Читать книгу Poder, violencia y Estado - Arturo Aguirre Moreno, Luis Alonso Gerena Carrillo - Страница 8
Territorio, lenguaje, poder
ОглавлениеEl espacio –se puede colegir de todo lo anterior– se construye y deviene territorio a través de la palabra que lo nombra y que nombra los flujos y las intensidades que lo componen. Y, sin embargo, con toda la elaboración y el artificio que conlleva su creación, el peligro está siempre a la vuelta de la esquina, acaso dentro de su constitución misma, pues el lenguaje –como se puede advertir– nunca es neutro, inocente. El lenguaje, como bien advirtió Nietzsche, implica siempre el ejercicio de un poder. Se trate del poder del señor a otorgar nombres o del poder procedente del resentimiento que crea valores,17 es importante observar que el lenguaje, en tanto consigna, es siempre una imposición, una arbitrariedad, enarbola una lucha por el sentido. La verdad no opera por adecuación ni por consenso, es un llano ordenamiento, una imposición; lo es en sentido ontológico, pero también en sentido político.
Quizá nadie como Nietzsche y Foucault para mostrar que la palabra y el discurso han servido, a lo largo de la historia, para construir órdenes de subjetivación en los que se pone en juego la moral, los valores y la existencia toda. Sea a través de una genealogía de la moral,18 una arqueología del saber19 o una genealogía del racismo,20 ambos pensadores supieron advertir que en la palabra y en su ejercicio se ponen en juego las instancias más vitales de la existencia en la medida en que todo posicionamiento de la palabra conlleva un cierto ejercicio de poder, una fuerza que se opone a otras fuerzas, o bien en la medida en que instaura un saber, una práctica o un ejercicio cualquiera. La palabra es el vehículo de la moral y del saber,21 y en esa medida es el artífice del valor, de la costumbre, de la disciplina y el control, como se puede adivinar.
El territorio, pues, en tanto construcción espacial extrañada de sí misma y orquestada por la palabra, es un espacio en el que siempre podemos encontrar varias series de fuerzas pugnando en su propia construcción. Para decirlo con claridad: toda construcción territorial es siempre una construcción en la que está implicado el uso de uno o varios poderes.