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IV

BREVE HISTORIA DEL CEREBRO EMOCIONAL

El fantasma del dolor imaginario se apegaba férreamente en la parte del llamado por Paul Broca: Sistema Límbico, formado por: tálamo, hipotálamo, amígdala, hipocampo, tallo cerebral... todos estos elementos conectados por una gigantesca red neuronal interactúan por todo el cerebro, como si de un computador cuántico se tratase, operando con billones de conexiones y transferencias de información.

Se considera que en esta pequeña zona están las emociones, parte del pensamiento y la memoria. Están bombardeadas de corrientes eléctricas invisibles causadas por conectores iónicos. En las enfermedades mentales como el Tr Bipolar emiten ineficazmente información a través de químicos hallados en moléculas, los neurotransmisores, algunos de ellos, como: la dopamina, serotonina, no funcionan de manera correcta. Su misión de mandar información emocional adecuada entre neuronas es ineficaz. Miles de axones con mal funcionamiento en sus conexiones provocan que la sinapsis sean un revoltijo de chorros eléctricos perdidos en la inmensidad de esta pequeña, pero infinitamente desconocida parte del cerebro.

Todo esto no deja de ser una buena teoría científica que se acerca algo a la realidad. Aunque siempre debemos partir que se conoce muy poco de nuestro cerebro. Fíjense, dar un sentido científico a la mente queda tan alejada a nuestra comprensión como el estudio de la galaxia más lejana e inexplorada desde nuestro diminuto planeta.

El conectoma cerebral está muy lejos de ser cartografiado. Entendido éste, como la red que actúa en los billones de conexiones que se producen en nuestro cerebro, provocando nuestros estados mentales y fisiológicos. El lenguaje con el que opera lo han llamado código neuronal, haría falta una calculadora exacta, que incorporara materialmente el infinito para poder conocerlo y abordarlo en su totalidad.

La neurociencia consigue acercar al ser humano a la comprensión de cómo interpreta y conoce su realidad interna y externa. Pero, no es la única manera. Sigo creyendo que el humano es más que materia, por tanto, siempre habrá un cauce metafísico para la comprensión del TODO.

Un consejo:

Cuando tu cuerpo es ineficaz a la hora de controlar lo que te pasa ahí arriba, sólo puedes abrirte o cerrarte al mundo. Tener la fuerza de un guerrero en plena batalla y la sabiduría de un estratega para replegarte y volver a luchar con más recursos y fuerza que antes.


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