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Teorización sobre la migración de tránsito
ОглавлениеNo existe una definición universal y con un consenso pleno, acerca del concepto migración de tránsito. Este comenzó a utilizarse a principios de 1990 a raíz del término “país de tránsito” incluido en la “Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares” (ONU, 1990). Con “país de tránsito” se señalaba una categoría intermedia entre el país de origen y el de destino que comenzó a utilizarse en documentos oficiales sobre política y práctica migratoria.
La Organización Internacional para las Migraciones, a través de una serie de informes publicados desde 1993, jugó un papel relevante para la consideración del tránsito de migrantes como un patrón importante de la movilidad internacional, además de presentarla como uno de los retos principales en la actualidad de la migración internacional, dada la dominante situación de irregularidad que tiene como rasgo este tipo de flujo migratorio (Marconi, 2014).
Sin embargo, resulta notable que la denominación (o acusación) países de tránsito se aplique casi de forma exclusiva a los países colindantes con países o regiones de destino (caso europeo) consideradas ricas y desarrolladas que operan como polos atractores de la migración, en detrimento de otros países que son también de tránsito pero no resultan tan relevantes ni académica ni políticamente, como sería el caso de Guatemala, que es también país de tránsito para hondureños, salvadoreños, nicaragüenses, etc., que van hacia Estados Unidos, o bien Mali, Níger y Sudán, países de tránsito hacia la Unión Europea para africanos migrantes del sur. En el fondo se supone, por parte de los países ricos y lugares de destino migratorio, que los denominados países de tránsito no hacen lo suficiente para contener esos flujos migratorios, lo cual explicaría por qué esos países fronterizos a los polos de atracción poseen tanta relevancia política, y que sea ahí en donde la academia ha realizado la mayoría de sus estudios sobre la migración de tránsito.
Conceptos asociados al de migración de tránsito son los de transmigración y transmigrante, no asociados a trasnacionalismo, sino utilizados como categorías de análisis en el proceso de la migración en tránsito: hacen referencia a que una persona oriunda de un determinado país atraviesa un segundo o tercero para poder llegar al país de destino (González, 2014). Autores como Rodolfo Casillas (2008) utilizan ese concepto de transmigrante para referirse a los centroamericanos que cruzan el territorio mexicano con la intención de llegar a Estados Unidos. Cassarino y Fargues (2006: 15) definen a los transmigrantes como “personas en movimiento que se encuentran en una situación llamada ‘tránsito’, es decir, migrantes que permanecen temporalmente en un país con la intención de llegar a otro país, independientemente del hecho que logren al final llegar a su meta o no”. Sin embargo, el término transmigrante se ha utilizado en el vocabulario migratorio mexicano y corresponde a un visado legal y temporal,27 de ahí que resulta inexacto para referirse a población migrante, especialmente en situación irregular, que en camino a su destino final tiene que cruzar uno o varios países intermedios.
Existen diferentes definiciones sobre migración de tránsito. Irine Ivachniouk (2004: 12) se refiere a la migración de tránsito como “la migración de personas desde un país de origen/salida hacia un país de destino/asentamiento a través de países intermedios/de tránsito, frecuentemente en condiciones inciertas o inseguras: clandestinidad, visa de turismo, documentos falsos, etc.”. Para Aspasia Papadopoulou (2005) la migración de tránsito es el estadio entre la salida y el establecimiento.
En la convocatoria para la investigación28 Migraciones en tránsito y derechos humanos, realizada en 2009, con la participación de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad Pontificia de Comillas y la Universidad Rey Juan Carlos, se entiende el tránsito como el movimiento de personas que entran en un territorio nacional, pudiendo permanecer en él semanas o meses trabajando para pagar u organizar el siguiente paso o etapa de su viaje, pero que dejarán el país con destino a otro. Asimismo, los migrantes en tránsito pueden definirse como aquellos que se encuentran realizando la travesía desde su país de origen hacia el país de destino. De manera habitual, y al no contar con los requisitos legales exigidos por los países de tránsito y destino, el desplazamiento se realiza de manera irregular.
Lo que se destaca en estas definiciones es el uso de un territorio como paso necesario para completar un objetivo migratorio, es decir, el eje fundamental es de tipo geográfico.
Giovanna Marconi (2008: 32) expresa que transmigrante o migración de tránsito hacen referencia a “intenciones individuales de personas que se encuentran en cierto periodo del tiempo en lugares que ellas mismas consideran sólo de pasaje”, de ahí que el tránsito resulte muy difícil de cuantificar, con lo cual “lo que parece un problema no es tanto la definición conceptual sino la misma identificación del objeto de estudio”. Duvell (2008: 7) afirma que migración de tránsito es un concepto con una definición borrosa, ya que sigue sin haber una categoría o una definición que tenga una aceptación común; destaca que se trata de un ejemplo perfecto de migración mixta, ya que en ella coexisten diferentes tipologías de migración que comparten el mismo espacio y donde se confunden unas u otras causas y se unen, en cambio, las dudas y las faltas de respuesta. Esta complejidad exige la construcción de concepto abierto, que describa y delimite esa realidad y al mismo tiempo haga posible la incorporación de elementos cambiantes, como la duración o el destino.
Adriana González (2014), en su tesis doctoral, emprende un arduo trabajo de construcción teórica acerca del concepto migración de tránsito. Propone una serie de definiciones que apuntan a un enfoque integrador del fenómeno. La migración de tránsito como el proceso social que resulta a partir de un flujo de personas migrantes que necesitan pasar por uno o varios territorios geográficos intermedios, entre su país de origen y el país de destino, donde están implicadas sus fronteras. Dicho proceso se configura por elementos que son condicionados por el contexto histórico y social en que se produce. El migrante en tránsito como el sujeto que decide realizar un trayecto de su proyecto migratorio por un país que no es su objetivo de destino final. Y el país de tránsito como un territorio definido por la necesidad del migrante para pasar por él de manera temporal y, así, lograr la trayectoria de migración entre su país de origen y el de su destino. El país de tránsito juega un doble papel, como instrumento para el tránsito y también de acogida transitoria.
Hein de Haas (2010) señala que el concepto de migración de tránsito se ha convertido en el componente central en el aumento de la diversidad y la complejidad del fenómeno migratorio europeo, de alguna forma como respuesta a dos procesos convergentes: las crecientes restricciones para la migración legal y el control de las fronteras que se ha intensificado desde 1990. Abundando en el tema, Francesco Bruno Bondanini señala que se trata de un flujo migratorio que transita pero se detiene en las fronteras, ya que, refiriéndose al caso europeo, las fronteras son usadas como instrumentos que sirven para bloquear o controlar los flujos migratorios, situación que da como resultado “ciudades de tránsito” es decir, “estas ciudades que representan etapas o lugares de pausa en el viaje migratorio, preestablecidas por las redes que controlan el camino de algunos de los migrantes que llegan”. Las políticas de frontera se ven reforzadas cuando se van consolidando los sistemas de cierre a los que se asignan presupuestos enormes, con lo cual logran “el estancamiento del proceso migratorio en las ciudades de tránsito” (Bondanini, 2014: 190).
En este trabajo se ha optado por el concepto migración en tránsito, el cual puede definirse como proceso social estructural y coyuntural mediante el cual la población emigrante en ruta hacia el lugar de destino tiene que cruzar, en situación migratoria regular o irregular, una o más naciones con una temporalidad variable pero limitada. Cuando es irregular se suman las condiciones de riesgo, invisibilidad y por ello de vulnerabilidad, de ahí que frecuentemente sean violados sus derechos humanos elementales. En algunos casos se puede dar una transición a una estancia de mayor duración e incluso casi permanente.
Es un proceso social como toda migración, no es una realidad aislada del dinamismo humano, de la sociedad, tiene raíces en la economía, la política y la cultura.
Estructural, en el sentido de su estabilidad en el tiempo y de la identificación de componentes semejantes en los diferentes lugares donde se presenta.
Coyuntural, en el sentido de los cambios específicos que presenta dadas las condiciones variables que pueden modificar ciertos patrones establecidos del tránsito.
Situación regular se refiere a contar con la documentación migratoria aprobada por el país donde se cruza.
Situación irregular implica que no se tiene la aprobación necesaria para una estancia en un país diferente al propio. La tipificación de la falta puede variar según los países; en el caso mexicano se considera de tipo administrativo, pero en Estados Unidos implica ir contra la ley, es decir, ilegal.
Temporalidad variable: no es fácil definir cuánto tiempo está una persona en tránsito. Fundamentalmente depende del discurso que indica a una tercera nación como el destino final y no aquella en la que se encuentra actualmente como extranjero.
Condición de riesgo: es la exposición física en términos de indefensión o inseguridad ante una catástrofe, ya sea natural o humana: caminar horas o días por zonas peligrosas sin agua ni comida, viajar en el tren, cambios climáticos, etc., que se da mayoritariamente en condiciones de irregularidad.
Invisibilidad: hay un cierto habitus del migrante que tiene, entre otros componentes, el deseo de pasar desapercibido, de que no se note su presencia, sobre todo en algunas zonas del país dominadas por la delincuencia organizada, con ello asegura su supervivencia, especialmente en la situación migratoria irregular.
Vulnerabilidad: fundamentalmente se compone de la situación de riesgo y del acceso limitado a los recursos: pobreza de bienes y reservas, inseguridad del sistema de sustento, indefensión personal o falta de capacidades personales, indefensión o desprotección social. Es relevante este componente para caracterizar la condición de irregularidad migratoria.
Transición hacia una estancia de mayor duración o casi permanente: sucede cuando se reducen notablemente las posibilidades de cruce fronterizo al país de destino, por elevación de costos o riesgos, y no se cuenta con apoyo adicional de la red de relaciones. La casi permanencia se facilita cuando en el tránsito se logran condiciones de estabilidad laboral y de residencia que pueden sustituir el propósito que se busca en el país de destino. En un caso extremo puede significar el fin del tránsito migratorio y convertir al país de tránsito en país de inmigración.