Читать книгу Nomadía - María Casiraghi - Страница 12

Оглавление

Desalojo

Se salvó por un cajón de manzanas. Desde entonces ya no soy dueño de nada. Salieron una mañana sin viento, el patrón y los otros peones. A mí me pidieron que me quedara para cuidar los animales hasta que volvieran. Desde que se fueron creí que debía esperarlos en la orilla, vigilar que las aguas estuviesen quietas. Era la primera vez que me quedaba solo. La primera vez que partían en bote.

Esa noche sentí frío. Me tapé con unas pieles que saqué del galpón. Me tomé la libertad de agarrarlas sin pedirle permiso a Martínez y ahí mismo, en la orilla, me adormecí.

Cuando volvió la luz tuve hambre. Por atrás de mi cuerpo pasó uno de vaca y decidí carnearlo sin preguntar. Lo fogueé enseguida y al terminar mi almuerzo me lavé las uñas en la orilla. No había signos de otros cuerpos en ninguna parte del agua. Me alcé para ampliar mis ojos pero ese día el horizonte se acababa cerca. Volví a sentarme. Iba a ir para el corral a soltar las ovejas pero tuve miedo de que en el lago me necesitaran.

La segunda noche no pude comer nada y me detuve a escuchar los sonidos del invierno. De pronto creí ver al patrón detrás de una ola. Levanté la mirada para reconocerlo pero me había equivocado. Era la punta de una piedra, hundida hacía miles de años. Me toqué los pies con mis dedos fríos y recordé las palabras de mi padre antes de dejar de mirarme: aduéñate de un pedazo de suelo y áralo.

Al tercer día desistí. Abandoné la orilla y me puse a reordenar los muebles de la casa grande. Casi todos los objetos estaban fuera de lugar y creí que a Martínez le gustaría que además de cuidar de sus ovejas y sus vacas me ocupara, de cuando en cuando, de todas estas cosas muertas que había venido contemplando desde chico. Cuando terminé de limpiar las cenizas viejas en la chimenea ya era de noche otra vez. Cambié mi ropa sucia por una limpia de Martínez, me acosté sobre su cama sin deshacerla y me dormí.

Los días que siguieron me dispuse a hacerle caso a los consejos de mi padre. No vi a nadie en todo este tiempo. Una noche supe por la radio que mis compañeros y el patrón habían muerto en el temporal de julio. Como estaba cansado no quise escuchar más y le apagué la voz al locutor. Después de mirar satisfecho la huerta que acababa de concluir a un costado de la casa, subí al cuarto de Martínez. Levanté las mantas y me acosté, esperando que las sábanas heladas recobraran el calor de mi cuerpo que necesitaba descansar.

Una mañana vi salir del agua una sombra negra. Emergió de entre las piedras y corrió hacia la orilla. Yo me escondí debajo de la cama del patrón. Me ha venido a castigar, pensé, a recuperar lo suyo. Aunque ahora era mío porque lo habían dicho primero mi padre y después el locutor de la radio hacía no sé cuántas semanas. Tragedia en el lago San Martín. Se cree que son tres los muertos. Dos cuerpos fueron hallados en las orillas de Villa O´Higgins, aún falta encontrar el tercero. Como no seguí escuchando los informes de los días siguientes no supe que al patrón lo encontraron dormido a pocos metros de la otra orilla, salvado gracias a un cajón de madera vacío por el que pudo mantenerse a flote.

Se ve que por el miedo de haber visto ese fantasma perdí el conocimiento, porque al abrir los ojos ya no me encontraba solo; a mi lado estaba el cuerpo con vida de Martínez, agachado, estirándome un mate tembloroso. Se reía. Tenía puestas mis bombachas y mi camisa blanca, y en sus brazos cargaba un traje de neoprene negro chorreando agua por todos lados. Me dio unas palmaditas en la espalda diciéndome que ya podía levantarme porque él seguía siendo el patrón y había mucho para hacer.

Regresé al rancho tres horas más tarde después de reordenar los objetos de la casa grande al gusto de Martínez. Después, me acosté a descansar en la orilla del lago. Me sentía fatigado. Vi de nuevo la piedra milenaria sobresaliendo en el agua. Siguen pasando los años sobre la roca, pensé. Volví a tocarme los pies con las puntas de los dedos fríos y me dormí, pensando en mi padre y en algunos fantasmas que crecen dentro del agua.

Nomadía

Подняться наверх