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Enfoque económico La economía neoclásica
ОглавлениеTiene una versión macro, la cual plantea que la migración se produce por las diferencias en salarios y condiciones de empleo entre países y por la búsqueda de equilibrio en la asignación de estos recursos. Precursoras de esta teoría son las propuestas de Ravenstein (1885 y 1889), Lee (1966), Ranis (1961), Todaro (1987), Sjaastad (1962) y las que convergen en la propuesta push-pull (“empujar-jalar”: expulsión-atracción).
Desde esta perspectiva la migración internacional, e incluso la interna, tienen como causa común las diferencias geográficas, esto es, las disparidades regionales, respecto de la oferta y la demanda de trabajo. Se puede explicar así la dicotomía subdesarrollo-desarrollo: un país que cuente con una gran cantidad de trabajadores y poco capital tendrá como resultado salarios bajos, mientras que un país que tenga mucho capital y poca fuerza laboral tendrá salarios altos. Estas diferencias en salarios provocarán que trabajadores de los países con bajos salarios se movilicen hacia los países con salarios altos y además con poca oferta laboral. Esta teoría supone que como consecuencia de esta migración se reducen los trabajadores en los países de origen, con lo cual aumentan los salarios, mientras que en los países de destino, al aumentar la oferta laboral, los salarios caen. Es decir, que a la larga vendría una eliminación de las diferencias salariales que daría fin a los flujos migratorios de trabajadores.
La versión micro de la economía neoclásica parte del mismo presupuesto de la asignación de recursos por el mercado. Autores que han desarrollado esta propuesta son George Borjas (1989) y Todaro.21 En esta explicación teórica la migración tiene como motivo un acto decidido por el individuo en donde interviene su racionalidad, pues a través de un cálculo costo-beneficio opta por migrar hacia donde puede ser mejor remunerado aun con el gasto y riesgo de la movilidad. De esta forma, la migración internacional se puede comprender como una forma de inversión en capital humano. Quienes podrían migrar valoran la necesidad de hacer ciertas inversiones: costo del viaje, búsqueda de trabajo, aprendizaje de una nueva lengua, ruptura de lazos tradicionales y la creación de nuevas relaciones con la esperanza de obtener ingresos netos superiores.
Desde la migración de tránsito, con base en el trabajo etnográfico, cabe considerar que efectivamente hay personas migrantes que relatan que su motivación de salida tiene que ver con la situación laboral precaria de sus lugares de origen que da como resultado salarios insuficientes para solventar sus necesidades personales y familiares. En algunos casos la motivación habría sido fruto de un análisis costo-beneficio de corte individual, por lo cual el hecho de migrar entraría en la lógica de una inversión en capital humano. Sin embargo, no es la única razón por la que actualmente se puede migrar, habría que sumar también otros factores como la violencia estructural, los desastres naturales, la tradición migratoria o el desarraigo de la propia tierra que mueve a una búsqueda de sentido a través de la movilidad humana, sin tener como horizonte un beneficio de corte económico.