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EDADES PELIGROSAS PARA EL SOBREPESO

Se puede afirmar que en la mayoría de las personas el problema del sobrepeso se produce en uno de los siguientes períodos: la adolescencia, el embarazo y, especialmente en las mujeres, durante la madurez.

ADOLESCENCIA

En el inicio de la pubertad, los muchachos tienen mayores necesidades calóricas porque, en esta época, desarrollan los caracteres sexuales secundarios: aparición del vello púbico, el desarrollo mamario femenino y el cambio de voz. Esto implica una mayor actividad hormonal, al mismo tiempo que se produce el crecimiento corporal que los transformará en adultos. La actividad hormonal desencadena un apetito mayor que, en nuestra sociedad, puede ser saciado fácilmente. Los padres no suelen ver este hecho con excesiva preocupación ya que, culturalmente, los niños gruesos son símbolo de prosperidad y abundancia. Además, el fantasma de la anorexia nerviosa planea sobre esta generación, lo que preocupa mucho más a los padres que el par de kilos que hayan ganado.

A partir de los trece o catorce años, el crecimiento se da por finalizado, con lo cual la actividad hormonal deja de ser tan intensa. Los jóvenes pueden seguir ganando peso, aunque los motivos serán muy distintos. Ahora se encuentran inmersos en la adolescencia, frente a frente con su desarrollo personal, su afirmación en el grupo de los adultos y, por este motivo, inmersos en todo tipo de ansiedades. Como es sabido, la ansiedad provoca un estímulo oral que se satisface ya sea fumando, mordiendo un lápiz o las uñas y, en la mayoría de casos, comiendo. Se siente especial predilección por los alimentos dulces porque los azúcares que se consumen sacian, de forma rápida, el apetito.

Los jóvenes estudiantes afirman que no pueden concentrarse con el estómago vacío y, mientras estudian, van picando patatas fritas, bollería, chocolate, bebidas dulces y golosinas. Si sumamos todas esas calorías a las ingestas normales, por más que estas sean equilibradas, el resultado será la ingestión de unas 1.000 a 1.500 calorías extras, que se almacenarán en forma de grasas. Los estudiantes dicen que tienen necesidad de rellenar «ese vacío» y lo hacen con dulces que les producen una rápida sensación de saciedad, determinada por el nivel de glucosa en sangre. Así, estos jóvenes, al comer diez galletas de chocolate, eliminarán la sensación de hambre, puesto que han aumentado su nivel de azúcar. Pero este azúcar pronto es quemado por el organismo, con independencia de su aporte calórico. Sin embargo, si para eliminar la sensación de hambre comiesen un bocadillo de pan integral con queso y una pieza de fruta (cuyo aporte calórico es menor y cuyos azúcares son de lenta combustión) el joven podría ver saciado su apetito sin aumentar de peso. De esta manera, se puede deducir que los jóvenes deberían cambiar sus hábitos alimenticios comiendo fruta fresca, zumos, infusiones o alguna galleta integral baja en calorías.

El cuerpo tiene tendencia a mantener el mismo peso aunque pueda comer algo más, siempre y cuando se realice ejercicio. El deporte, realizado de manera regular, aumentará el metabolismo basal, lo que quiere decir que, en reposo, un deportista gasta más energía que un individuo que no hace ejercicio, ya que el deportista ha aumentado su metabolismo basal.

Resumiendo, se puede aconsejar a los jóvenes con tendencia al sobrepeso lo siguiente:

•Alimentarse de forma sana introduciendo en la dieta frutas y verduras en abundancia.

•No comer frutos secos o productos fritos en exceso.

•No pasar de las 1.500-1.800 calorías al día.

•Olvidarse de la bollería industrial a base de harina blanca y azúcar.

•Si se come entre comidas, que sea fruta.

•Practicar algún deporte o hacer ejercicio físico de forma regular.

EMBARAZO

Hay mujeres que durante su embarazo tienen un problema añadido, el incremento de peso. Se puede encontrar la causa en las enormes variaciones hormonales producidas en tan breve tiempo. Así, mujeres que no habían tenido nunca dicho problema, empiezan a aumentar de peso de manera sorprendente, un kilo por mes aproximadamente. En menor proporción, hay mujeres que presentan la tendencia inversa, es decir, disminuyen de peso.

Actualmente, sabemos que, en esta etapa, no es necesario «comer por dos», como dice el antiguo refrán, por lo que una dieta equilibrada deberá ser suficiente para mantener el peso correcto. Se tendrán que evitar los llamados «antojos». Se ha de tener muy en cuenta que, al mismo tiempo, suele reducirse la actividad física manteniendo, sin embargo, las mismas ingestas. Ese aumento de calorías se acumulan en forma de grasa y estos depósitos, debido a los cambios hormonales del período, serán un posible principio de celulitis.

El requerimiento suplementario de energía durante el segundo y tercer trimestre de gestación asciende a 200 calorías diarias solamente, que equivaldrían, por ejemplo, a un vaso de leche.

No hay razón alguna que impida, en el caso de mujeres con sobrepeso, que ese aporte diario de 200 calorías sean tomadas de su propio excedente de grasas. En ese caso no tendrá que comer más, solo lo suficiente para mantener su embarazo, ya que una reducción dietética en el caso de una madre con exceso de kilos no altera en absoluto el crecimiento del feto.

El embarazo es un período en el que la mujer es susceptible de seguir las recomendaciones para adoptar una alimentación natural llena de principios vitales, lo que representa una oportunidad excelente para prevenir el desarrollo de una posible obesidad en la madre y, posiblemente, también en el hijo.

Durante el embarazo es especialmente importante no adoptar una dieta muy restrictiva porque podría ser potencialmente nociva para la madre y el desarrollo del feto. Debemos ser conscientes de que la naturaleza es sabia y ha hecho las cosas para que la futura madre, si tiene una alimentación correcta, no necesite ningún extra.

El riesgo del aumento de peso no acaba con el embarazo sino que prosigue durante la lactancia. Algunas madres que no aumentaron de peso, lo hacen después del parto. La causa radica en que el organismo eleva los requerimientos energéticos en mayor grado que lo hizo durante el embarazo. Durante el amamantamiento es conveniente añadir medio litro de leche vegetal a la dieta. Puede ser de soja, de almendras, de arroz u horchata de chufa hecha en casa y endulzada con miel.

Después del destete, todas las madres deben reanudar la alimentación normal, sin olvidarse de ir incrementando paulatinamente el ejercicio físico.

MADUREZ

El 40 % de la población de entre 40 y 60 años presenta exceso de peso, lo que puede llegar a considerarse natural porque es un hecho muy común.

Sin embargo, las compañías de seguros de vida saben perfectamente que el sobrepeso disminuye las expectativas de vida y, por ello, suben las pólizas al ver cómo aumenta el riesgo de sus clientes. Por lo tanto, si usted quiere vivir más años, no parecer mayor, ser más atractivo y no subir las escaleras resoplando, debe saber que necesita controlarse el peso a partir de los cuarenta años.

Las personas adultas, a partir de una cierta edad, tienden a relajarse, a llevar una vida sedentaria, a no realizar ningún tipo de ejercicio de forma constante porque están más tiempo en casa. Además, por razones laborales, suelen comer fuera del hogar, de manera que se hace difícil mantener una dieta equilibrada. Las exigencias del trabajo, los hijos y los problemas familiares pueden desencadenar estrés. Este, a su vez, produce angustia, que incita a comer o, más específicamente, a abrir la nevera y tomar lo primero que se encuentre a mano.

Cuando se asocia la disminución de actividad física con el aumento del consumo de calorías, el resultado es fácil de imaginar, se van incrementando los kilos. En muchas ocasiones sería suficiente con disminuir la ingestión de alimentos tales como azúcares, postres, bocadillos hipercalóricos, además de vigilar el consumo de alcohol o refrescos.

Si una persona, a los 20 años, mantuvo un peso normal con 3.000 calorías diarias, debe saber que, a los 40 años, le bastarán 2.500 calorías. Aquí radica el verdadero problema, tener consciencia de las calorías que se requieren en cada etapa.

Una causa más de sobrepeso, entre las mujeres, es la menopausia. Durante esta etapa se produce un importante cambio hormonal y disminuye el consumo energético.

Resumiendo, podemos decir que los problemas a los que nos enfrentamos en este grupo de edad corresponden a un alto nivel de sedentarismo y a la ingesta excesiva e incorrecta de alimentos refinados.

Las soluciones deben tomarse de manera racional, pero rápidamente, ya que pueden presentarse graves complicaciones para nuestra salud, desde los problemas circulatorios, como las varices, la hipertensión arterial y las enfermedades coronarias, hasta las dolencias articulares por sobrecarga.

La respuesta se encuentra en una alimentación natural y equilibrada (fruta, verdura, cereales integrales, yogur, queso fresco, legumbres y derivados de la soja) así como en el ejercicio. Este debe practicarse diariamente y no de forma intensa y ocasional. Un buen paseo diario es suficiente y, si no tenemos tiempo, bastará con dejar el coche aparcado un poco lejos de nuestra residencia o del trabajo. También podemos bajar andando las escaleras o hacer todos los recados que nos sean posible caminando. Durante el fin de semana podemos aprovechar para hacer unos buenos y saludables paseos por el campo.

El método naturista para adelgazar

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