Читать книгу Noche sobre América - Luis Pérez Ochando - Страница 10

Оглавление

Presentación

De una a otra oscuridad

Tras la investidura de Donald Trump como Presidente electo de los Estados Unidos el 20 de enero de 2017, las redes sociales difundieron una historia gráfica del artista argentino Gustavo Viselner que ilustraba, en forma harto expresiva y elocuente, la salida de Barak Obama de la Casa Blanca en tan sólo siete viñetas. Tras urgir a su esposa Michelle a que acudiera al vestíbulo con sus últimas pertenencias, Obama lanzaba una melancólica mirada sobre la que hasta el momento había sido su mansión y accionaba el interruptor de la luz. La penúltima viñeta, entintada de negro, era una metonimia del mapa de Estados Unidos invadido por las tinieblas con el que se ponía fin a la historia. Casi como una prolongación de la misma, Jan Martínez Ahrens se hacía eco, en la edición impresa de El País del 28 de febrero de 2017, de cómo The Washington Post había puesto bajo su cabecera como lema, por primera vez en 140 años, la frase Democracy Dies in Darkness (La democracia muere en la oscuridad).

El lector tiene entre sus manos la versión, corregida y aumentada, de una tesis doctoral que su autor defendió con brillantez en enero de 2014: La ideología del miedo. El cine de terror estadounidense, 2001-2011. Tuve el honor de presidir la comisión que le otorgó las más altas calificaciones y es, sin duda, el mejor trabajo de estas características que he encontrado en mi vida académica. La noche que cae sobre Estados Unidos, en el título que Pérez Ochando da ahora a su texto, empezó en el atentado de las Torres Gemelas, encontrando su primer punto de llegada con la crisis financiera provocada por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Y lejos de avanzar hacia un nuevo día, parece haberse entenebrecido, con la misma tristeza sin mañana del gélido invierno austral, en el comienzo de la era Trump que estamos padeciendo. Cuando el autor parafrasea a Gramsci recordando su correlato entre monstruosidad y fascismo en un viejo mundo que muere sin que el nuevo termine de nacer, no sabía hasta qué punto estaba anticipando el presente actual. Es sabido que la noche suele propiciar malos sueños. En palabras del autor, la premisa de partida del libro era establecer una conexión entre el cine de terror y las pesadillas de la Historia e iniciar así una búsqueda de la verdad en el territorio del miedo que nos ayudara a comprender, argumentar y debatir los discursos dominantes. Estamos, pues, en el mismo terreno prioritario que Fredric Jameson deseaba para los textos literarios: el de su interpretación política.

Toda la efectividad analítica del texto de Pérez Ochando descansa en sus consideraciones sobre el poder catártico de aquello que resulta sustancial en el género fantástico: la eliminación del monstruo. Esa vuelta al orden tras su momentánea suspensión consigue aunar las herramientas teóricas del marxismo con el psicoanálisis freudiano:

La irrupción de lo monstruoso en lo cotidiano supone siempre el retorno de todo cuanto ha sido excluido por el orden y que, por lo tanto, debe ser nuevamente desterrado para que la normalidad sea reinstaurada. A través de esta continua tensión entre el orden y la monstruosidad que éste segrega, el cine de terror exhibe los problemas invisibilizados por la ideología; pues tal es, precisamente una de las funciones de la ideología: invisibilizar las relaciones de poder que tejen nuestro entorno cotidiano…. Si tratamos de explorar la relación entre el discurso del poder y la emergencia de lo reprimido en el cine de terror, deberemos analizar la dimensión ideológica del cine de terror, pues es en la ideología donde hallamos el nexo en el que el cine se anuda a su momento histórico…

Lejos del tosco mecanicismo marxista según el cual todo film hollywoodiense confirma la ideología del capitalismo norteamericano —y que tanto lastró cierta crítica francesa post-mayo 68 (Cinéthique) por su exceso de generalidad— Pérez Ochando se centra en analizar, como se decía en aquel artículo colectivo fundador sobre El joven Lincoln de John Ford que Cahiers Du Cinéma ofreció a sus lectores en el verano de 1970, «las articulaciones precisas (y raramente semejantes de una película a otra) del film y de la ideología». Dichas articulaciones son observadas por Pérez Ochando apelando «…a un análisis textual, narrativo y de puesta en forma… sobre una muestra representativa de 600 películas de terror estrenadas entre 1998 y 2011, así como también sobre aportaciones puntuales procedentes de la televisión, el cómic y, en especial, de la literatura».

Hace más de cuarenta años Emilio Garroni postulaba la descripción de operaciones de sentido como objetivo primordial del quehacer semiótico. El modo en el que, a través de la ideología, «…el cine representa los problemas sociales de su tiempo» constituye el núcleo esencial de este libro en su búsqueda comprometida de la verdad en el territorio del miedo. Godard, a propósito de Hitchcock, afirma que son las formas las que, finalmente, nos dicen lo que hay en el fondo de las cosas. Admiramos en Pérez Ochando, la exactitud y precisión de sus análisis formales de las películas, pero no admiramos menos sus cualidades literarias de gran escritor. En él se realiza el aserto de Nietzsche en La genealogía de la moral: para pensar la ética es necesario hacerlo desde la filología. Frente al árido plebeyismo de la escritura funcionaral con el que se suele abordar, entre nosotros, el análisis fílmico, el autor opta por la fruición poética como refuerzo de su lucidez crítica:

No podemos regresar al modelo de familia nuclear porque —como bien sabe el último Spielberg— éste se ha convertido en una anacronía, en un fantasma, en el holograma que John Anderton visualiza una y otra vez en las noches de Minority Report (Steven Spielberg, 2002) o en ese último día perfecto, más allá de la eternidad, en el que el niño robot encuentra a una madre que sí le ama en A.I. Inteligencia Artificial (A.I: Artificial Intelligence, Steven Spielberg, 2001). Toda la filmografía de Spielberg añora una familia unida que tal vez existiera sólo en sueños y que sólo las fantasías del celuloide pueden alcanzar.

Decía Mukarovsky que la tarea de la poesía no es introducir el universo en un sistema, sino revelar al hombre, siempre de nuevo, la realidad. Desde la oscuridad que nos ha tocado vivir, poblada por zombis de rasgos latinos, árabes, orientales y negros, semblantes del otro a destruir en la «política de cruzada» encabezada por Trump («America first»), un libro como éste es un relámpago, luminoso y perdurable, de lucidez.

Juan Miguel Company

4 marzo 2017

Noche sobre América

Подняться наверх