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Universidad Aeronáutica en Querétaro iv Grandes retos antes del despegue

El inicio de la actividad académica universitaria se antojaba franco, nunca fácil, con una expectativa muy alta por parte de los estudiantes y sus familias; las compañías seguían llegando ante el éxito de las formaciones técnicas, la calidad de la manufactura mexicana empezó a generar una credibilidad digna de admirarse, manufactura con cero defectos, costos competitivos, expectativas de contar con el talento para incrementar los programas de fabricación, e incluso para traer a México productos y procesos más complejos que demandan la contratación de técnicos superiores universitarios (tsu) e ingenieros.

En pleno proceso de construcción del primer edificio de la Universidad (una nave industrial de 18 500 m2) en el Aeropuerto, Bombardier negociaba, con la Federación y la entidad, la llegada de un proyecto que debería ser el parteaguas para la industria de la manufactura aeronáutica mexicana: la fabricación y ensamble del avión ejecutivo Learjet 85. La decisión de la llegada de este proyecto a Querétaro se anunció en la residencia oficial de los Pinos en mayo de 2008. En noviembre de ese año, en atención al compromiso, la unaq envió profesores a Canadá para entrenarse en la enseñanza de las tecnologías de fabricación de componentes estructurales en materiales compuestos mediante fibras preimpregnadas. A la par, en pleno proceso de cierre de administración estatal, se habilitaron los laboratorios al interior de la unaq para iniciar los cursos de formación técnica en noviembre de 2009. Por su parte, Bombardier construía la planta en la que se habría de manufacturar el fuselaje principal, cabina, estabilizadores y componentes alares de la aeronave. Sobra decir lo que autoridades, empresa e institución tuvieron que gestionar para iniciar la operación de la fabricación de los primeros prototipos de la aeronave, la formación de la gente y la infraestructura; pero se logró, dando una muestra inequívoca de lo que puede ser capaz la triple hélice.

En septiembre de 2010, el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa visitó Querétaro para inaugurar la planta de Materiales Compuestos de Bombardier y para ser testigo de honor de la entrega de un avión experimental CRJ200 que la canadiense donaba a la unaq. Años después, en abril de 2014, para ser exactos, el prototipo de avión LearJet 85 despegaba de Wichita, Estados Unidos, para vivir su proceso de certificación ante la autoridad aeronáutica estadounidense. Una vez más Querétaro cumplía: cumplía México.

En enero de 2009, recién iniciadas las actividades universitarias de la unaq, se recibió la visita de una delegación de autoridades del ministerio de educación nacional de Francia. El objetivo, colaborar con el gobierno de México (Querétaro y la Federación) y dos grandes grupos industriales, Safran y Airbus, en la configuración de una alianza estratégica para la formación de técnicos para el mantenimiento aeronáutico, con estándares equiparables a los reconocidos en Europa. Esta iniciativa había sido acordada previamente por los presidentes Nicolas Sarkozy y Felipe Calderón y formalizada mediante cartas de intención. El modelo desarrollado permitió que, con un acuerdo de alto nivel entre todas las partes, se pudiera materializar una inversión en infraestructura, formación de profesores, donaciones por parte de los grupos industriales para la creación del Campus Franco Mexicano de Formaciones Aeronáuticas de la unaq; dicho espacio fue inaugurado años después, el 11 de abril de 2014 por los presidentes FranÇois Hollande de Francia y Enrique Peña Nieto de nuestro país. México, Querétaro y la unaq estaban en los ojos del mundo. ¶

17 de noviembre de 2017

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