Читать книгу Psicofonías. El enigma de la transcomunicación instrumental - José Ignacio Carmona Sánchez - Страница 19
¿ENTRAÑA RIESGOS EXPERIMENTAR CON LAS PSICOFONÍAS?
ОглавлениеPara determinadas personas, generalmente aprensivas o que están pasando un momento emocional delicado, como la pérdida de un ser querido, su práctica en mi opinión no es aconsejable. En esos trances uno pierde la objetividad al confundir la realidad con el deseo. No nos equivoquemos, a pesar de que el estudio más preciso relacionado con las psicofonías (del que hablo en el segundo capítulo, proyecto Sfinge) apunta a la hipótesis de la comunicación con los seres fallecidos, las psicofonías no son un hilo directo con el más allá. Ya adelanto que las psicofonías pudieran tener diversos orígenes, y que a veces podríamos estar resonando con capas no muy agradables del inconsciente, además de encontrarnos recurrentemente con el riesgo de convertir la experimentación en una obsesión. Jürgenson, uno de los primeros investigadores y de los más celebres, llegó a sufrir una necesidad enfermiza por contactar con esas voces, aislándose del mundo exterior y recluyéndose en su laboratorio. Terminó por sufrir «alucinaciones auditivas», creyendo oír voces escondidas en los ruidos más inverosímiles, como en el simple chirrido de una puerta.
Si creemos oír voces sin ayudarnos de un aparato grabador, cuidado con rebuscar en el cajón de sastre de la fenomenología paranormal en busca de respuestas, sin acudir antes a un médico especialista. Existen patologías donde el individuo, al escuchar sonidos primitivos elementales (acúfenos), los trasforma delirantemente en voces plenas de contenido, sin embargo estaríamos hablando de sonidos que parecen provenir del ambiente, nunca de sonidos recogidos por soportes registrables.
Mucho cuidado con convertir este fenómeno de las voces en una segunda religión, y lleguemos a creer todo lo que nos dicen. Tampoco nos dejemos engañar por esa extraña complicidad que se genera entre el experimentador y la causa paranormal, y nos creamos elegidos o tocados de no se sabe bien qué gracia, no vaya a pasar, como dice el entrañable profesor Sinesio Darnell, que «de experimentadores pasemos a ser experimentados». O algo mucho más mundano, que pasemos a descuidar nuestra propia realidad y nuestros quehaceres cotidianos.