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CAPÍTULO - 6 -

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Los ayudantes de Malox entran a la habitación donde esta Marilú, ella al verlos se asusta y se arrincona contra una pared, los dos hombres la toman de los brazos y la obligan a caminar, ella se resiste, pero los malvados la llevan a la rastra, trasladándola por un camino interno, hasta llegar al salón donde los espera el gran brujo.

Este al verlos ingresar, levanta los brazos y con voz potente ordena. –Ubíquenla dentro de la cámara.

Cuando los ayudantes tratan de ingresarla, Marilú con un gran esfuerzo se libra de sus captores y comienza a correr por el lugar, dando gritos desesperados pidiendo auxilio; Los dos hombres corren tras ella tratando de atraparla, pero Marilú los esquiva, mientras les tira con todo lo que encuentra en su camino.


Los cuatro estaban revisando todo el laboratorio, tratando de averiguar si desde ese lugar, era que Malox tenía controlado los dispositivos que amenazaban a los países.

Maxi comenzó a operar una de las computadora, tratando de encontrar algún programa que lo oriente en la investigación, mientras los otros chicos miraban los planos y apuntes, tratando de descubrir algún indicio sobre lo mismo, pero sin dejar de estar en alerta, para evitar cualquier ataque por sorpresa, de parte de sus enemigos.

—No dejo de pensar en esa pobre gente, que puede llegar a sufrir por culpa del malvado de Malox. – Comenta Maxi, mientras sigue tecleando en busca de información.

Estoy seguro que vamos a poder vencerlo y desbaratar su maléfico plan. – Asegura Sebastián.

Maxi da un grito de triunfo. — ¡Ya encontré el programa que oculta la información!... Solo me falta descubrir la clave de ingreso, que habrá la página... Eso va a ser un poco más difícil.

Leandro contesta. – No creo que sea tan difícil de adivinar... Solo tienes que buscarle el sentido a las cosas.

—¿Porque decís que es fácil?, ¿En qué te basas, para decir semejante afirmación? – Pregunta Agustín.

—Me baso en la lógica. –Responde Leandro. — ¿De qué se enorgullece el malvado Malox?

Maxi piensa un instante y responde medio dudando. — ¿De ser un brujo?

¡Exacto! – Dice Leandro. — Y estoy seguro que la palabra brujo, debe ser la clave.

Maxi ingresa la palabra al sistema y automáticamente el tablero del mapamundi comienza a iluminarse con lucecitas amarillas, marcando todas las ciudades más importantes del mundo.

—¡Lo logramos! – Gritan los cuatro al unísono.

—Ya sabemos dónde instalaron los artefactos, ahora solamente falta ubicar el lugar exacto donde están ocultos... Pero de eso se va a ocupar cada país. — Comenta Maxi.

—¡Sí! Pero para eso tenemos que sacar una copia del programa. – Opina Sebastián. – De esa manera, cada país va a saber dónde comenzar la búsqueda.

—Mientras tanto, tratemos de ver si desde este lugar podemos desactivar el sistema, para evitar cualquier accidente. – Explica Leandro.

Fue en ese momento, que sintieron gritos desesperados de mujer, pidiendo auxilio, los cuatro se quedaron quietos escuchando, para saber de donde provenían.

Al escuchar nuevamente los gritos, Maxi reconoce la voz y se pone pálido, mientras dice. – La que está pidiendo auxilio es Marilú... Algo grave le está pasando... Corramos a salvarla.

Dejaron todo lo que estaban haciendo y guiándose por la voz desesperada de Marilú, fueron recorriendo a toda velocidad el pasillo, hasta llegar a la puerta cerrada que los separaba de ella... Agustín con una fuerte patada, hizo que la puerta se abriera con tanta fuerza, que la arranco de sus bisagras.

Los ayudantes de Malox, habían logrado sujetar a Marilú y a pesar de los gritos y la fuerza que ella hacía para poder librarse, los dos hombres la llevaron nuevamente hasta donde estaba la cámara, para obligarla a ingresar a la misma.

Fue en ese momento que los cuatro ingresaron al lugar y al ver la situación por la que estaba atravesando la niña, sin mediar palabras se dividieron en el ataque; Leandro y Sebastián se entablaron en lucha contra los ayudantes, obligándolos a soltar a Marilú, Maxi la tomo de la mano y la ubico a su espalda para protegerla, en el momento justo que los dos Dracules que estaban de guardia, se le venían encima, blandiendo sus garrotes, dispuestos a partirle la cabeza.

Malox, al ver en la forma que irrumpieron los chicos y con la furia que peleaban, grito furioso. – Como puede ser, que estos insignificantes imberbes, tengan el tupe y el coraje de desafiar mis poderes y se atrevan atacarme.

Agustín viendo al brujo en su altar, corre hacia él y le tira una patada voladora, que le pega justo en el rostro y hace que Malox vuele dos metros por el aire hacia atrás y caiga tan largo era.

Este rápidamente se pone de pie y ante de que Agustín lo ataque nuevamente, hace un pase mágico, estirando los brazos hacia adelante, mientras pronuncia unas palabras y Agustín se siente impulsado por el aire hacia atrás, como si una maza pesada le hubiera pegado y lo arrojara con fuerza contra la pared.

Malox lanza una siniestra carcajada, mientras dice. – Eso es para que aprendas respeto, pequeña rata insolente y sepas brindarle pleitesía a un ser supremo.

En ese momento Leandro y Sebastián terminaban de derrotar a los dos ayudantes, miraron hacia donde estaba luchando Maxi, para ir en su ayuda, pero este ya había acabado con uno de los Dracules y en ese instante le estaba dando un garrotazo al que seguía de pie y lo dejaba fuera de combate.

Cuando se dieron cuenta de que Agustín estaba tirado en el piso, los tres corrieron hacia él, seguidos por Marilú, pero cuando ya estaban llegando, él comenzó a incorporarse masajeándose la cabeza con la mano derecha.

—¿Qué te sucedió? –Pregunta Sebastián, preocupado por la salud de su compañero.

—Fue el malvado de Malox, no sé cómo hizo, pero sin tocarme me arrojo hasta aquí. – Explica Agustín medio aturdido por el golpe.

—Acabemos con él y terminemos con este problema. – Dice Leandro.

Lo ayudan a incorporarse, mientras miran hacia donde estaba Malox.

Este estaba parado frente al altar, con su larga túnica y su capa roja que le llegaba hasta los pies, tenía los brazos cruzados sobre el pecho en actitud desafiante y en tono amenazante les grita. — ¿Quiénes son ustedes que se atrevieron a introducirse en mis dominios ?... ¿ Que loco los mando a desafiarme, sabiendo las terribles consecuencias a las que se exponen ?

—Nosotros representamos al mundo y en representación de tal mandato, es que vamos a terminar con tu locura dominante y tu ambición de poder delirante. – Responde Sebastián.

Leandro, Sebastián y Agustín rodearon a Malox para que no tenga escapatoria, mientras Maxi toma a Marilú de la mano, como para protegerla y se pone en guardia.

Los chicos se lanzan al ataque, ante la risa siniestra del brujo, que los esperaba sin inmutarse; Cuando lo estaban por agarrar, inesperadamente y ante la sorpresa de ellos, Malox desapareció como por encanto, haciendo que los tres se golpearan entre sí por el impulso, quedando abrazados y con los ojos muy abiertos por la sorpresa.

—¿Qué paso... Donde se fue? – Pregunta Agustín.

—Que brujo mañoso, hace cualquier cosa para escapar del castigo. – Protesta enojado Sebastián.

—¡Allá esta! — Señala Leandro.

Malox estaba en el otro extremo del gran salón, parado detrás de un elegante escritorio de cedro, mirando a los desorientados jóvenes y mostrando una gran sonrisa, les dice. – Vengan jóvenes... Vengan que les quiero comunicar algo muy importante.

Maxi le sujeta con más fuerza la mano a Marilú, mientras comienza a acercarse con desconfianza, seguido por los demás; él iba observando hacia todos lados, por si era una trampa y aparecieran de golpe los Dracules o los Ninjas. — ¿Qué es eso tan importante que nos quieres comunicar? – Pregunta.

—Aproxímense, no les voy hacer daño... Un viejo refrán dice, que si no puedes vencer a un enemigo, es mejor unirte a él... Ustedes demostraron ser un enemigo difícil de vencer, ya que pudieron llegar hasta aquí eludiendo todos los obstáculos e incluso a mi guardia personal, por eso es que decidí llegar a un arreglo con ustedes. – Les explica Malox.

—El único arreglo posible, es que nos reveles la clave para anular los artefactos que instalaste y que tiene al mundo en vilo. – Responde Sebastián.

— No le crean, es una más de sus mentiras, seguro que algo malo está tramando para que ustedes se descuiden y caigan en sus redes.

– Asegura Marilú. – Mientras se abraza a la cintura de Maxi, buscando protección.

Malox se coloca la mano derecha sobre el pecho, a la altura del corazón y con voz suave les dice. – Les hablo con todo mi corazón y por el respecto que ustedes me merecen, es que les digo que no voy a levantar ni un solo dedo en contra de ustedes... Pero lo único que les pido, es que se acerquen un poco más al escritorio para tener una charla amigable y poder explicarles todo lo que quieran saber, sobre mis planes.

Los chicos dieron varios pasos hasta quedar frente al escritorio, sin darse cuenta que quedaron parados sobre un circulo, que en su centro tenia pintado un ojo humano, con el iris de una tonalidad azulada.

Maxi mira serio, al sonriente Malox y le dice con determinación. – A partir de este momento se terminaron tus días de maldad, desde ahora comenzaras hacer las cosas como deben ser...

Malox lo interrumpe, diciéndole. – Tienes toda la razón del mundo, a partir de tu enseñanza, comenzare hacer las cosas bien, tal como tú me lo pides. –Y lanzando una terrible carcajada, oprime un botón oculto; Y ante la sorpresa de los chicos, el circulo sobre el que estaban parados se abre en dos, haciéndolos caer al vacío.

Mientras Malox grita eufórico. — ¡Imbéciles, ignorantes, nunca se le debe creer a un enemigo, ahora aprenderán la lección... Lastima que sea un poco tarde y que ya no les sirva de nada!. – Oprime nuevamente el botón y automáticamente el hueco se vuelve a cerrar.

Cuatro héroes para salvar el mundo

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