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CAPÍTULO VII CAMBIO DE ÉPOCA
ОглавлениеLa Época histórica, es también, a su vez, una división del tiempo histórico más breve o local que la Era. Es un período de tiempo que se señala por los hechos ocurridos en él o por las personas que participan.
Época indica una medida del tiempo, de lo sucedido a través de una etapa determinada generalmente en años. En este capítulo se trata la epocabilidad de la condición humana.
Los inicios de una época se marcan por uno o más hechos trascendentes de consecuencias perdurables que afectan –para bien o para mal– la estructura de la sociedad, la vida cultural, social, política o económica de las personas.
El final o cambio de una época se manifiesta en la pérdida absoluta, o de gran parte, de la influencia del o de los hechos fundantes, en los miembros de la sociedad.
Existe relación entre una época y las generaciones que la transitan. Hay interacción recíproca. Volveremos sobre esto en el análisis de la época actual y las generaciones concurrentes. Sin embargo, un cambio de época puede ocurrir conservándose algunos elementos de la época que se va.
Los cambios de época pueden extenderse a un país o a muchos, a la extensión territorial de una cultura común, a un continente y solo a partir de mediados del siglo XX casi a la humanidad entera.
Aspectos como la cultura, el orden político, la religiosidad, las creencias, la estructura de la economía, los actores sociales dominantes, las técnicas en uso generalizado, o varios de estos elementos y otros pueden empujar y alcanzar un cambio de época.
La época –una época– puede ser descrita, analizada, explicada. También puede provocar unas acciones humanas socialmente importantes. Es decir, se trata de un proceso vivo. Es un proceso social que influye directamente en la conformación de generaciones.
La determinación de la duración de una época y más precisamente el cambio de época varía con el enfoque y los supuestos de quien los formula dentro de una apreciación histórica. Es por ello que se encuentran determinaciones diversas y aún divergentes. Chateaubriand, por ejemplo, apreció el paso a los tiempos modernos en la reedición de 1826 de su Ensayo histórico sobre las revoluciones afirmando: “Yo escribía la Historia antigua y la Historia moderna golpeaba a mi puerta”41.
Se advierte ahora una aceleración del cambio de épocas en la historia de la humanidad. No ocurrió esto en los lejanos inicios de la especie. Como ya se ha dicho en un comienzo se trataba más bien de cambios de Eras con una dimensión temporal gigantesca. Así desde que los primeros homínidos empezaron a caminar partiendo del África, los períodos son muy extensos. La dispersión nómade, el descubrimiento del fuego encendido por ellos mismos, la invención de la agricultura, las tribus sedentarias, la invención de la escritura y el asentamiento de los primeros poblados urbanos se miden en miles de años.
El primer poblamiento de América es un proceso de una inmensidad geográfica portentosa que significa el inicio de una muy larga Era.
Establecidas las agrupaciones humanas, se producen épocas para grandes zonas del planeta con desarrollos simultáneos pero diferenciados, generalmente aislados por océanos y enormes masas continentales y el mundo de islas.
A partir de altas culturas establecidas en el Asia Menor, en Europa, en África, en Asia y el Lejano Oriente, en América y en el mundo oceánico, el tiempo comienza a acelerarse.
Nuestro tiempo presente transcurre como se ha dicho anteriormente, en el inicio de una nueva Era que por ahora se ha denominado más comúnmente como la Era Global de la humanidad. En cuanto a la época actual (2020), está caracterizada por varios hechos y procesos.
Resumiendo, tal vez lo más significativo es la consolidación de la llamada sociedad de la información ya referida a la que hay que agregar también otros procesos muy importantes, como la globalización o mundialización, decisiva por sus efectos económicos y también políticos. En otro campo se encuentra la prolongación de la duración de la vida de las personas ligada al progreso de la medicina, de la química de los fármacos, de la adopción de la idea de salud pública y del desarrollo de la investigación en las ciencias básicas.
41 Citado por Bertrand Lessault (2003) en F. Hartog. Régimes d’historicité. Présentisme et expérience du temps. Paris. Le Seuil.