Читать книгу El infinito naufragio - Laura Emilia Pacheco - Страница 37

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INSCRIPCIONES EN UNA CALAVERA

Si cuando vivos somos diferentes, en cambio

todas las calaveras se parecen.

Son la imagen y el fruto de la muerte.

El cráneo con textura ya de marfil

observa detenidamente la noche.

Y visto al sesgo en el espejo parece

un cascarón de huevo que ya dio alas

a quien latía en su interior fecundante.

Está vacío, ya es vacío, pero sin él

no habría existido la existencia.

Y sin decirlo quiere interrogarnos,

hacer de nuevo las preguntas eternas:

¿Llevamos siempre adentro la propia muerte

o (contra Rilke) carga el esqueleto

pesadumbre de carne, corrupción

sobre la calavera incorruptible?

Es la piedra pulida por ese mar

al que no vemos sino encarnado en sus obras.

El tiempo hizo la mueca de este horror;

también esculpe con su transcurrir

la belleza del mundo. Y así pues,

resulta un acto de justicia poner

sobre su frente la gastada inscripción:

Este cráneo se vio como hoy nos ve.

Como hoy lo vemos

nos veremos un día.

El infinito naufragio

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