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Era y época

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Ambos conceptos intentan definir e incluso medir los tiempos de la humanidad. El de “era” se utiliza también para aplicarlo a cada uno de los periodos de la evolución geológica o cósmica anterior a la aparición de la especie humana.

Para el diccionario de la RAE, Era es un extenso período histórico caracterizado por una gran innovación en las formas de vida y de cultura. En una segunda acepción agrega que: Era es cada uno de los grandes períodos de la evolución geológica o cósmica.

Afirma que Época es un periodo de tiempo que se distingue por los hechos históricos en él acaecidos y por sus formas de vida.

En este escrito consideramos a las “eras” como mucho más extensas que las “épocas”. La sucesión de Eras anteriores a la aparición de la vida y, específicamente de la vida humana en este planeta, exceden los propósitos del presente libro.

Desde que el primer grupo de humanos –teniendo por tal al “homo habilis”– comenzó a caminar desde su lugar de origen en el sudeste de África, para extenderse por todo el planeta hace cerca de 1.800.000.000 años, se podría considerar la primera era. Se puede situar el inicio de la segunda era con el descubrimiento del manejo del fuego, hace aproximadamente unos 790.000 años. La tercera era de la humanidad coincide con la invención de la agricultura ocurrida aproximadamente unos 10.000 años a.C. La siguiente –que marca el final de la prehistoria– puede considerarse iniciada con la invención de la escritura alrededor del año 3.900 a.C.

En cuanto a las “épocas” desde la invención de la escritura, haremos referencia a ellas utilizando los criterios generalmente aceptados por los historiadores, no siempre acordes de manera exacta por la diversidad de tiempos de desarrollo en las diferentes partes de la tierra. Para Europa es habitual distinguir como épocas diferentes y sucesivas, la Antigüedad, la Edad Media, la Edad Moderna y la Edad Contemporánea. En América se distingue entre las civilizaciones precolombinas y las posteriores al encuentro.

Se puede estimar que la Edad Media constituyó una época que fue sustituida en diversas fechas aproximadas según los componentes que se tomen en cuenta; en todo caso ya en los siglos XVI y XVII se iba configurando otra época. Dos elementos nos interesan particularmente en este trabajo. Ellos son la llamada “revolución científica”5, por una parte; y el otro, los remotos antecedentes de lo que siglos después vino a dar en la creación y desarrollo de la informática.

La revolución científica abarcó especialmente como objetos de estudio a la astronomía, la física, la química, la biología y la medicina. Trajo consigo un nuevo procedimiento que iba más allá de la sola observación y especulación que había predominado hasta entonces. Los historiadores de la ciencia actuales no concuerdan en un punto que divide opiniones y es lo referente a la importancia que se atribuye a lo que ya se había elaborado por la ciencia en la Edad Media. En todo caso la visión del mundo cambió dramáticamente. Copérnico propuso la teoría que el centro de nuestro sistema de cuerpos celestes no era la tierra sino el sol. Kepler escribió sobre las leyes de los movimientos planetarios. Galileo mejoró el telescopio y descubrió nuevos detalles de nuestro sistema planetario. Newton quien aprovechó estos aportes para la presentación de la ley de gravitación universal, insistía además en que las teorías científicas debían ser acompañadas de una experimentación rigurosa. Gilbert dio las bases para una teoría del magnetismo y la electricidad. Van Leeuwenhock construyó microscopios de una sola lente; se le considera el precursor de la microbiología. En la medicina Vesalius montó el primer esqueleto humano y determinó que la circulación de la sangre provenía del corazón. William Harvey descubrió la entera circulación de la sangre.

De modo que, el antecedente de las ciencias de la vida es muy lejano. En una determinada etapa se identifica como ciencia a una de sus componentes fundamentales: la biología y esta se asocia con la medicina en uno de los progresos más espectaculares del género humano hasta nuestros días y hacia el futuro. Hay quienes consideran que la publicación en 1543 por Andreas Vesalio de su texto de anatomía humana es uno de los signos del nacimiento de la ciencia moderna. Otros escogen como precursor también al ya mencionado William Harvey y a la circulación de la sangre como una de las puntas del hilo de la ciencia biológica cuyo desarrollo brillante no se extinguirá hasta el final… si lo hay. Los fundamentos formulados por Galeno se habían mantenido en Occidente por cerca de mil años, cuando Harvey, un inglés nacido en el sur de Gran Bretaña educado en Canterbury y Cambridge y también bajo el sol en la Universidad de Padua en la meridional Italia, describió la circulación de la sangre por todo el cuerpo al ser bombeada por el corazón. Esto ocurría en 1628. Los estudios de anatomía humana dieron lugar a la publicación de textos cada vez más completos. El Traité d’anatomie humaine (Tratado de anatomía humana) de Leo Testut en los últimos años del siglo XIX fue utilizado en la enseñanza de la medicina hasta mediados del siglo XX.

La aceleración de los tiempos entonces es muy bien representada por las ciencias de la vida. Los rayos X fueron descubiertos por Röntgen en 1895; la resonancia magnética estuvo disponible desde 1972. Se ha caminado de la cirugía a los trasplantes de órganos. En el combate a las enfermedades infecciosas, el paso de las sulfas a los antibióticos y a la actual diversidad y potencia de los nuevos fármacos ha sido rápida. Las vacunas, la actual traumatología, el avance en odontología, todo camina velozmente. El desciframiento del genoma humano, el tratamiento de las enfermedades, la neurociencia, abren nuevas fronteras. Naturalmente, es necesario agregar la creación conceptual y práctica de los sistemas de salud pública.

De manera que –en resumen– en este campo de las ciencias de la vida el siglo XX y el actual siglo XXI han presenciado un espectacular desarrollo de la medicina y de las ciencias que la apoyan, que ya ha influido decisivamente en el alargamiento de la vida de las personas. Este es un hecho que obliga a cambiar muchas políticas públicas y presenta grandes interrogantes para la vida familiar y social.

Los descubrimientos científicos basados en los nuevos métodos se extendieron incesantemente a otros nuevos campos de las ciencias y fueron acompañados por un desarrollo de múltiples técnicas aplicadas. Es así como se llegó a otra nueva época, la de la Revolución Industrial y específicamente de la Primera Revolución Industrial. Este proceso contiene transformaciones económicas, sociales y característicamente tecnológicas. Se inicia en el Reino Unido en la segunda mitad del siglo XVIII. Se extendió después a gran parte de Europa occidental y de América del Norte y aproximadamente entre 1820 y 1840 dio paso a la Segunda Revolución Industrial, periodo en el cual se vivió el mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la historia de la humanidad desde el Neolítico. Hay autores que lo consideran claramente un cambio no solo de época sino de era. Entre otros cambios se pasó desde una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio a una economía de carácter urbano, mecanizada y progresivamente industrializada. De la mano de obra exclusivamente basada en el trabajo manual y en el uso de la tracción animal, que tenía siglos de duración, a las máquinas para la producción industrial y también para el transporte.

La extracción de carbón y su utilización fue, junto a la industria textil, de las primeras en utilizar las máquinas hacia 1790. Luego vinieron las vías férreas y los trenes a vapor que influyeron en el comercio y el transporte de personas; la energía eléctrica, los nuevos barcos, la construcción de mejores carreteras y de canales y otros adelantos que tuvieron consecuencias en la economía y en la sociedad. Tony Judt ha escrito que: “Más que ningún otro proyecto técnico o institución social, el ferrocarril representa la modernidad”6.

“Hasta 1830 pocas personas sabían cómo eran los paisajes desconocidos, las ciudades distantes o las tierras lejanas porque no tenían la oportunidad o una razón para visitarlos”7.

“…fueron las compañías ferroviarias las primeras en afrontar y resolver la mayor parte de los desafíos técnicos de la modernidad industrial: la comunicación telegráfica a larga distancia; la utilización del agua, el gas y la electricidad para usos domésticos e industriales, el drenaje rural y urbano, la construcción de grandes edificios; la reunión y transporte de gran número de personas”8.

Se configuró como nuevo grupo o nueva clase social el proletariado compuesto por trabajadores industriales y campesinos pobres. La burguesía procuró continuar como dueña de los medios de producción y poseedora de la mayor parte de la renta y el capital. Hubo protestas populares. Mientras se consolidaba el capitalismo, se desarrollaron el sindicalismo y el cooperativismo como defensa y promoción de las clases más perjudicadas. El pensamiento laico y su correspondencia política se generan en Chile en el siglo XIX. Después se extendieron ideologías como el marxismo en sus diferentes expresiones. El socialismo, el comunismo y también el anarquismo se estructuraron como organizaciones de lucha para tratar de sustituir el capitalismo en el siglo XX. La Revolución rusa es de 1917. La izquierda con base en el pensamiento cristiano es bastante posterior9. En Chile está representada por la Falange Nacional, después Democracia Cristiana hacia 1938. Sin embargo, la desigualdad continúa presente.

La denominación “era” se aplica tanto a la acaecida en el neolítico como a otras muy posteriores. En el neolítico se produce el establecimiento de grupos humanos sedentarios lo que es posible porque se ha descubierto la agricultura. Con anterioridad existían solo la caza y la recolección como fuentes de alimentos. Ahora se agrega el proceso de sembrar y cosechar.

La llamada Revolución Agrícola se sitúa en Europa a partir del siglo XVIII. Tuvo un importante desarrollo en los Países Bajos donde se introdujo el sistema de rotación de cultivos: trigo, nabos para alimentar al ganado, cebada y forraje. Así se inició el barbecho. Se produjo con esto un incremento importante de los rendimientos de la tierra. Se incorporaron herramientas aun cuando no se llegó a la mecanización.

A mediados del mencionado siglo XVIII se generan en Inglaterra cambios de gran importancia. Los campos abiertos son sustituidos por terrenos cercados. Esto privaba a los campesinos de sus derechos de cultivo en los campos abiertos y de sus derechos de usar las tierras comunales y pastizales pasando por encima del uso de la costumbre.

En el siglo XIX una Segunda Revolución Agrícola se desarrolla en Europa, Canadá y Estados Unidos. Lo mismo acontece en Australia y en el sur de Rusia. Esto va a converger con la Revolución Industrial.

Hay que considerar también el progreso de la agricultura en América en las culturas prehispánicas. Al momento del contacto con el hombre europeo, la agricultura mesoamericana proveía los elementos básicos para la dieta alimenticia contando con especies desconocidas en el viejo continente. Es el caso del maíz, el frijol o poroto, tomate, cacao, calabaza, vainilla, camote, piña y otros.

“El cultivo en asociación persiste entre los agricultores indígenas y campesinos tradicionales, pues por ella logran reducir los riesgos de pérdidas totales en el ciclo agrícola, manipular el microclima y garantizar la sostenibilidad y mejoramiento de los recursos”10.

“La rotación es una práctica de manejo utilizada por los agricultores indígenas del siglo XVI y aún constituye una práctica dentro de la agricultura tradicional de Mesoamérica, sobre todo en aquellas zonas donde la diversidad de cultivos y la presión por el uso de la tierra lo permiten”11.

Se habían desarrollado técnicas referidas a las rotaciones y el barbecho. Se hizo sobre ello una observación permanente. Ha persistido la alternativa de quemar o no el rastrojo después de la roza. “La buena quema da lugar a la buena milpa” es la afirmación extendida hasta nuestros días.

Los instrumentos de trabajo agrícolas eran fundamentalmente de uso manual y eran elaborados a partir de madera y pedernales. El único metal disponible que utilizaron fue el cobre y después el hierro introducido por los europeos.

En Tiwanaku, “aunque se cultivó en andenes situados en las laderas de los cerros y en grandes depresiones cavadas en el suelo denominadas qochas, el fuerte de su actividad agrícola estuvo basado en los camellones, una tecnología que heredó de la cultura Chiripa y que consistía en excavar zanjas para acumular la tierra a los lados y construir así largas plataformas cultivables. Estos campos elevados, conocidos localmente como sukakollos, ponían a salvo los cultivos de las inundaciones. Las aguas contenidas en las zanjas, junto con servir como reservorios para la estación seca, producían un efecto moderador sobre las temperaturas, atenuando las heladas. Originaban, asimismo, un ambiente propicio para el crecimiento de plantas fijadoras de nitrógeno y para el desarrollo de diversos organismos. Al cabo de la cosecha, las zanjas eran limpiadas, sacando el barro rico en nutrientes y colocándolo sobre la superficie de los campos agrícolas, a modo de fertilizante natural”12.

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