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III
A LOS ALUMNOS, SOBRE EL DISCURSO


INTRODUCCIÓN

La escuela y la enseñanza ocuparon un primerísimo lugar en la vida de Libanio y, por este motivo, su condición de sofista oficial de la ciudad se dejó sentir en su producción literaria. De su abundante producción epistolar, prácticamente la mitad está relacionada con la temática escolar, pues Libanio solía mantener informados a los padres de sus alumnos que no residían en Antioquía de la evolución académica de sus hijos. Aunque en menor medida, también buena parte de sus discursos están plagados de referencias a la enseñanza y siete de ellos se centran en la problemática escolar1. Gracias a la enorme cantidad de datos suministrados por Libanio, conocemos con bastante exactitud los pormenores de la vida escolar antioquena del s. IV: nombres de alumnos, su distribución por cursos escolares, origen social, procedencia, carreras que siguieron y hasta sus éxitos profesionales2.

Libanio solía impartir clase en una sala del bouleutḗrion, sede de la curia municipal, a grupos de entre 35 y 50 alumnos por curso, asistido por profesores ayudantes o hypodidáskaloi3. Los jóvenes entraban en la escuela superior a los 15 ó 16 años de edad tras haber recibido una profunda formación literaria con el grammaticus o grammatikós. Según ha postulado Petit4, debió de existir un programa que estableciera ciertos niveles a los que los estudiantes irían accediendo progresivamente. Los profesores ayudantes o rhḗtores se encargarían de ofrecer en los dos primeros años una base teórica a los jóvenes. Una vez superada esta fase pasarían a manos del sofistḗs para aplicar en los ejercicios prácticos (melétai) lo aprendido. Además de las clases ordinarias, en el programa oficial figuraba la asistencia a discursos de aparato o epideíxeis a cargo del sofista. Éstas tenían un valor didáctico de primer orden, habida cuenta del carácter mimético de la educación en la Antigüedad. A estas sesiones solía acudir el público en general, especialmente a la más importante de todas, la que tenía lugar al finalizar el curso escolar, a comienzos del verano.

El Disc. III, según se desprende del parágrafo 29, se sitúa en la clausura de un año escolar posterior al 387. Libanio tiene más de 73 años y, con la edad, se ha vuelto más susceptible y menos paciente con el comportamiento de los estudiantes. Éstos, según nos dice nuestro sofista, no prestaron suficiente atención a los discursos de invierno y primavera. Por si fuera poco, algunos, con su proceder, pusieron en ridículo al maestro ante los asistentes. Se impone un castigo y al viejo profesor se le ocurre dejarles sin el discurso de clausura, con el objeto principalmente de que nadie sea testigo de su inadecuado comportamiento.

Como resulta evidente, el supuesto castigo no es más que un recurso literario común, la epitímésis. El rétor Elio Aristides, muy admirado por Libanio, escribió el Disc. LI, A los que lo acusaron de no declamar, que, en el Laurentianus LVII 44, figura con un título casi idéntico al que lleva el que nos ocupa. A pesar de lo tópico del tema, el Disc. III tiene momentos brillantes, especialmente cuando describe la insolencia de los jóvenes que lo interrumpen mientras está declamando (§§ 11-14).

Numerosos son los manuscritos, un total de veintiuno, que nos han transmitido este discurso, cuya editio princeps, la edición de Ferrare, a cargo de Soterianus Capsalis, vio la luz en el 1517, a la que siguió una edición de Morel, con traducción latina, no fechada pero sin duda posterior a 1613. En lengua moderna disponemos de las traducciones al francés de Festugière y Martin, y al alemán de Wolf5.


1 Disc. XXXIV, Contra los ataques del pedagogo; Disc. XXXVI, Sobre los maleficios; Disc. XL, A Eumolpio; Disc. LV, A Anajencio; Disc. LVIII, Sobre el manteo; Disc. LXII, Contra los detractores de su enseñanza y el que nos ocupa, el Disc. III.

2 Consúltese el exhaustivo estudio de P. PETIT, Les étudiants

3 Sobre los hypodidáskaloi y su prosopografia, vid. P. WOLF, Vom Schulwesen der Spätantike. Studien zu Libanius, Baden-Baden, 1952, págs. 60-75 y P. PETIT, Les étudiants…, págs. 84-88.

4 Loc. cit.

5 A. J. FESTUGIÈRE, Antioche païenne et chrétienne…, págs. 446-452; J. MARTIN, Libanios…, págs. 92-101, y P. WOLF, Autobiographische…, págs. 143-153.

Discursos II

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