Читать книгу El país de los otros - Leila Slimani, Leila Slimani - Страница 7

Оглавление

Maldición de esa palabra: mestizaje. Escribámosla en caracteres enormes en la página.

ÉDOUARD GLISSANT,

L’intention poétique

Su sangre no se quería callar, ni salvarse, ni lo uno ni lo otro, ni dejar que el cuerpo se salvase a sí mismo. Su sangre negra lo empujó primero hacia la cabaña del negro; luego, su sangre blanca lo sacó de allí. Y fue su sangre negra, probablemente, la que le hizo empuñar la pistola; y su sangre blanca, la que le impidió usarla.

WILLIAM FAULKNER,

Luz de agosto

El país de los otros

Подняться наверх