Читать книгу Milo y sus Amantes - Juan Manuel Avigo - Страница 14

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Han transcurrido nueve largos meses en los cuales Milo se ha entrenado arduamente en las montañas, bosques y selvas. El hombre está empujando una roca gigantesca y la mueve con dificultad pero sin detenerse, frena y suspira limpiándose el sudor de la frente. Milo ahora lleva una barba corta y tiene el cuerpo mucho más trabajado, está musculoso como nunca antes, Tatiana está volando a su alrededor animándole y Alexandra está acariciando dulcemente y conversando con una liebre, otro de sus poderes, hablar con los animales.

Entonces Milo dice “Llegó la hora, hace nueve meses que entreno, deseo conocer mi nivel de poder”, a lo que la súcubo entusiasmada levanta las manos y forma un triángulo invertido con los dedos y a través de éste le observa unos instantes... y le dice “Señor Milo, tu poder ah aumentado mucho desde que nos conocimos, en esos momentos, te confieso, eras nivel doce, y ahora eres nivel veinte” (se suele designar un nivel que va de uno a cien, más para los seres divinos), Milo se emociona y hace fuerza con un brazo expandiendo sus músculos, se siente más vitalicio, fuerte, ágil, rápido, y todos sus atributos mejorados en general. Entonces el hombre se dirige a Alexandra, quien se despide de la liebre y ésta parte feliz, “Alexandra, querida mía, dime por favor cómo está mi puntaje de karma”, a lo que la ángel luego de unos momentos responde “Estás en la neutralidad, todo éste entrenamiento duro ha limpiado algunos de los errores de tu pasado”, entonces Milo formula otra pregunta “¿Y qué es lo que pasaría con mi alma, suponiendo que la recupero, en un estado de neutralidad?, ¿iría al Cielo?”, Alexandra le contesta “Aún no te alcanza, puedes evitar el Infierno, pero con tu puntaje irías a parar al Limbo... y dada tu condición de guerrero en vida, allí te harían participar del gran torneo de lucha llamado “Arena”, el cual te daría una chance de ganarte la entrada al Cielo si es que sales campeón”, Milo se queda boquiabierto “¿Arena?, ¿puedes contarme más sobre ese torneo?”, Alexandra asiente con la cabeza “Si, se trata de una liga en la que participan varios guerreros de todo tipo, dura diez temporadas y el objetivo es ganar la mayor cantidad de combates para sumar puntos en la tabla de posiciones”, el hombre entonces dice “¡Suena interesante!, ¿y cómo son esos combates?, ya que son varias temporadas me imagino que son amistosos, ¿verdad?”, y la ángel dice “Oh no, no, los combates son a muerte...”, Milo se queda confundido entonces Alexandra aclara “En el Limbo, si mueres, vuelves a revivir al otro día dentro de ese sub-mundo, no hay manera de escapar de él”, el joven empieza a comprender “Ya veo”, y se siente emocionado con la sola idea de participar en ese torneo espiritual, “Entonces en el caso de que no llegue con los puntos de karma aquí en Terra, voy a tener una chance de ascender al Cielo en el Limbo, me gusta”, y Alexandra continúa con su explicación “Así es señor Milo, aunque siempre puedes esperar a la reencarnación y volver a vivir en Terra para hacer las cosas bien, pero debes tener mucho cuidado ya que si inclinas la balanza hacia el mal se supone que reencarnarás en una criatura malvada y estarás anclado en ese lado por mucho tiempo hasta que se te de otra oportunidad de llevar la balanza hacia el lado del bien”, Milo piensa en todo esto y decide que tiene que ser muy cuidadoso con su karma, parece ser de suma importancia.

El trío se sienta a comer y beber en armonía con la naturaleza que les rodea, hasta que de repente sienten una voz tenebrosa detrás de ellos “Vaya, vaya, ¿pero qué tenemos aquí?, si se trata de un colgado y dos putas, me pregunto ¿qué demonios hacen solos en la base de una montaña, acampar y comer picnics como unos niños?” y se sienten unas risotadas que le acompañan. Milo, sin perder la cordura, se da vuelta y ve a un grupo de maleantes armados con espadas a unos quince metros de ellos, parecen ser cinco de la raza knorr, ¿qué estarán haciendo por esos lares? su hogar queda a unos cuantos kilómetros al este. “Mira chico, hemos estado observando a tus prostitutas a la distancia, no sé qué rayos haces con ellas ni me interesa, solo queremos que nos las entregues y a ti te dejaremos en paz... los muchachos están hambrientos”, entonces Milo busca su espada que la tenía a un par de metros junto a su mochila y se para con el arma en las manos sintiendo que un desafío le acaba de llover del cielo “Ellas son mis novias...” dice, “son puras como el agua cristalina, ¿acaso crees que la pasarían bien con unos vagabundos como ustedes?” continúa sin poder contener su arrogancia. El knorr, rubio y sucio de arriba a abajo, se siente tan ofendido que se queda observándolo con furia contenida, pensando en cómo torturarlo para hacerlo arrepentirse de sus palabras. Entonces las chicas se levantan y les miran fijamente, Tatiana no puede contener una sonrisa diabólica, adora la sangre y cree que está por verla en cantidades. Milo está en desventaja ya que no lleva armadura y sus opositores llevan todos armadura completa de cuero endurecido a excepción del casco, pero tiene la ayuda de sus novias mágicas y eso suma mucho. El joven está posicionado delante de las chicas y ellas están a sus lados, a la izquierda Tatiana y a la derecha Alexandra, los knorr están frente a ellos a unos quince metros. Tatiana invoca un látigo flamígero en sus manos... el jefe knorr lo ve sorprendido “¡¿Qué carajos?, ataquen, y capturen a las mujeres!”.

La primera en reaccionar es Alexandra, quien lanza un hechizo de escudo protector de luz sobre Milo, y al mismo tiempo Tatiana se eleva unos metros sobre el aire con intención de avanzar en dirección a los bandidos. Inmediatamente Milo sintiéndose totalmente confiado por su nuevo poder y por el escudo mágico que le acaban de lanzar avanza a la carrera con la espada delante suyo contra los knorr, al mismo tiempo el jefe hace lo mismo en dirección a él con la espada hacia atrás cargando su ataque de corte seguido por tres de sus subordinados y el último de ellos, que posee otras armas, carga su arco y dispara una flecha de madera muy certera hacia Milo, la cual choca contra el escudo de luz y se parte en pedazos. El jefe knorr alcanza al joven y descarga su ataque con una potencia increíble contra él quien ni se molesta en bloquearlo o esquivarlo ya que el escudo absorbe el golpe, Alexandra se queda en la retaguardia y gasta más de su maná en tirar otro escudo protector de luz para ayudar a Tatiana ya que la ve fervorosa y lanzándose al ataque como si no hubiera un mañana, Milo levanta su espada y la baja con bastante fuerza contra el jefe que intenta bloquear pero no llega a tiempo y recibe un gran corte en el hombro izquierdo que le abre la armadura y se hunde unos centímetros en su carne. Dos de los bandidos llegan a la derecha de Milo y ambos intentan apuñalarlo pero fallan lastimeramente y él contra-ataca a los dos lanzando un corte horizontal tan efectivo que les da a ambos y les abre el pecho haciéndolos sangrar fuertemente. Ahora le toca a Tatiana que desciende sobre el jefe y lo ataca con su látigo de fuego y le da un golpe tan tremendo que le da vuelta la cabeza al completo y le rompe el cuello, la cabeza queda colgando hacia atrás y el cuerpo cae al piso totalmente muerto. El bandido del arco vuelve a disparar contra Milo pero ésta vez le erra el flechazo que va a parar a unos cuantos metros a la distancia, entonces el knorr que estaba llegando a la derecha del jefe ahora muerto como tiene a Tatiana más cerca la intenta cortar con su espada pero ésta choca contra el escudo protector que Alexandra le había arrojado y la súcubo sale inmune. Los bandidos se ponen muy nerviosos, el del arco sale corriendo, los dos que tienen el corte en el pecho se arrodillan del dolor soltando sus armas y Milo agarra al que atacó a Tatiana del cuello y éste le mira con miedo en los ojos, el joven duda un segundo si clavarle la espada pero decide no hacerlo y le dice “Ya tuvieron suficiente...” y lo arroja al suelo, el hombre gatea desesperado tratando de huir y le dejan irse.

Entonces Alexandra siente compasión por los dos heridos “Señor Milo... ¿quieres que cure sus heridas?”, a lo que él los mira con seriedad y dice “Si...”. Alexandra les pide que se acuesten boca arriba y éstos le hacen caso sin dudarlo debido al alto nivel de persuasión de la ángel que les habla con voz dulce y calma... luego hace unos movimientos con las manos, les apunta al pecho y lanza un hechizo de curación que hace que sus heridas cierren lentamente y dejen de sangrar, y les dice “Van a estar bien, solo necesitan descansar un par de días”, Milo les presiona “¡Ahora váyanse!” y los knorr se levantan del suelo y echan a trotar alejándose del lugar dejándolos totalmente solos.

Tatiana hace desaparecer su látigo y va directo a abrazar a Milo quien le responde pasándole un brazo por la cadera, la súcubo que está hecha una llamarada, figurativamente hablando, no se contiene y le besa el cuello y se lo lame con la punta de la lengua. Entonces Milo totalmente excitado por la adrenalina que acaba de sentir decide que no le importa nada, levanta a Tatiana entre sus brazos y la lleva contra una gran roca, le acaricia el cuerpo con un deseo desenfrenado y le saca el vestido dejándola desnuda, se queda obnubilado por la opulencia y perfección de sus senos y los toma con sus manos para lamerlos, la mujer demonio lo rodea con sus piernas, Milo se baja el pantalón y con el pene totalmente endurecido la penetra vaginalmente y la fornica con fuerza y un tanto desesperado. Alexandra observa la situación con sumo interés y comienza a tocar sus partes íntimas masturbándose.

Milo y sus Amantes

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