad y creatividad pues ambas llevan a un mismo fruto, la creación, la materialización, de un hijo, una idea,un proyecto. Es un acto sagrado creativo tanto lo uno como lo otro.
Parece que existiera una polaridad vegetal en que raíz, tallo y hojas tuvieran una signatura específica con la cual podríamos identificarnos por analogía,para conocernos mejor y trascender a ese estado merced al uso de la esencia de la planta. Si nos identificamos con las pulsiones que muestra la signatura de la parte vegetativa, probablemente las podremos trascender con el uso de la esencia de la flor correspondiente, como se observa claramente en las doce esencias tipológicas.
Tipos de formas florales
¿Qué nos cuenta cada tipo de flor según la forma que posee?
Hay flores planas y flores tubulares, simples o compuestas, mirando hacia arriba, hacia abajo o hacia el frente (y también en posiciones intermedias). ¿Qué significa esta variabilidad floral?
A) Flores tubulares que miran hacia arriba: un tubo abierto al cielo (como en Gentian) es como una copa o un cáliz que espera llenarse. Y se llena de energía cósmica, de la energía del Sol, energía masculina que vivifica y que pasa de la flor al tallo, al centro del ser, llenándolo con vibraciones que aportan a la planta una información energética teñida con el color de la flor. El espacio vacío de la flor señala su capacidad de relleno (al igual que Bach llenaba el bol de cristal con agua y flores y esperaba que el Sol les brindase su energía). Gentian, por ejemplo, recibe la energía del Sol teñida de violeta y la lleva al interior de su ser para fomentar la intuición, entre otras cosas, tan poco desarrollada en esta personalidad.
B) Flores tubulares que miran hacia delante: el tubo abierto hacia delante trabaja con el flujo temporal, el pasado y el futuro, y según que parte predomine desde el centro de la flor (ovario) observaremos el trabajo que realizará su esencia. Así, en Impatiens, por ejemplo, predomina claramente la parte posterior del tubo floral, lo que nos indica que esta esencia trabajará con el pasado, para compensar el vuelco excesivo en el futuro que manifiesta la planta y la personalidad. Otro ejemplo nos lo ofrece Honeysuckle, de larga flor tubular que mira hacia delante, dándole gran peso al futuro, para compensar el anclaje en el pasado del estado negativo.
C) Flores tubulares que miran hacia abajo: en Bach no encontramos ninguna de esta característica, pero trabajarían, como el caso de Aloe, del sistema de California, la conexión con la energía de la Tierra, la vivificación de las propias raíces, la autorregeneración y la materialización. En general, las flores que miran hacia abajo, aunque no sean tubulares, tienen un fuerte componente de materialización y conexión con la tierra y las raíces, a menudo en el sentido de ayudar a una mejor «toma de tierra». El caso de Aspen ilustra este hecho.
D) Flores planas y de simetría radial: como el caso de Chicory, Agrimony, Rock Rose y muchas otras. El hecho de ser planas indica que no tienen forma de receptáculo y por lo tanto su función no es la de llenar un vacío, sino producir una exteriorización de contenidos internos o compensar la presión que éstos ejercen en nuestra personalidad. El hecho de tener los estambres y el pistilo, es decir, sus estructuras reproductoras, vueltas hacia fuera y a menudo muy expandidas, confirma este hecho, al tiempo que nos hace pensar en flores de esencia de acción rápida: Star of Bethlehem, Rock Rose, Cherry Plum y Clematis refuerzan este hecho al pertenecer al Rescue Remedy. Impatiens también es rápida cuando se trata de proporcionar tranquilidad y calma.
E) Todas las demás: es evidente que todas las flores del mundo no pueden entrar en esta sencilla clasificación. Tenemos que pensar que existen muchas formas distintas y muchas intermedias y que por tanto también tendrán propiedades intermedias, y lo que es más importante, la flor es sólo uno de los aspectos del vegetal, por lo que sólo observando las flores no podemos afirmar que posea tal o cual cualidad y tendremos que ahondar en su signatura para comprenderla mejor.
En la analogía vegetal–humano podemos hablar de las flores a distintos niveles:
6.4.1. Analogía física: se corresponde por su función con el cerebro y los órganos reproductores, zonas corporales donde se asienta la creatividad.
6.4.2. Analogía energética: se correspondería con el segundo chacra, en la expresión de la sexualidad y con el sexto y séptimo chacras. Pensamientos, ideas, intuiciones.
6.4.3. Analogía emocional: se corresponde con la superación de estados emocionales usando la creatividad.
6.4.4. Analogía mental: uso de la creatividad en el reino de las ideas.
6.4.5. Analogía espiritual: conexión con la creatividad de orden superior, intuición, conexión con el cosmos. ¡Capacidad de cooperar!
La cruz floral
Si nos fijamos en las formas de las flores nos daremos cuenta de que podemos agruparlas en unas estructuras básicas: las que están abiertas hacia arriba (Gentian en forma de tubo y Agrimony en forma plana), las que se abren hacia delante (como Mimulus y Honeysuckle), las que se prolongan por atrás (Impatiens) y las que se abren o miran hacia abajo (como Aspen o Hornbeam).
Siguiendo el esquema de la página 41 podemos definir dos ejes florales: el eje 1, o eje pasado-futuro y el eje 2, o eje inconsciente-conciencia (o Tierra-Sol).
En el eje 1 se definen los aspectos de la vida cotidiana y de la evolución de la personalidad con el paso del tiempo. Las flores que se abren hacia delante o que se prolongan hacia atrás trabajan aspectos relacionados con el pasado y el futuro, con la finalidad principal de anclarnos en el presente. Impatiens mira siempre al futuro, su flor ayuda a vivir el momento, y como complementaria encontramos a Honeysuckle, que con su largo tubo nos habla de mucha energía centrada en el futuro para compensar el desequilibrio del eje y llevarnos al centro temporal, al «aquí y ahora», como ocurre en personas demasiado condicionadas por su pasado. Las flores de este eje trabajan aspectos relacionados con la vida cotidiana.
En el eje 2 se produce un paso de lo inconsciente y oculto a lo consciente y aparente, como evolución espiritual sumada a la personalidad. Así, flores tubulares como Gentian y Centaury recogen la energía del Sol (conciencia universal) y la llevan al tallo o eje de la personalidad para fortalecer e iluminar la conciencia personal, para ayudarnos a recordar que somos entes espirituales. Por otra parte, como complemento, podemos valorar las flores de Aspen, que cuelgan mirando al suelo, para fortalecer sus raíces y evitar mirar al cielo en exceso, que va en detrimento de su actividad en el aquí y el ahora. Cuando la flor no es tubular sino plana y mira hacia delante o hacia arriba nos indicará una tendencia a vencer el pasado o a la exteriorización de contenidos ocultos, respectivamente (Agrimony, Rock Rose).
Podríamos decir que todas las flores trabajan una parte del eje para compensar el déficit que la planta manifiesta en su complementario. Impatiens trabaja en el polo del pasado para complementar el exceso de futuro que manifiesta su tipo de crecimiento.
6.5. Los frutos – «lo que materializamos»
Recordemos la frase: «por sus frutos les conoceréis», pues resulta cierto doblemente. Por una parte los frutos son el resultado final de un vegetal y muchas veces los botánicos los usan para identificar especies parecidas, y en nuestro juego de analogías significa cuanto realizamos, concretamos y materializamos, gracias a ellos se distingue si todo se queda en las ideas o existe propósito y energía para concretar. El reino vegetal es un reino de seres que no cesan de concretizar y materializar. Materializan al convertir agua, aire y luz en materia orgánica y materializan en su incesante producción de materia, semillas y frutos.
Los frutos representan el quinto elemento, la vida, que reúne a los otros 4 dentro de sí y que se activa con la tierra, el agua y el aire, con el calor adecuado (el fuego) para permitir la germinación (nueva vida). Si las flores son el paso más elevado en la progresiva sutilización y desmaterialización, el fruto y la semilla, que vuelven a la tierra, son el punto donde el ciclo se completa y empieza de nuevo, la caída necesaria para la nueva ascensión. De la flor al fruto se realiza una gran materialización de energía, la dualidad se comprime en unidad, y al empezar la germinación, la dualidad vuelve a empezar su andadura de desmaterialización. De la unidad se pasa a la diversidad y de ésta, de nuevo a la unidad. El mismo camino emprendemos en nuestra vida. De pequeños, al crecer desplegamos la dualidad y expresamos la pluralidad, y al ir madurando, las flores de nuestras ideas se van abriendo y siguen haciéndolo hasta que los frutos se concretan y las semillas de nueva vida se esparcen, ya sea en forma de hijos o de proyectos desarrollados en cualquier campo de la experiencia.
A grandes rasgos, la función principal de los frutos es la germinación, creatividad plástica y dispersión.
a) Germinación: gran cantidad de frutos y semillas que sólo tienen la función de perpetuar su especie. Son la concreción de la estructura reproductiva del vegetal. La semilla suele llevar el alimento para el nuevo ser.
Analógicamente simboliza la materialización de ideas, pensamientos y proyectos (que eran las flores). Permiten nueva vida, pues una realización activa nuevas ideas y posibilidades de nuevas creaciones y formas de expresarse. Es una perpetuación del estado, que, de no ser superado, vuelve a comenzar. Esa lección que hay que aprender necesariamente y que, de no ser aprendida, vuelve a manifestarse una y otra vez.
b) Creatividad plástica: igual que flores, existen múltiples frutos para conseguir una mayor eficacia reproductiva. Y analógicamente equivale a las diversas estructuras de materialización. Ideas diversas (flores) dan lugar a creaciones (frutos) diversas.
c) Dispersión: consigue reproducir el patrón de la planta y al mismo tiempo lo hace lejos de la planta madre y de las hermanas para evitar competencia entre ellas. Es ampliar el rango de la distribución de la especie.
Analógicamente es extender las ideas, hacer partícipes a otros y procurar que las creaciones propias se extiendan y den lugar a otras nuevas. Hijos que se expresan en el mundo (y expresan parte de nuestra genética).
En la analogía vegetal–humano podemos hablar de los frutos a distintos niveles:
6.5.1. Analogía física: se corresponde por su función con la matriz y el ovario y con el nuevo bebé. También con las manos, que son partes que concretan la materia, que la trabajan y transforman continuamente.
6.5.2. Analogía energética, emocional, mental y espiritual: se corresponde con todos los chacras, las emociones e ideas potenciales. El ciclo recomienza con un ser vivo en potencia.
Esquema de la analogía vegetal-humano (código primario)
6.6. Los colores y su correspondencia
Cada color es una frecuencia vibratoria con una entidad y propiedades características, y siguiendo la tercera premisa que formulábamos al principio de este libro, no es casualidad que aparezcan unos colores determinados en las Flores de Bach. Cada color vibra con una frecuencia y por resonancia modifica nuestro patrón de vibración alterado, armonizándolo. Para establecer una traducción entre los colores y las características de nuestra psique nos hemos basado en distintos autores e investigadores expertos en la cromoterapia: Dinishah Ghadiali, Pauline Willis, Roland Hunt, Weiss-Cavelli, Irene Dalichow y Mike Boot; y hablaremos de la sanación pránica (Choa Kok Sui); la curación espiritual (Barbara Ann Brennan); la psicología del color (Eva Heller) y la geocromoterapia (Marta Povo). Existen matices diversos en la aplicación del color, según los autores y sus áreas de trabajo, pero hemos establecido como parámetro los significados más amplios y coincidentes.
6.7. Estructura y dimensiones
Estructura
Como bien conocen los científicos biomoleculares, la estructura de una molécula determina la función que realizará. Se ha observado desde hace ya mucho tiempo en las proteínas, y esta visión se ha ampliado a casi todas las demás moléculas. Su forma y estructura son determinantes para la función a desarrollar, más si cabe que su misma composición química. Si esto es así a nivel microscópico, ¿por qué no lo sería a nivel macroscópico? Si el antiguo axioma hermético de «como es arriba, es abajo; como es abajo es arriba» es una premisa que consideramos cierta para trabajar con la analogía, la estructura externa de los vegetales nos hablará de sus funciones. En esta suposición se basa la signatura.
Las dimensiones de la forma
Todo empieza por la semilla, muchas veces esférica, o aproximadamente. En la semilla se expresa la unidad, el punto. No existe dimensión. Al germinar la semilla aparecen dos líneas (prolongación de un punto) en sentidos opuestos, que siguen las líneas de la fuerza de la gravedad (raíz) y la fuerza de atracción de la luz (tallo). En el equilibrio de dichas fuerzas aparecen las hojas, que serán la primera expresión del plano, pues tienen dos dimensiones. Y las flores que se abren al espacio son en su mayoría estructuras tridimensionales. Finalmente, el fruto que esconde la semilla en su interior es hijo de la cuarta dimensión, pues además de las tres dimensiones espaciales manifiesta la cuarta dimensión, el tiempo, con su extraordinaria capacidad para la vida al cabo de muchos años (algunas semillas de cereales conservadas en el interior de pirámides egipcias aún eran aptas para germinar más de tres mil años después de su recolección).
En cada parte de la planta observaremos qué formas predominan y qué estructuras tienden a repetirse como pauta de una especie: hojas lanceoladas u ovaladas,hojas aciculares, es decir, como agujas,u hojas compuestas o simples. Porte piramidal de toda la estructura vegetal, redondeado, etc. Junto con el color, lo primero que percibimos de un vegetal son sus formas o estructuras generales.
7. El almidón se forma por la transformación de la glucosa que la planta ha producido gracias a la fotosíntesis.
8. Plantas que al germinar sacan 2 hojas (llamadas cotiledones).
9. Plantas que al germinar sacan 1 sola hoja (llamada cotiledón).
10. No asocio oscuridad a maldad ni a ningún otro significado peyorativo. Sin oscuridad la semilla no germina. En este sentido, la oscuridad se refiere a lo oculto a nuestra conciencia convencional.
11. Centro del árbol que presenta una gran dureza.
12. Que tienen ambos sexos.
13. Recordemos que se trata de una asociación simbiótica de la raíz del vegetal con una o varias especies de hongos, lo que permite al vegetal extender su superficie de contacto con la tierra.