Читать книгу Los papiros de la madre Teresa de Jesús - José Vicente Rodríguez Rodríguez - Страница 3
ОглавлениеPrólogo
De nuevo Teresa de Jesús, «la Santa», en pleno Centenario de su nacimiento, a cinco siglos de su aventura, nos convoca en las páginas de este libro a una conversación, frente a frente, cara a cara, con su verdad y la nuestra.
Esta es la principal virtud que atribuyen los estudiosos y amigos de santa Teresa a sus escritos y a su persona: la capacidad para hablar en voz alta al lector y convertir su íntima conversación en una invitación a entrar en diálogo con la propia Verdad, la misma que a ella se le regaló, vivida en cada presente único de la historia.
Teresa, «la conversable», se nos hace viva en estos Papiros jugosos y amenos, llevándonos al terreno de un encuentro amigable y verdadero, como al que ella era tan aficionada con sus amigos, los «cinco que al presente nos amamos en Cristo», y con aquellas amigas y hermanas de la Encarnación, en cuyos vivos diálogos se gestó el nacimiento de su obra fundacional.
El padre José Vicente Rodríguez es un especialista en aquello que su amigo Unamuno nombró como la intrahistoria de la vida. Nos mete de lleno en lo cotidiano, nos traslada al ámbito de lo familiar y ordinario, hablándonos de santa Teresa, y nos la trae al suelo de nuestro presente haciéndola contemporánea nuestra.
Si la Santa y el padre José Vicente hubieran coincidido en el mismo tiempo, habrían sido grandes amigos y se habría dado entre ellos una complicidad espontánea. Los dos tienen alma de aventureros, intrépidos buscadores, prontos para emprender caminos inexplorados. Son de aquellos que san Juan de la Cruz decía que no «emperezan». Tienen alma de niños, ojos para la sorpresa y admiración en sus andares.
También José Vicente tiene despierta la verdad de cuando era niño, que se le asoma en la imaginación desbordante con la que sueña el presente. Está en la década de los noventa, pero fue siempre un niño en capacidad de juego y travesura y un abuelo en sabiduría. Al mejor estilo teresiano, sabe recrear y aderezar con chispa los momentos con el tamboril y la sonaja de sus ocurrencias.
Pero es, sobre todo, un compañero de caminos, un peregrino con el que te sientes afortunado de caminar y del que tanto hay que aprender. También José Vicente es un conversador que hace brotar mil recuerdos y perlas de sabiduría mientras se va de camino.
Alguien ha dicho con gracia que José Vicente sabe de san Juan de la Cruz «más de lo que el mismo Santo sabía de sí». En este nuevo libro se atreve con la Santa y nos la pinta, no fea y legañosa, sino humana y divina, conversable y profunda. Nos descubre multitud de detalles ordinarios, anecdóticos, dimes y diretes, chascarrillos y acaecidos que poblaron el alma y los días de la Madre Teresa, leídos por un carmelita que es fiel reflejo de tal madre, en andanzas y en humor, en fe y fraternidad.
En este Centenario de su nacimiento somos privilegiados testigos de una efeméride que revela, no solo hechos del pasado, sino recuerdos de pergamino caduco. Tienes en tus manos, querido lector, unos papiros que queman, que tienen la virtud fundamental de narrar, no solo la historia de una extraordinaria mujer del siglo XVI, sino la historia de nuestras búsquedas y anhelos más vivos, y que hablan del protagonismo vigente hoy del Amor que encendió el corazón de Teresa de Jesús en el amor de Jesús de Teresa. El secreto de Teresa apunta a esa riqueza tan viva hoy como antaño, porque se refiere a Alguien tan «ganoso», tan deseoso de darse y hacer historia de amistad con cada uno de nosotros, como entonces.
Papiros, como ventanas abiertas a través de la pluma de José Vicente, que nos trazan y diseñan la raíz del alma de Teresa y nos abren a un paisaje vivo, el de nuestra propia aventura.
Aunque afirma tener «un pie en el estribo», a sus más de noventa años, conoce una fecundidad admirable y dichosa, de la que todos nos beneficiamos, ojalá que por mucho tiempo. De Ávila a Alba de Tormes, de Monleras a Toledo, la tierra que pisamos narra los años de una aventura preciosa, la nuestra y la de un Dios enamorado en cada uno de nosotros.
Gracias, José Vicente, por regalarnos papiros de sabiduría antigua y siempre nueva, por ser amigo y compañero, por contagiarnos la infancia sabia de los antiguos buscadores, que amaron su suerte sin añorar tiempos pasados. Gracias por dejar que se transparente en las líneas de tus escritos la alegría del Dios de Teresa de Jesús.
Miguel Márquez Calle
Carmelita descalzo, Superior Provincial de la Provincia ibérica de santa Teresa