Читать книгу América Latina juega - Luis Wong - Страница 11
II
ОглавлениеEl inicio de los años noventa fue uno de los periodos más terribles en la historia del Perú. El grupo terrorista Sendero Luminoso mantuvo a todo el país con miedo: todos los días se vivía una guerra civil entre esta agrupación y las fuerzas militares.
El 16 de julio de 1992 un coche bomba explotó en Miraflores, uno de los distritos residenciales de Lima. Veinticinco civiles murieron y más de doscientos resultaron heridos. En los cuarteles de TEG, todos estaban preocupados por uno de los suyos, Hawkings.
Esa noche, Hawkings, que solo tenía 13 años, se había quedado hasta tarde en la casa de Mr. Byte programando. La casa de Alvites era el cuartel general de TEG y él siempre estaba ahí.
En los peores años de los ataques de Sendero Luminoso los apagones eran comunes y cuando eso sucedía el equipo dejaba de trabajar y prendían las velas. Y esperaban. A veces, cuando el ejército había impuesto un toque de queda, los integrantes del grupo tenían que dormir en la casa de Mr. Byte y regresar a sus casas al día siguiente. Pero aquella noche del coche bomba, Hawkings había tomado un bus para regresar a casa. Luego que Mr. Byte y el resto del equipo supo del atentado terrorista llamaron a la casa de Hawkings inmediatamente. El chico estaba bien, aunque recordaba que había pasado por el edificio que explotó solo veinte minutos antes del atentado.
Todos los miembros de TEG tienen una historia sobre cómo conocieron a Mr. Byte. Osamu, uno de los artistas del grupo, lo conoció gracias a que uno de sus profesores de arte se lo presentó. A Mr. Byte le gustó el trabajo de Osamu y lo invitó para que se uniera al grupo. Hawkings conoció a Mr. Byte mientras esperaba en una tienda donde estaban reparando su Commodore 64. Ellos comenzaron a hablar sobre los juegos que les gustaban y rápidamente se hicieron amigos. Él tenía 12 años y Mr. Byte 18.
Hawkings convenció a Mr. Byte para que le enseñara a programar. «Lo llamaba todas las noches, incluso cuando él estaba en la casa de su enamorada», recuerda Hawkings. A pesar que Hawkings no entró a TEG, era un buen amigo del grupo y pronto creó el suyo, llamado The Tiger Force.
La mayoría de los miembros de TEG conocieron a Mr. Byte llamando al número de teléfono que aparecía en la introducción de los juegos que TEG había crackeado. Siempre sucedía lo mismo: el teléfono sonaba, Mr. Byte contestaba y al día siguiente algunos niños irían a su casa —a veces con sus padres— y quedarían fascinados con el equipo que tenía TEG y regresarían todos los días para encontrar más.
Lo que llevaba a cada miembro de TEG a unirse al grupo era siempre lo mismo: pasión. Todos recuerdan a TEG como su primera pandilla. Ellos no dudaban en trabajar por largos periodos de tiempo para terminar lo que tenían que hacer, y Mr. Byte no les pagaba. Ellos solo recibían las ganancias del juego si sus proyectos se vendían. La edad no era importante en TEG. Había niños de tan solo 12 años y adultos de hasta 60. La única regla era que no se permitía el alcohol ni las drogas.
Las madres siempre fueron un problema en Twin Eagles Group. Tener adolescentes en casa por varias horas podía malinterpretarse. Al inicio, las madres estaban contentas con que sus hijos aprendieran nuevas cosas y descubrieran cómo usar la tecnología. Pero luego, cuando sus hijos llegaban tarde a casa en medio de una guerra civil, se comenzaron a preocupar y las cosas llegaron a tornarse mal. Las madres querían que sus hijos dejaran de ir al cuartel de TEG e incluso acusaban a Mr. Byte de secuestrar a sus hijos.
«Recuerdo que una madre me acusó de todo, como de ser un adicto a las drogas o un homosexual», dice Mr. Byte. Debido a ello, varios miembros de TEG dejaron el grupo, mientras que otros se metieron en problemas con sus familias pero se quedaron.
La rutina diaria del grupo era recibir juegos de otros países (la mayoría de Europa), crackearlos y luego enviarlos a tiendas en Lima o venderlos a través de avisos en la sección de clasificados del diario. Debido a que sus iniciales aparecían en casi todos los juegos en Perú, se hicieron famosos.
Cada miembro de TEG tenía su propia responsabilidad: algunos se encargaban del arte, otros crackeaban el código y el resto distribuía los juegos a las tiendas. Ellos solo usaban apodos. «Era una forma de ser precavidos en ese momento. Pero ahora trato de compartir sus nombres en nuestra página web», dice Mr. Byte.
Pero aún existe una historia que permanece sin contar sobre Mr. Byte y la escena de programación de los años noventa en Perú.
Luego que Mr. Byte se volviera famoso, le pidieron que hiciera otro tipo de trabajos, como modificar juegos ya existentes de SNES. «Siempre separé la actividad de hackear juegos con el resto de cosas que hicimos en TEG; eran dos grupos distintos», dice. Uno de los trabajos más conocidos que realizó este grupo anónimo fue hackear juegos de fútbol. El título International Superstar Soccer de Konami se convirtió en Fútbol Peruano 97. En el juego se insertaron equipos locales e incluso la voz de un comentarista local. Esta versión se convirtió en un hit, y tras ello trabajaron en las versiones brasileñas y argentinas del juego.
Luego vinieron otros títulos, como un extraño port para SNES de Sonic the Hedgehog. Pero este lado del negocio comenzó a volverse peligroso. Pronto, Mr. Byte se encontró en el lado equivocado de una lucha entre organizaciones criminales que reclamaban el control del negocio de la piratería en el país y se escuchaban rumores de posibles intervenciones de la policía.
Mr. Byte decidió que era momento de pasar página. Dejó la escena del hackeo de juegos y regresó a sus orígenes: crear sus propios títulos.