Читать книгу Ladrones de Sueños - Lucía Irene López Ripoll - Страница 9

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1. LA VIDA

Entre dos mundos, la vida cuelga.

No podía respirar.

Su pulso, que normalmente se acompasaba con su respiración, cedió, convirtiéndose en una melodía triste y desamparada.

No se sentía cómoda allí.

Wyn Emerson se despertó con las sábanas pegadas al cuerpo, empapada por un sudor frío causado por un sueño que se repetía una noche tras otra. Sin embargo, al despertar recordaba escasos detalles: una voz del pasado, una premonición del futuro. Nada estaba claro. Deseaba poder dormir sin tener presentes todos esos recuerdos. Despierta los podía olvidar, pero a la hora de dormir los pensamientos tomaban las riendas de sus sueños, convirtiéndolos en pesadillas.

***

Óhmer. Un pueblo olvidado a las afueras de Niza, situado al sur de Francia, donde nunca pasaba nada, ni vivía nadie interesante. Las callejuelas estrechas hacían de ese pueblo antiguo un lugar donde perderse y poder viajar a la Edad Media gracias a sus edificios viejos y extraños. Los habitantes, necios y chapados a la antigua evitaban a la joven Wyn y a su padre, y a su casa. Los tres eran víctimas de leyendas inventadas por los cotillas vecinos del pueblo, siempre pendientes de novedades como animales acechando a sus presas.

La verdad es que Wyn, su padre y su casa tenían motivos para dar lugar a esas leyendas, ya que el señor Emerson casi siempre estaba trabajando fuera. Por el contrario Wyn siempre estaba dentro, y en la casa reinaba una inquietante y permanente tranquilidad. Los niños pasaban corriendo por delante de la puerta, con miedo de que una de esas leyendas inventadas se hiciera real.

Wyn observaba, con miedo a salir. No quería hacer daño a nadie. Estar dentro era más seguro para ella y para sus odiosos vecinos. Ella no era “como los otros niños”, le solía decir su padre, ya que sus poderes, que le acompañaban desde pequeña, eran difícilmente domables.

Ladrones de Sueños

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