Читать книгу Tres modelos contemporáneos de agencia humana - Leticia Elena Naranjo Gálvez - Страница 13

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Primera parte
La imbricación entre agencia moral ‘reducida’ y racionalidad maximizadora:
la propuesta de Gauthier

En los siguientes tres capítulos analizaré la propuesta de David Gauthier en su obra Morals by Agreement, con el fin de señalar los aspectos que conformarían lo que, a mi entender, admite ser visto como el revelador retrato de un tipo de agente moral al que me permito llamar ‘reducido’. Este apelativo se debe, en primer lugar, a que creo que el agente así modelado por el autor canadiense se caracteriza por hacer un uso exclusivo de cierta forma de racionalidad práctica a la que, como intentaré mostrar, también podría considerarse como reducida: la racionalidad de la eficiencia de medios a fines o la racionalidad estrictamente técnica-instrumental. En segundo lugar, las razones que dicho agente tendría para actuar conformarían una base motivacional que, así mismo pienso, puede ser descrita como reducida, en tanto se trata de razones que colapsan finalmente en el mero autointerés.

Esta doble reducción explica, a su vez, una tercera, en la que confluyen las otras dos: en el modelo presentado por Gauthier la disposición que tenga el agente para con sus congéneres y, por ende, para guiar su conducta por normas morales que le vinculen con ellos, se origina igualmente en una motivación autointeresada. A esta se remitirían en última instancia las razones que podría válidamente aducir, según nuestro autor, cualquier agente moral que pretenda justificar sus acciones como racionales. Por lo tanto, son este tipo de razones las únicas que legítimamente darían cuenta del uso correcto que, para Gauthier, debe dársele a la expresión “racionalidad práctica”. El filósofo canadiense sostiene que dicha racionalidad solo puede ser entendida como aquella que está orientada a la maximización de la utilidad esperada por parte de agentes racionales; y ‘racionales’ en el estricto sentido de la moderna teoría de la elección racional (rational choice theory).1 Se trata de agentes que con la elección de sus acciones solamente buscan satisfacer sus preferencias u obtener el logro eficiente y eficaz de sus fines, de una manera tal que cada objetivo conseguido por parte de un agente sea pagado por este al menor coste que le sea posible.

El intento de Gauthier se centrará en llevar a cabo lo que él entiende como la única fundamentación propiamente racional de la moral, por la vía del mostrar que son este tipo de razones ancladas en el autointerés y no en otra forma de motivación, v. g., el altruismo o el compromiso con bienes que el agente juzgue como más importantes que su propio beneficio, las que explican el hecho de que individuos definidos como autointeresados tengan motivos —racionalmente justificados— para ser morales. Es decir, para restringirse en algunas ocasiones en la búsqueda de la satisfacción de sus preferencias y, con ello, no perseguir en el corto plazo o de un modo miope sus intereses egoístas. De este modo los agentes estarían dispuestos a aceptar algunos constreñimientos a su comportamiento maximizador, con el fin de beneficiarse en el mediano y largo plazo de los frutos de la cooperación social. Lo cual supone que dicha cooperación y, por lo tanto, la aceptación de los mencionados constreñimientos le resulten tan convenientes a cada individuo como lo serían para aquellos otros agentes con los cuales se relacione. En resumen, la moralidad, en el argot de Gauthier, consiste únicamente en este especial tipo de restricciones al propio egoísmo; la racionalidad práctica no es otra que la racionalidad técnica-instrumental y, finalmente, la motivación para ser morales se reduce a una búsqueda prudente,2 a largo plazo, de la maximización del propio beneficio.

Una de las consecuencias que más me interesa resaltar del modelo reducido de agencia que ejemplifica un discurso como el de Gauthier es que termina por considerarse como imposible e ilegítimo cualquier intento de evaluación propiamente racional de las preferencias de los agentes, en especial de aquellas a las que algunos autores designarían como preferencias “fuertes”,3 esto es, el tipo de preferencias en las que los individuos manifiestan sus compromisos éticos o valorativos más fundamentales. Con este resultado y a la vista de las fisuras encontradas en el mencionado modelo, espero que a partir del cuarto y, sobre todo del quinto capítulo, se pueda apreciar con mayor claridad que resulta posible y deseable pensar las piezas que nos permitirían conformar un modelo alternativo; uno desde el cual se haría plausible la idea de que sí cabe hablar de una evaluación de los mencionados compromisos éticos y valorativos. Con ello aspiro a mostrar de qué modo puede argumentarse en pro de la posibilidad de experiencias morales y modos de ejercer la agencia humana apoyados en un uso menos restringido de la racionalidad práctica; modos más complejos que los permitidos por el modelo que se obtiene de discursos como el de Gauthier. Me refiero a formas de experiencia moral, formas de ejercer la agencia moral y formas de deliberar y decidir, a las que creo que resultaría difícil excluir de nuestra experiencia como agentes humanos; a las que tal vez no quisiéramos renunciar, ni tampoco considerar como meras expresiones de nuestra irracionalidad, o de aquello que preferiríamos no tener que evaluar o justificar ni ante otros agentes, ni ante nosotros mismos.

A continuación, en este primer capítulo dedicado a Gauthier se busca identificar las tesis de fondo, la estrategia argumentativa general y los cimientos de su propuesta. En el segundo capítulo, se expondrá su teoría de la justicia, importante dentro del esquema de Morals by Agreement, dado que con ella se busca dotar a dicho esquema del elemento que muchos de sus críticos echarían en falta: un contenido propiamente moral. Este podría haberse difuminado a causa de la insistencia de nuestro autor en el mercado, al que postula como modelo de todo sistema de interacciones humanas y, en estrecha conexión con ello, en la figura del homo oeconomicus, al que postula como paradigma de agencia moral-racional. Finalmente, en el capítulo tercero se concluye el examen de la propuesta de Gauthier, para lo cual se lleva a cabo un análisis de su intento por hacer del homo oeconomicus un personaje menos amoral, mediante su estrategia de mostrarlo más cercano a los entusiasmos y sensibilidades propias de otro personaje fundamental en el discurso del filósofo canadiense: el individuo liberal.

Notas

1 Ver las definiciones de “teoría de la elección racional” y “teoría de la decisión” en: Resnik (1998), Abell (1991), Baron (1993) y Schmidtz (2006), así como en los clásicos de la rational choice theory: Von Neumann y Morgenstern (1953) y Luce y Raiffa (1958).


2 Aquí utilizo el término ‘prudente’ en un sentido distinto a la phronesis aristotélica. Como bien lo muestra Carlos Thiebaut (2005, pp. 75-111) en su texto sobre la prudencia, esta expresión ha sufrido un cambio semántico en virtud del cual ha terminado por designar, sobre todo en el ámbito anglosajón, la virtud del cálculo de las consecuencias de las propias acciones, lo cual no coincide del todo con lo que se entiende como phronesis en el contexto de la Ética a Nicómaco. Cf. Aristóteles, EN, 1140a25 y ss.


3 Tomo este apelativo de Habermas (1990), quien, a su vez hace eco de la expresión utilizada por Taylor (1994).

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