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CAPÍTULO IV LA GLOBALIZACIÓN. ¿EL UMBRAL DE LO NUEVO?
ОглавлениеEn las últimas décadas se ha instalado en el mundo un proceso persistente que se ha extendido a prácticamente todos los países. Tiene un carácter predominantemente económico.
La globalización o mundialización es un proceso que ha venido a modificar universalmente las capacidades de todos los Estados uninacionales o multinacionales que existen en la actualidad. Ha sido la mayor reforma del Estado y ha producido sus efectos desde la segunda mitad del siglo XX.
“El mundo de hoy está marcado por lo que se conoce como el proceso de globalización, es decir, la creciente gravitación de los procesos económicos, sociales y culturales de carácter mundial sobre aquellos de carácter nacional o regional. Aunque no se trata de un proceso nuevo –sus raíces históricas son profundas–, los cambios dramáticos en los espacios y los tiempos generados por la revolución en las comunicaciones y la información le han dado nuevas dimensiones, representan transformaciones cualitativas con respecto al pasado”28.
Alain Touraine ha distinguido metodológicamente entre mundialización y globalización. En una conferencia pronunciada en Barcelona en 1996, él señaló que la mundialización es un elemento continuador de las tendencias aperturistas que se aceleran en la segunda parte del siglo XX, mientras que la globalización es un fenómeno rupturista con el pasado que constituye “un proceso nefasto mediante el cual los pueblos han cedido el poder sobre sus economías y sus sociedades a fuerzas globales y antidemocráticas, tales como los mercados, las agencias de calificación de deuda, etcétera”29.
García Roca ha escrito que: “la mundialización, que amplía la conciencia de pertenencia al mismo mundo y crea un planeta interconectado e interdependiente, es un fin; la globalización, que posibilita el intercambio de bienes y de servicios, el flujo de riqueza a lugares donde jamás habría arribado con barreras arancelarias y fronteras, es un simple medio. La globalización económica es simplemente la última fase del capital”30. Xavier Alegre, por su parte, ha expresado que, frente a la mundialización, incluyendo la globalización, hay tres consideraciones que le parecen obvias, a saber: “i. La mundialización es un hecho irreversible. ii. La mundialización, tal como la estamos haciendo, genera exclusión. iii. La mundialización nos plantea un reto: debemos ‘domesticarla’”31.
Antoni Comín i Oliveres afirma que: “otro elemento definitorio de la actual globalización lo han constituido las fuertes presiones que han recibido los poderes públicos a favor del desmantelamiento del Estado del bienestar. Las sociedades que habían ido construyendo el Estado del bienestar a lo largo del siglo XX, y sobre todo durante su segunda mitad, han visto cuestionado su modelo de protección social y sus políticas fiscales redistributivas que eran los elementos fundamentales de este modelo social”32.
En la mayoría de los documentos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se usa el término mundialización. Para los efectos prácticos tal vez sea mejor considerar que globalización y mundialización pueden utilizarse indistintamente o también como dos componentes de un solo fenómeno de internacionalización, en cuyo caso debería entenderse por globalización el proceso económico y los restantes aspectos como componentes de la mundialización.
No se trata de un proceso totalmente nuevo, es decir, a través de la historia de la humanidad se registró la organización de imperios que comprendieron partes mayores que la nación de origen llegando a constituir culturas de extensos territorios. Casos citables entre otros, son los del imperio griego macedónico de Alejandro Magno; el imperio romano; el califato musulmán de los Omeya que comprendió parte de la actual España, el norte de África, la península arábiga, y parte del actual Irán en el Asia; el vasto imperio mongol eurasiático del siglo XIII que abarcó desde Corea en Asia hasta el Danubio en Europa del Este.
La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias inmediatas forman parte ya del inicio del proceso actual. Desde luego el conflicto bélico comprometió a Estados de los cinco continentes y el horror de sus operaciones alcanzó en proporciones nunca antes vistas a la población civil. Las consecuencias de orden económico afectaron a casi todos los países. La aceleración de la caída de potencias colonialistas y la emergencia de nuevos países independientes amplió el mundo de nuevas naciones-estados en lo político.
Sin embargo, no fue sino hasta principios de la década de los años 80 que en el campo del comercio internacional y de las finanzas se producen cambios que se proyectan a nivel mundial. Se acostumbra a distinguir a lo menos tres etapas en el camino hacia la globalización. A) El funcionamiento de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que agrupa a los países capitalistas más ricos y organiza los intercambios comerciales internacionales con un sistema monetario con tipos de cambio fijos. B) Hacia fines de la década de los 80 se da un nuevo impulso de desaparición de las fronteras económicas, apoyado por las empresas multinacionales y en el que la moneda nacional va perdiendo su estatus de encarnación de la soberanía y deviene, poco a poco, en un activo representativo de la riqueza de un país; y C) Por último en la década de 1990 se acelera la unificación del espacio económico mundial, basándose en la volatilidad de los movimientos de capitales y en la formidable revolución informática que hace menos necesarios los movimientos físicos del dinero.
Entre otros factores que han impulsado la mundialización y la globalización se puede mencionar el desarrollo de los medios de transporte, especialmente la navegación y la aviación. Los gigantescos y más rápidos navíos de carga han creado condiciones para el comercio internacional hasta ahora desconocidas; piénsese, por ejemplo, en la caída de los precios por flete que hace posible –para bien o para mal de la población de algunos países– la exportación/importación de mercaderías a granel y productos elaborados a grandes distancias. El transporte aéreo de pasajeros ha intensificado no solo la actividad económica vinculada al turismo, sino que ha facilitado enormemente el intercambio internacional y personal de políticos, científicos, académicos, líderes sociales, ejecutivos de empresas, profesionales y técnicos.
Entre los medios de comunicación, el Internet y sus derivados se presentan como lo más notorio, pero no hay que olvidar que la televisión ya había generado y sigue aportando un caudal muy grande de universalización de imágenes visuales e información oral que hace instantáneo el acceso a noticias, espectáculos artísticos y deportivos, costumbres y similares aspectos que contribuyen a un mayor conocimiento de los “otros”, de los distintos, de la existencia de una base común –y también de las diferencias– a nivel mundial. La introducción de la telefonía móvil complementó lo anterior y es uno –sino el principal– de los factores más influyentes en la nueva generación.
La existencia de las tecnologías de información y comunicación (TIC) representa un cambio en la historia humana. El Internet, como pocas tecnologías, ha agregado a la interrelación doméstica y local –únicas realmente fluidas durante siglos– la culminación de las relaciones a nivel nacional, continental y mundial.
También hay que tener en cuenta que algunos de los nuevos desarrollos científicos y tecnológicos mencionados no habrían sido posibles sin mediar la existencia de otro, de la misma naturaleza: la exploración espacial y específicamente la instalación de la red de satélites artificiales.
En el caso de la globalización existen factores específicamente económicos que la hacen posible y la aceleran. Entre ellos la apertura de los mercados, la desregulación financiera internacional, el crecimiento y fusiones de las grandes empresas, la privatización de empresas públicas. Una de las deudas pendientes es la muy baja desregulación del intercambio mundial de trabajadores. Se mueve fácilmente al capital, pero no a las personas.
Existen elementos no estrictamente económicos de la globalización que resultan favorables para el desarrollo humano. Se puede mencionar el aporte adicional que significa la universalización de ciertos objetivos de gran importancia para la población de todos los países, como es el caso de la vigencia de los derechos humanos, específicamente el carácter imprescriptible de los crímenes contra la humanidad, la existencia de las comisiones internacionales de derechos humanos en organismos internacionales y el funcionamiento del Tribunal Penal Internacional. Otro movimiento de la mayor trascendencia histórica que se ve beneficiado con la universalización, es el de la participación de la mujer en igualdad de condiciones en todos los aspectos de la vida social, política, económica y cultural. Es la mayor revolución exitosa en nuestra época.
Asimismo, deben mencionarse –entre otros– las campañas mundiales por los derechos de los niños, los movimientos ecologistas, la lucha contra todo tipo de discriminación, el tratamiento igualitario de lo relativo al género, la defensa de los pueblos originarios. El cambio climático es hasta ahora el lado más negativo y sus posibles efectos a futuro pueden llegar hasta un resultado apocalíptico.
Los aspectos mencionados en los párrafos precedentes son parte con más propiedad de la mundialización que de la globalización.
Entre los componentes que hay que tener en cuenta, muchos –tal como sucede con el informacionismo– no existieron antes de nuestra época o se encontraban todavía desenvolviéndose. Pensamos en el desarrollo de las ciencias experimentales. En la nanotecnología y la robótica. La exploración del universo más allá del planeta que habitamos. También en la aplicación a la medicina, de la investigación y de las experiencias clínicas con una velocidad en el tiempo, sin precedentes y la aceptación de que tenemos deberes con los seres humanos que vendrán. En lo social, en la posibilidad de la extensión mundial de la democracia con libertad, igualdad y participación fraterna real.
Así es como la revolución científica –expresión ya usada– fue precedida por un trabajo de muy larga data de personas excepcionales que forjaron los elementos de los cuales se derivarían las ciencias modernas. Una mirada al desarrollo de la medicina, por ejemplo, aun antes de la irrupción del informacionismo, permite reconocer que la nueva Era en que vivimos no es unilateral ni mucho menos. Por el contrario, concurren a conformarla varios procesos de enorme trascendencia.
28 CEPAL–Naciones Unidas. (2000). Equidad, desarrollo y ciudadanía. Santiago de Chile: Comisión Económica para América Latina y el Caribe. P.13.
29 Citado por Joaquín Estefanía en La nueva economía. La globalización. 2001. Barcelona: Editorial Debate. Pp. 48-49.
30 García Roca, X. (s.f.) Citado por Xavier Alegre en ¿Mundialización o conquista? P. 16.
31 Alegre, Xavier. Op. cit. Pp. 18-20.
32 Comín i Olivares, Antón. En op. cit. P. 111.