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CASO CLÍNICO

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Mariela es una joven que consulta por sugerencia de su dermatólogo por padecer de psoriasis. El especialista le dice que tiene esa dolencia por “loca”. Su psoriasis comenzó repentinamente un año después de su menarca. Seis años más tarde consulta. Se presenta con la psoriasis localizada en los codos y en la nuca. Se rasca con mucha fuerza hasta provocar el dolor que prefiere a la picazón. Lo hace con una fuerza tal que destroza su ropa.

En el curso de las entrevistas agrega otro motivo de consulta: no sabe que le pasa que no logra vincularse amorosamente con ningún muchacho. Piensa que ellos no la desean, solo la toman como una amiga a la que cuentan sus aventuras y desventuras amorosas.

Estructura familiar:

Vive en el momento de la consulta con su hermana menor que sufre de una dolencia asmática desde pequeña, con su madre y su padre.

Por la vía materna encontramos entre sus familiares casos de neurosis graves y psicosis. Tiene dos primos (hijos de la única hermana de su madre) psicóticos. La mayor, Esmeralda ha sido diagnosticada como maníaco depresiva y el menor, Jorge, como esquizofrénico. Ambos han tenido varias internaciones psiquiátricas. La abuela materna muy idealizada por Mariela, ha decidido no escuchar más nada que pudiera estar relacionado con los dramas que viven sus nietos mayores ya que le actualizan el dolor asociado a lo que ella llama la “locura” de su marido. El abuelo materno de Mariela durante su vida, fue internado en establecimientos psiquiátricos varias veces. Cabe destacar que de su abuelo materno solo puede hablar ocho meses después de iniciada la cura, cuando empiezan a remitir sus lesiones dermatológicas.

Primer momento de la cura:

Mariela tiene miedo de andar por la calle sola, dice en relación a este miedo: “Tengo miedo al hombre que me viole”. Recuerda que cuando tuvo su primera menstruación su madre le dijo “Ahora vas a tener que cuidarte del peligro de los hombres”.

Por otra parte, un miedo de igual intensidad la acosa muchas veces estando en el agua, ya sea cuando está en la pileta del club, practicando natación o en el mar: tiene miedo a que aparezca un tiburón. Asocia con la palabra tiburón el órgano sexual masculino.

En relación a estos miedos, relata un recuerdo infantil: estando en una escalera mecánica, ella no quería pasar por el lugar donde ésta se unía con el piso por miedo a que la tragara. Ella quería que su padre (que estaba al final de la escalera) la sujetara. Entonces, su madre le dijo que ella tenía que dejarse de tonterías y hacerlo sola: En ese momento Mariela entra en pánico y se pone a caminar, escaleras abajo, “contra la corriente”.

Fenómeno psicosomático en análisis

Al comienzo de su análisis ella no habla de su psoriasis, solo de sus dificultades con los chicos pero en entrevistas posteriores plantea que a la psoriasis “la mata con la indiferencia: a palabras electrocutantes –dice– oídos desenchufantes”. Aunque dice estar “enchufada con la psoriasis, enchufada con todo.”

En otra sesión dice: “…yo ya no iría a un médico a que me “vea” la psoriasis. Yo sé que no es de la piel sino que es de otro lado. Para mí es dramático lo de la psoriasis, yo siempre tengo esa mancha. La psoriasis, viene de otro lado, como si fuera de loca”.

En otra sesión dice: “El dermatólogo me dijo que la psoriasis venía de los genes de mi abuelo que era loco y asmático. El médico dijo que mi hermana y yo teníamos la misma enfermedad, con manifestaciones diferentes que éramos como dos gotas de agua, genéticamente iguales. Mi abuela decía que éramos dos calcos”.

Afirma Mariela haber heredado su dolencia de su abuelo que era psicótico y asmático. Sostiene la convicción de que su vida estaría marcada de manera irreversible y loca por las desgracias heredadas vía su madre.

La interrogo por lo heredado de su padre. Mariela sorprendida le replica, “¿por los genes querés decir?”. Comienza a partir de este momento, a hablar de todo aquello que ha heredado de su padre: el amor por la escritura y la capacidad para resolver situaciones. Recuerda el alivio que le generaban las intervenciones de su padre en relación a las situaciones familiares caóticas provocadas cuando sus primos se descompensaban. En esos casos el padre intervenía de manera decidida ordenando de alguna manera la situación.

En una sesión posterior trae un sueño, en relación al cuál dice que venía su primo a la cocina, la toqueteaba y ella no le decía nada, lo miraba por arriba y no le decía nada, se chocaba y no quería reaccionar. Medio forcejeaba para soltarse pero con mucha indiferencia Había bichos y como les tenía miedo llama en el sueño a su padre y le dice que venga y los mate. Agrega que el padre le hace las cosas demasiado fáciles, que no quiere que ella padezca y siempre le soluciona las cosas. Dice “que en algún lugar mi papá ya puso la mano, me molesta que ponga ese dólar de más”.

Al final de esa sesión la interrogo acerca de porqué sigue demandándole a su padre que le pague los honorarios del tratamiento psicoanalítico. Cabe destacar que por otra parte, ella había planteado en reiteradas ocasiones su satisfacción en quedarse con “vueltos” del dinero del padre. Introducir la cuestión del pago fue para ella una conmoción. Cabe agregar que la profesión del padre está referida al orden del dinero.

A la sesión siguiente me comunica que se le ha ido la psoriasis. Dice que la noche anterior sus primos se habían quedado a dormir en su casa y ella mandó a lavar las sábanas por miedo al contagio. Refiriéndose a su padre dice en esa sesión que la “ordenó, puso las cosas en su lugar” y que piensa que si no hubiera sido por su padre hubiera sido una “loca” como sus primos. En la sesión siguiente habla de su familia materna y de su lugar en el deseo de su madre y su abuela, así dice:”Mi abuela está muy mal por el problema de mis primos, de ahí que tuve que ser “brillante “para consolarla”

A partir de este momento la psoriasis remite definitivamente según se pudo comprobar en contactos posteriores que se extendieron durante veinte años hasta la actualidad.

A continuación habla por primera vez de manera más extensa de su abuelo materno y dice: “Pregunté y me enteré que mi abuelo tuvo cinco intentos de suicidio. Mi abuelo o veía TV. o leía. Era corrector de pruebas escritas de imprenta. Leía mucho y escribía poemas: Me escribió a mí un poema hermoso cuando nací. Mi abuelo tenía un carnet Nª1, que el decía que gracias a él le permitían hacer cosas, en realidad era su documento de identidad... Mi carnet Nº 1 es mi papá, él me “falicita” las cosas. Asocia con el fallido: “Bueno, falo. El me abre las puertas”.

Me ha parecido interesante volver a traer el registro textual de ese momento de la cura porque pensamos que el trabajo analítico posibilitó el “descongelamiento” del goce en juego en el fenómeno psicosomático. A ese goce que Lacan en la Conferencia de Ginebra sobre el síntoma se refiere como “el goce específico en su fijación” (3) y usa en relación al mismo la metáfora de lo “congelado”. (4)

Cabe destacar que al comienzo Mariela no hablaba sobre la psoriasis. Comienza a hablar acerca de la misma como consecuencia del trabajo analítico que tiene como efecto hacer “deconsistir” la holofrase articulada al significante “loco”. Pone en cuestión su destino de “ser loca” asociado a las palabras de su dermatólogo. Puede asociar entonces en relación a la psoriasis: “A palabras electrocutantes, oídos desenchufantes”. Podemos pensar siguiendo a Lacan en la cita antes mencionada en una fijación de un goce en la psoriasis asociado al objeto voz. Una voz mortífera que ella asocia a la voz de la tía, la hermana de la madre y madre de sus primos psicóticos, que le contaba de chica historias de locos, que llama cada vez que los primos se descompensan y a quién de alguna manera responsabiliza de la “locura” de sus primos.

La remisión de la psoriasis coincide con un giro que se produce en la cura como efecto del trabajo en el dispositivo analítico y articulado a mi pregunta en relación a lo heredado de su padre y en la misma vía de esta última interrogación, a la intervención en relación al pago de los honorarios. Estas intervenciones están en la línea de lo que planteamos en el marco de nuestras hipótesis de investigación como de “reparación o suplencia de la función paterna”. (5) Reparación que decimos posibilita un anudamiento diferente de la estructura y una nueva regulación de goce. Estas intervenciones posibilitaron así, poner un coto a ese goce asociado a ese “poner un dólar de más” del padre. Intervenciones que tuvieron efecto en el marco del trabajo analítico en transferencia. Recordamos que la profesión del padre de Mariela está referida a la distribución del dinero en empresas que generan productos.

Por otra parte, a partir de este giro en el análisis, como ya anticipé, puede también comenzar a hablar más exhaustivamente acerca de la historia familiar y preguntarse acerca del lugar que ocupó la madre en relación a su abuela, y ella en relación a su madre. Se interroga por otra parte acerca del lugar de este abuelo en el deseo de la madre y asociado a esto, acerca del pánico al peligro de los hombres que le ha transmitido su madre.

El miedo al hombre que la viole deviene querer se como “viole” amiga que se permite disfrutar sexualmente. Habla también en ese momento de su placer por la escritura heredado de su abuelo materno que escribía poemas y que se ganaba la vida como corrector de pruebas escritas de imprenta. Enuncia entonces, por primera vez en el análisis una versión de su abuelo y de su padre diferente de la que enunciaba desde su alienación al discurso de la madre que impotentizaba al padre y al abuelo y que no los situaba a la altura de su función. Del padre puede decir entonces, que ordena, que pone las cosas en su lugar y que le abre puertas.

Se pregunta en relación a su querer ser una” loca” como la prima que tiene vía libre para salir con hombres. Recordamos que el significante del Nombre del padre permite metaforizar el Deseo de la madre y por ende la posibilidad de su interrogación.

Segundo momento de la cura:

Decide seguir con seriedad una carrera relativa a la enseñanza de una lengua que es idealizada por su abuela. Cuando la finaliza, realiza un posgrado y su tesis está referida a la enseñanza de la escritura. Ella “inventa” una vía para la enseñanza de la escritura del idioma que enseña que se basa en la corrección de escritos: el alumno escribe, el profesor corrige, el alumno vuelve a reescribir un texto y el profesor lo corrige. Su “invención” entonces, está articulada a la reescritura y a la corrección de “pruebas escritas”, rasgo del abuelo materno, del cuál ella hace “uso”. Publican un libro sobre su tesis y se forman decenas de grupos de profesores y estudiosos de la lengua que estudian e investigan sus desarrollos. Puede hacer uso entonces de ese rasgo de su abuelo: corrección de pruebas escritas, asociado al deseo de éste en relación a la escritura. El deseo de Mariela se articula a ese deseo cuando deja de estar alienada a la versión del abuelo “loco” sostenida vía los dichos de la madre y de la abuela.

Cambio en la regulación de goce:

Cuando cede la psoriasis, el goce fijado en la psoriasis: y articulado a la manera de una holofrase a ese sentido “loco” que es un goce fijado al objeto voz, se articula en un síntoma: el estar “encerrada estudiando” por orden de una voz que le marca hacer todo perfecto. Voz que Mariela asocia , a partir de un sueño a las voces de la madre y de la abuela que le ordenaban de pequeña “andar derechito”, “derechito” , dicho que se resignifica en la pubertad en el enunciado: “tener que cuidarse del peligro de los hombres” que están siempre “listos” , diferenciando su destino así al de su prima que andaba con hombres y en la vida no andaba “derechito”.

Ella teme a la invasión de esos personajes que ella llama borderline que están locos pero no encerrados: tía, mamá, abuela, que la inundan de dichos acerca de lo que hay que hacer para ser mujer. Para lograr ser como su amiga que disfruta con los hombres dice, hay que perder algo, dejar de obedecer a la voz, al tonito de su madre y de su abuela

Comienza una relación con un hombre que está siempre “listo” a desearla y que no tiene el perfil de hombre que tranquiliza a su madre. Este es un momento de intensa angustia, seguir a este hombre más allá de la voz de la abuela y de la madre es perder las garantías de ser “la brillante” de la familia .Angustia asociada a disfrutar por primera vez de manera intensa.

Como efecto del trabajo analítico el objeto voz articulado a su goce, primero en la psoriasis y luego en su síntoma, deviene causa de deseo .Se entusiasma con la radio, escucha y participa en programas de radio. Cursa y finaliza un terciario en centrado en producción radial. El área de producción en radio está articulada a la profesión del padre: organización y distribución de los recursos pero en una empresa de producción en música.

Se enamora de un hombre que es locutor. Se instala en una relación de pareja con éste quien es un hombre que la desea y a quien desea. Se verifica un cambio de posición en relación al deseo del Otro, que la encierra en su goce y en su destino de “cuidarse del peligro de los hombres” El análisis le posibilitó así un nuevo saber hacer con su goce.

Elementos para una teoría y clínica lacaniana del fenómeno psicosomático

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