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De la interacción al mensaje en el momento comunicacional
ОглавлениеInteracción: Cuando decimos que todo comunica, nos referimos a que la comunicación nos atraviesa desde el periodo embrionario hasta la muerte, en todo momento y en todo lugar, siempre que hubiese, por lo menos una interacción, entre dos o más personas, voluntariamente o no.
La interacción propiamente dicha es la cosa que comunica sin llegar a constituirse en mensaje, puede ser accidental también; por ejemplo, si se diera esta situación: una pareja de enamorados, en un bar, piden un café. Se acerca una joven moza muy bonita que, en un gesto de torpeza, tira el café sobre la novia y las reacciones de los tres establecen un momento comunicacional, a lo mejor sin palabras y sin premeditación. Como sabemos que todo comunica, esta situación se constituye en un acto comunicativo accidental porque hay un emisor/perceptor, hay perceptores/perceptores, hay interacción. Pero no hay un mensaje; y tampoco hay código. Así evidenciamos que el código es inherente al mensaje.
Otro ejemplo para que quede muy claro: en una peatonal colmada de personas, dos individuos, en su afán por llegar a tiempo al destino, se chocan. Otra vez: esta situación se constituye en un acto comunicacional accidental porque hay un emisor/perceptor, hay perceptores/perceptores, hay interacción. Pero no hay un mensaje; y tampoco hay código.
Para que el mensaje se constituya como tal, es necesario que exista intencionalidad. Cuando aún hablamos de interacción no estamos hablando de mensaje, el mensaje es la parte argumentativa del momento comunicativo; todos los mensajes forman parte de las interacciones en el momento comunicativo, pero no todas las interacciones se constituyen mensajes.
Entonces podemos hablar de un antecedente del mensaje, cuando hablamos de una interacción en un momento comunicativo y de un mensaje cuando la fase emisora se propone interaccionar con una fase perceptora.