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El bodegón de Auerbach en Leipzig

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Reunión de alegres camaradas.

FROSCH4

¿No quiere nadie beber? ¿Nadie reír? Ya os enseñaré yo a poner mal gesto. Vaya, que hoy estáis como paja mojada, vosotros que de ordinario ardéis siempre con llama viva.

BRANDER

Tuya es la culpa; no nos sales con nada, ni una simpleza, ni una porquería.

FROSCH

(Vertiéndole un vaso de vino sobre la cabeza.) Ahí tienes ambas cosas.

BRANDER

¡Recochino!

FROSCH

Puesto que lo quieres, no hay más remedio que serlo.

SIEBEL

¡Puertas afuera el que se desmande! A voz en cuello cantad coplas en rueda. ¡Emborrachaos y gritad! ¡Sus! ¡Hola! ¡Eh!

ALTMAYER

¡Ay de mí! Estoy perdido. ¡Venga algodón! Ese majadero me está desgarrando los oídos.

SIEBEL

Cuando retumba la bóveda, mejor se siente la potencia fundamental del bajo.

FROSCH

¡Muy bien! Y el que lo eche a mala parte, ¡afuera con él! ¡Ha tara lara la!

ALTMAYER

¡Ha tara lara la!

FROSCH

Las gargantas están afinadas. (Canta.) "¿Cómo se mantiene en pie todavía el amado Sacro Imperio Romano?"

BRANDER

¡Vaya canción fea! ¡Uf! Una canción política, una canción fastidiosa. Dad gracias a Dios todas las mañanas por no tener necesidad de cuidaros del Imperio Romano. Yo tengo al menos por una gran ventaja no ser Emperador ni Canciller. Pero tampoco debe faltarnos una cabeza. Elijamos Papa nosotros. Ya sabéis qué cualidad es la decisiva, la que enaltece al hombre.

FROSCH

(Canta.) "Levanta el vuelo, maese Ruiseñor; saluda diez mil veces a mi querida."

SIEBEL

A la querida, nada de saludos. De eso no quiero oír ni una palabra.

FROSCH

A la querida, saludo y beso. No serás tú quien me lo estorbe. (Canta.) "¡Cerrojo descorrido!, en la noche silenciosa. ¡Cerrojo descorrido!, el amado vela. ¡Cerrojo echado!, al despuntar el día."

SIEBEL

Sí, canta, canta y ensálzala y celébrala. Ya reiré yo a mi vez. Me engañó a mí, y lo mismo hará contigo. ¡Que le den por amante un diablillo que pueda refocilarse con ella en una encrucijada! ¡Que un viejo cabrón, al regresar del Blocksberg, con su voz temblona le dé aún las buenas noches al galope! Un bravo mozo de carne y hueso es demasiado bueno para esa perdida. No quiero saber de otro saludo que romperle a pedrada limpia los vidrios de su ventana.

BRANDER

(Golpeando la mesa.) ¡Cuidado!, ¡cuidado! ¡Obedecedme! Confesad, señores, que yo sé vivir: hay aquí presentes algunos enamorados, a quienes yo he de obsequiar, como se debe a su condición, con alguna cosa para pasar bien la noche. Estadme atentos. Ahí va una canción de novísimo corte. A grito pelado cantad conmigo el estribillo. (Canta.) "En un agujero de la despensa había un ratón; vivía solo de grasa y manteca, y había echado una tripita lo mismo que el doctor Lutero. La cocinera preparó su veneno, y entonces sintióse tan estrecho en el mundo, cual si tuviera amor en el cuerpo."

CORO

(Con algazara.) "Cual si tuviera amor en el cuerpo."

BRANDER

"Corre de aquí para allí, sale disparado, bebe con afán en todos los charcos, roe, araña toda la casa; de nada sirve su furor. Da muchos brincos de angustia, pero pronto se cansa el pobre animalito, cual si tuviera amor en el cuerpo."

CORO

"Cual si tuviera amor en el cuerpo."

BRANDER

"Corre azorado a la cocina en pleno día; cae junto al fogón, sacude las patitas y quédase tendido jadeando que da lástima. Ríese aún entonces la envenenadora. ¡Ay! Está ya en las últimas, cual si tuviera amor en el cuerpo."

CORO

"Cual si tuviera amor en el cuerpo."

SIEBEL

¡Cómo se divierten los badulaques! ¡Pues sí que hace falta gran habilidad, me parece a mí, para echar veneno a los pobres ratones!

BRANDER

¿Es que ellos disfrutan de tu favor?

ALTMAYER

¡Miren el barrigón de cabeza pelada! La desgracia le vuelve afable y tierno. En el hinchado ratón ve su perfecto retrato.

Entran Fausto y Mefistófeles.

MEFISTÓFELES

Ante todo, debo ahora introducirte en una alegre compaña, a fin de que veas cuán fácil es vivir. Para esa gente, cada día es una fiesta. Con un poquito de agudeza y mucho agrado, cada uno gira danzando en su estrecho círculo, como los gatitos al jugar con su cola. Cuando no se quejan de dolor de cabeza, y si el tabernero les fía, viven alegres y exentos de cuidados.

BRANDER

Ésos acaban de llegar de viaje; bien se echa de ver por su aspecto raro. No hace una hora que están aquí.

FROSCH

De veras, tienes razón. No me hables más que de mi Leipzig. Es un pequeño París, y educa a su gente.

SIEBEL

¿Por quién tomas tú a esos forasteros?

FROSCH

Dejadme a mí. En teniendo yo cerca un vaso lleno, les saco a esos camaradas lo que tengan dentro con la misma facilidad con que se le saca un diente a un niño. Paréceme que son de noble casa; tienen un aire altivo y displicente.

BRANDER

A buen seguro son charlatanes, ¡apuesto!

ALTMAYER

Tal vez.

FROSCH

Prestad atención. Voy a darles zumba.

MEFISTÓFELES

(A Fausto.) Esa gentecilla nunca huele al diablo, aunque la tenga él agarrada por el gañote.

FAUSTO

Recibid nuestro saludo, señores.

SIEBEL

Con mil gracias os lo devolvemos. (En voz baja, mirando de soslayo a Mefistófeles.) ¡Qué! ¿Cojea de un pie el tío ese?

MEFISTÓFELES

¿Podemos sentarnos también nosotros a vuestro lado? A falta de una buena bebida, que no es posible tener, la compañía nos deleitará.

ALTMAYER

Parecéis hombre muy mal acostumbrado.

FROSCH

Seguramente habréis salido tarde de Rippach. ¿Habéis cenado con maese Juan5 antes de partir?

MEFISTÓFELES

Hoy hemos pasado de largo por delante de su casa. La última vez que le hablamos nos dijo muchas cosas de sus primos, y nos encargó muchos saludos para cada uno de ellos.

Inclinándose hacia Frosch.

ALTMAYER

(En voz baja, a Frosch.) ¡Ahí tienes! No se mama el dedo.

SIEBEL

¡Es un tío ladino!

FROSCH

Espera un poco. Verás como le atrapo.

MEFISTÓFELES

Si no me engaño, hemos oído cantar un coro de voces adiestradas. Sin duda el canto debe resonar magnífico bajo esta bóveda.

FROSCH

¿Sois tal vez un virtuoso?

MEFISTÓFELES

¡Ah, no! La afición es grande, pero el talento escaso.

ALTMAYER

Cantadnos una canción.

MEFISTÓFELES

Muchas, si queréis.

SIEBEL

Pero que sea una pieza flamante.

MEFISTÓFELES

Cabalmente ahora mismo llegamos de España, hermoso país del vino y de las canciones. (Canta.) "Érase una vez un rey, que tenía una gran pulga..."

FROSCH

¡Oíd! ¡Una pulga! ¿Habéislo entendido bien? La pulga es para mí un curioso huésped.

MEFISTÓFELES

(Cantando.) "Érase una vez un rey, que tenía una gran pulga, a quien amaba no menos que a su propio hijo. Llamó a su sastre; el sastre acudió. -A ver, hazle un vestido al noble mozo,6 y tómale la medida para unos calzones."

BRANDER

Sobre todo, no se os olvide encarecer al sastre que le tome la medida con toda exactitud y, si tiene cariño a cabeza, procure que no hagan arrugas los calzones.

MEFISTÓFELES

"De seda y terciopelo quedó el bicho vestido; tenía cintas en el traje, en él llevaba también una cruz, y luego fue ministro y lucía una gran estrella. Entonces sus hermanos y hermanas llegaron a ser grandes personajes en la corte.

"Y los caballeros y las damas de palacio hallábanse muy molestados, la reina y su azafata sentíanse picadas y mordidas sin atreverse a aplastar con la uña los bichos ni a sacudírselos a fuerza de rascar. Pero nosotros los aplastamos y ahogamos al punto cuando nos pica alguno."

CORO

(Cantando con algazara.) "Pero nosotros los aplastamos y ahogamos al punto cuando nos pica alguno."

FROSCH

¡Bravo!, ¡bravo! ¡Linda canción!

SIEBEL

¡Así les suceda eso a todas las pulgas!

BRANDER

Alargad los dedos, y cogedlas con cuidado.

ALTMAYER

¡Viva la libertad! ¡Viva el vino!

MEFISTÓFELES

De buena gana bebería yo un vaso para ensalzar la libertad, si tan siquiera vuestros vinos fuesen un poquitín mejores.

SIEBEL

No queremos eso otra vez.

MEFISTÓFELES

Temo que se ofenda el tabernero; si no, regalaría a esta digna compañía con algo de nuestra bodega.

SIEBEL

Venga, venga, pues. Eso corre por mi cuenta.

FROSCH

Presentadnos un buen vaso, y haremos vuestro elogio. Pero no nos deis unas muestras mezquinas, porque si yo he de juzgar, quiero tener la boca bien llena.

ALTMAYER

(En voz baja.) Me huelo que son del Rhin.

MEFISTÓFELES

Traed acá un taladro.

BRANDER

¿Qué vais a hacer con él? Pero si no tenéis aún los toneles a la puerta...

ALTMAYER

Ahí detrás el tabernero tiene un esportillo con herramientas.

MEFISTÓFELES

(A Frosch, tomando el taladro.) Ahora decid que es lo que deseáis gustar.

FROSCH

¡Cómo se entiende! ¿Tanta variedad tenéis?

MEFISTÓFELES

Eso lo dejo al gusto de cada cual.

ALTMAYER

(A Frosch.) ¡Ajajá! Ya empiezas a relamerte.

FROSCH

Pues bien; si he de escoger yo, quiero vino del Rhin. No hay dones más ricos que los que ofrece la patria.

MEFISTÓFELES

(Haciendo un agujero en el borde de la mesa hacia el sitio donde está sentado Frosch.) Traedme acá un poco de cera para hacer luego los tapones.

ALTMAYER

¡Ah! ¡Ésas son artes de birlibirloque!

MEFISTÓFELES

(A Brander.) ¿Y vos?

BRANDER

Yo quiero champaña, y que sea bien espumoso.

Mefistófeles sigue taladrando. Uno de los camaradas ha hecho entre tanto los tapones de cera, con los cuales cierra los agujeros.

BRANDER

No siempre puede uno huir de lo extranjero; ¡lo bueno se halla muchas veces tan lejos!... El verdadero alemán no puede sufrir a los franceses, pero bebe con gusto sus vinos.

SIEBEL

(Mientras Mefistófeles se acerca a su sitio.) Debo confesar que no me gusta lo áspero. Dadme un vaso de legítimo dulce.

MEFISTÓFELES

(Mientras sigue barrenando.) Para vos, manará Tokay al instante.

ALTMAYER

No, señores; miradme cara a cara. Veo que os estáis burlando de nosotros.

MEFISTÓFELES

¡Ta, ta! Con unas personas tan nobles, la cosa sería un poco arriesgada. ¡Pronto! Decid sin empacho con qué vino puedo obsequiaros.

ALTMAYER

Con todos. No nos vengáis con tantas preguntas.

Después de hechos y tapados todos los agujeros.

MEFISTÓFELES

(Con ademanes y gestos extravagantes.) Racimos lleva la vid; cuernos el cabrón; jugoso es el vino; leña son los sarmientos; vino puede dar también la mesa de madera. Una profunda mirada en la Naturaleza, y cata ahí un milagro. ¡Creed tan sólo! Ahora quitad los tapones y bebed.

TODOS

(Mientras quitan los tapones y cae en los vasos el vino que ha pedido cada uno.) ¡Oh, fuente hermosa, que para nosotros mana!

MEFISTÓFELES

Sobre todo, tened cuidado de no derramar ni una gota.

Todos beben repetidas veces.

TODOS

(Cantan.) Estamos caníbalmente bien, como quinientos marranos.

MEFISTÓFELES

El pueblo es libre. ¡Ved qué bien le va!

FAUSTO

Me gustaría irme ahora mismo.

MEFISTÓFELES

Presta atención; la bestialidad va a manifestarse en toda su magnificencia.

SIEBEL

(Bebe sin precaución; el vino corre por el suelo y se convierte en llamas.) ¡Favor! ¡Fuego! ¡Socorro! ¡El infierno arde!

MEFISTÓFELES

(Conjurando la llama.) ¡Aplácate, elemento amigo! (A los compañeros.) Por esta vez, no ha sido más que una chispa del purgatorio.

SIEBEL

¿Qué significa eso? ¡Cuidado! Lo vais a pagar caro. Parece que no nos conocéis bien.

FROSCH

Guardaos de hacer eso otra vez.

ALTMAYER

Yo pienso que lo mejor será decirle con buenos modos que se largue tranquilamente.

SIEBEL

¡Qué, señor mío! ¿Quiere atreverse a hacer aquí mismo sus trápalas?

MEFISTÓFELES

¡Silencio, viejo tonel de vino!

SIEBEL

¿Aún querrás venirnos con desvergüenzas, palo de escoba?

BRANDER

¡Aguarda! Van a llover estacazos.

ALTMAYER

(Quita un tapón de la mesa y sale fuego en dirección a él.) ¡Que me abraso! ¡Que me abraso!

SIEBEL

¡Brujería! ¡Duro con él! El bribón está fuera de la ley.

Sacan los cuchillos y arremeten contra Mefistófeles.

MEFISTÓFELES

(Con gesto grave.) ¡Imagen y palabra mentidas muden el sentido y el lugar! ¡Estad aquí y allí!

Los compañeros se quedan atónitos mirándose unos a otros.

ALTMAYER

¿Dónde estoy? ¡Qué bello país!

FROSCH

Viñedos! ¿Veo bien?

SIEBEL

¡Y uvas al alcance de la mano!

BRANDER

Aquí bajo este verde emparrado, ¡mirad qué cepa! ¡Ved qué racimos!

Coge la nariz de Siebel; los demás hacen mutuamente lo mismo y levantan al aire sus cuchillos para cortarlas.

MEFISTÓFELES

(Como antes.) ¡Error, suelta la venda de los ojos! Y vosotros, recordad cómo se chancea el diablo.

Desaparece con Fausto; los compañeros se separan bruscamente unos de otros.

SIEBEL

¿Qué es eso?

ALTMAYER

¡Cómo!

FROSCH

¿Era eso tu nariz?

BRANDER

(A Siebel.) ¡Y tengo la tuya en la mano!

ALTMAYER

Ha sido un golpe que ha recorrido todos los miembros. Dadme una silla; desfallezco.

FROSCH

Pero, decidme: ¿qué ha ocurrido?

SIEBEL

¿Dónde está el bribón? Si llego a rastrearle, no se me escapará vivo.

ALTMAYER

Yo mismo le he visto salir por la puerta del bodegón cabalgando en un tonel. Tengo los pies como de plomo. (Volviéndose de cara a la mesa.) ¡Por mi vida! ¿Correría aún el vino?

SIEBEL

Todo fue farsa, mentira e ilusión.

FROSCH

Parecíame, sin embargo, que bebía vino.

BRANDER

Pero ¿qué ha sido de las uvas?

ALTMAYER

Y que me digan ahora que no ha de creer uno en milagros.

Fausto

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