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3.2. Agronomía y ecología

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Las bacterias del género Rhizobium, que son las fijadoras de nitrógeno, tienen diferentes especies, que son muy específicas para cada especie de leguminosa. Debido a ese gasto de energía el rendimiento que alcanza una leguminosa no podrá alcanzar nunca al de un cereal, siempre que se encuentre en igualdad de condiciones.

En la fijación de nitrógeno influyen numerosos factores: temperatura, luminosidad, sequía, salinidad, etc. La enzima que cataliza el proceso se denomina nitrogenasa y ha de actuar en condiciones aeróbicas, es decir, en presencia de oxígeno. Tanto la sequía como el encharcamiento inhiben la fijación. Debe tener en cuenta otros factores como los insecticidas o fungicidas que pueden afectar gravemente al Rhizobium y detener por completo la asimilación de nitrógeno.

Se da la asociación simbiótica entre la bacteria y la planta y se produce un crecimiento que recuerda al de un tumor, dando lugar al llamado nódulo. Para que se produzca la fijación de nitrógeno, la planta ha de ceder energía, de modo que se emplean de 12 a 14 ATP en la siguiente reacción:


La enzima que cataliza el proceso se denomina nitrogenasa y ha de actuar en condiciones aeróbicas, es decir, en presencia de oxígeno. De ahí la importancia de la leghemoglobina que permite la existencia de oxígeno en el nódulo y le da un color rojizo. El color rojo es indicativo únicamente de que existe leghemoglobina, pero no de la fijación de nitrógeno.

Los nódulos son un sumidero de nutrientes que compiten con las partes vegetativas de la planta, con las flores y con las vainas. Lo normal es que cuando comienza la floración el balance de energía comience a ser favorable a la parte aérea, incluso puede dejar de ser funcional el nódulo, no fijando más nitrógeno a partir de entonces. Tanto el número como el peso de los mismos influyen en la fijación.

La cantidad de nitrógeno fijado depende mucho de cada especie de leguminosa y de las condiciones ambientales. Se muestran algunos datos:


La consecuencia de todo esto es que en el cultivo de las leguminosas es habitual que haya que olvidarse de la fertilización nitrogenada a lo largo de todo el ciclo. Sin embargo en ocasiones es interesante hacer pequeñas aportaciones al principio de la campaña, cuando el Rhizobium aún no está bien establecido. Como máximo se podrían aportar 50 kg/ha donde tanto el clima como la planta lo justifiquen económicamente.

Es por ello que entra a formar parte de rotaciones con cereal, teniendo una serie de ventajas añadidas:

1 Ruptura del ciclo de algunas enfermedades.

2 Mejora la estructura del suelo.

3 Menor consumo de agua y fertilizantes.

Recolección de cultivos herbáceos. AGAC0108

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