Читать книгу El manuscrito Ochtagán - Julián Gutiérrez Conde - Страница 6
ОглавлениеPrólogo
Estimado lector, antes de que continúes con la lectura de este prólogo, y por el enorme respeto que me inspiras, he de avisar del único mérito que me hace responsable de esta labor, que no es otro que la profunda y larga amistad con la que me honra y que me regala el autor.
Julián Gutiérrez Conde, hombre bueno, sabio, tenaz, andarín incansable y solitario, director de grandes equipos y corporaciones, formador de directivos, escritor original y variopinto, es sobre todo mi amigo desde nuestra más temprana infancia escolar. Es por ello por lo que afronto esta tarea incapaz de negarme a ello ante su desmedida valoración y entusiasmo.
Y dicho esto, advierto al lector que tiene en sus manos un «libro maldito», en cuanto que destapa las oscuras simas donde se esconde el Mal, muy a menudo disfrazado de la más alta bondad y de los conceptos más sublimes y solidarios. También es un «libro diabólico» en cuanto describe el supremo Mal como el poder absoluto en forma de dominación, que absorbe, canibaliza y depreda todo lo que le rodea desde el anonimato total.
A través de una historia amable que de inmediato despierta nuestro interés, nos conduce hábilmente por bellos parajes y misteriosas tierras hasta que, sin saber muy bien cómo, el lector se encuentra discutiendo y peleándose con un hilo argumental que desasosiega, que viola su ética, que conmueve hasta el alma (¿o no existe tal y es solo un conjunto de reacciones fisicoquímicas que generan energía bioeléctrica?).
El autor sitúa al lector al otro lado del espejo y ahí cada uno ha de afrontar el negativo más genuino de su ser, el retrato más negro y desolador de su propia realidad; ha de recorrer solitario los vericuetos más tenebrosos de sus sentimientos y conciencia. Todo ello sin paz ni descanso, con un vértigo que se va acelerando con la narración y que no deja escapar de ella. Como un terrible remolino que nos absorbe poderoso y contra el que luchamos pero del que no es posible salir indemnes.
Al final la historia se remansa, dulcifica y aclara algunos de los extraños orígenes de los personajes y lugares de la narración; se explica el Ecdon Point, que nadie sabe ubicar pero que como terrible imán atrae de mil formas diferentes a sus víctimas, de las que absorbe toda la energía vital hasta consumar su destrucción… Que tú, lector, no seas una de ellas.
En junio del año de la pandemia
Jesús Núñez García