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De la vinculación universitaria y otros demonios

Tengo la fortuna de haber vivido los últimos veinte años de mi carrera profesional desarrollando actividades de vinculación entre diversos sectores industriales e instituciones de educación superior y debo decir, con humildad, que esta relevante tarea —el gran reto de las Instituciones de Educación Superior (ies)— ha sido en los últimos años muy discutida, presumida y quizá, por qué no decirlo, mal entendida.

Explico la afirmación anterior con las siguientes premisas. Primero, la vinculación, en una buena cantidad de ocasiones, es interpretada exclusivamente como el establecimiento de relaciones industriales o con la sociedad en general, que permiten acercar a los futuros graduados a las oportunidades laborales mediante prácticas profesionales, estancias u otra actividad académica o preprofesional; en otras ocasiones, por fortuna cada vez más frecuentes, dichas relaciones son utilizadas para identificar necesidades de formación profesional, así como para la creación y orientación de programas educativos universitarios específicos para sectores particulares. Segundo, la vinculación es considerada una actividad complementaria de las actividades sustantivas de docencia, investigación y extensión universitarias en las ies; es decir, se pierde de vista en el camino de la operación universitaria que la vinculación es el principio y el fin de la función universitaria per se y por lo mismo es subestimada organizacionalmente hablando, y se destinan pocos recursos a la función universitaria sustantiva para su operación estratégica y transversal.

La vinculación es mucho más que las dos premisas anteriores. Hoy en día involucra, por supuesto, el acercamiento con los diversos sectores de la sociedad, pero desde una perspectiva más amplia y comprometida. Implica, por ejemplo, el establecimiento de relaciones simbióticas con actores industriales, políticos y sociales, con ies y centros de investigación en otras latitudes; implica sentarse a la mesa y convertirse en actor fundamental de las decisiones sociales, académicas o científicas de la región o área de influencia; implica ser promotor tanto de la investigación básica, como de la aplicada, líder en la gestión y participación en el desarrollo de políticas públicas; implica entenderse como ese principio y fin del desarrollo de individuos socialmente relevantes.

Según los últimos resultados de la Encuesta Nacional de Vinculación en Instituciones de Educación Superior enavi (sep/cide, 2010), disponible en línea, el desconocimiento por parte del sector productivo sobre la oferta de investigación y desarrollo tecnológico y de servicios tecnológicos es uno de los principales inhibidores del establecimiento de actividades de colabo-ración, indican más del 56 % de las ies en el estudio referido. Por otro lado, las ies identifican su prestigio y capacidades docentes como principal fortaleza para desarrollar actividades de desarrollo tecnológico con los sectores industriales, siendo además un porcentaje muy alto (84.9 % de los ejecutivos de vinculación encuestados), quienes consideran que la vinculación institucional con los sectores industriales facilitaría el logro de los objetivos institucionales.

¿Qué toca hacer al respecto a las ies en este nuevo milenio? Desde mi perspectiva un tanto simplista, primero, tener una plena conciencia de las capacidades de vinculación que tiene la institución: recursos, estructura organizacional, profundidad, variedad e impacto de las relaciones establecidas y su transversalidad a la función universitaria; segundo, en la medida de las oportunidades, generar las condiciones (no sólo los convenios o acuerdos interinstitucionales) para generar relaciones simbióticas y de largo plazo con aquellos actores que provoquen los cambios buscados y se creen los ambientes para el desarrollo de una vinculación más relevante, más profunda y de mayor impacto, es decir, hacer que la vinculación deje de ser ese demonio que toca a la puerta institucional para convertirla en el fénix del desarrollo universitario. ¶

21 de marzo de 2017

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